Las autoridades españolas liberaron bajo fianza al cubano Jorge Emilio Pérez de Morales Sante quien es reclamado por la Justicia de Estados Unidos por un presunto blanqueo de 238 millones de dólares, precisa un documento que entró a los registros de la Corte del Distrito Sur de Florida con fecha 8 de agosto.
Según publica Diario de Cuba, el documento, que se puede consultar con acceso de pago en PACER (Public Access to Court Electronic Records), detalla que después de pagar la fianza, el cubano se encuentra pendiente de ser extraditado a EEUU en virtud de los acuerdos vigentes de extradición entre Washington y Madrid.
El texto no precisa el monto de la fianza.
La detención de Pérez se produjo en la capital española el pasado 28 de julio, aunque el cubano ya llevaba cinco años residiendo en España.
El hermanastro del acusado ya se encuentra cumpliendo una condena de tres años y medio de cárcel por este mismo caso, al declararse responsable de participar en el entramado. Y en febrero presentó un escrito donde acusaba a Pérez de haberlo involucrado en la trama.
Pérez solicitó el sobreseimiento de su causa, que fue rechazado en junio por un tribunal de Florida.
Las autoridades acusan a Pérez de usar su compañía de remesas con licencia de Cuba, Caribbean Transfers, para lavar dinero de fraudes al Medicare en EEUU a través de compañías fachada en Canadá, pasando por Trinidad hacia Cuba.
Según documentos del caso, Caribbean Transfers proveía dinero limpio —amasado a base de la contribución de los exiliados cubanos que enviaban dinero a sus familiares en la Isla— a corruptos operadores de servicios de atención médica en la Florida, Michigan, Tennessee y Nueva York.
Entre octubre de 2006 y aproximadamente marzo de 2011, Jorge Emilio y su hermanastro Eduardo, de 29 años, junto a Óscar Sánchez, Felipe Ruiz, Kirian Vega y otras personas no identificadas, habrían utilizado la empresa para lavar un total de 238.067.956 dólares.
El papel de Pérez fue descubierto una vez que el dueño de una tienda de cambio de cheques de Naples, Oscar L. Sánchez, lo señaló como el hombre que financiaba su negocio en la Florida y otras agencias de remesas.
El cubano "no se reconoce fugitivo, pues, aduce, su empresa no está radicada en Estados Unidos. Además, no reconoce los cargos de los que le acusan", a pesar de los testimonios de su propio hermanastro y de otros testigos.
FUENTE: Publicado originalmente en Diario de Cuba