“El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Si no, ésta establecerá el fin de la humanidad”.
“El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Si no, ésta establecerá el fin de la humanidad”.
John F. Kennedy
Como un pasaje cinematográfico, se suceden las imágenes de los cadáveres amontonados en Ucrania. Los rostros de la tristeza y la incertidumbre hilvanando instantes del terror más sombrío. Cada segundo pudiera ser el último: es una de las máximas de cualquier proceso bélico, más cuando en medio del silencio puede irrumpir la bomba desalmada.
Esta semana, Vladimir Putin prometió que la "ofensiva militar" rusa en Ucrania continuará, sin tregua, hasta que se cumplan sus objetivos, e insistió en que la invasión se desarrolla según lo previsto, a pesar de la ¿aparente? retirada ante la dura oposición ucraniana y de las importantes pérdidas sufridas.
Fuera los discursos, parece un hecho: las tropas rusas están exhaustas y frustradas en su avance y mucho se teme que, en medio de la impotencia, se desaten ataques irracionales contra la población civil y se sigan multiplicando los muertos.
En conversación con DIARIO LAS AMERICAS, el coronel de Fuerzas Especiales del Ejército de EEUU Arthur Garffer, estratega militar y experto en Seguridad Nacional, dijo: “En los próximos días veremos a las fuerzas rusas reabasteciéndose y a la vez reposicionándose para una nueva ofensiva. A la vez veremos sus elementos de reconocimiento identificando objetivos y nuevas vías de movilidad hacia la región de Donbás y Mariupol en la región de Pryazovia. A la vez van a continuar efectuando operaciones para dar forma a la nueva ofensiva. Esto incluiría incremento en desinformación, degradar el servicio de comunicaciones en Ucrania e interferir los sistemas de GPS. Ucrania ya está efectuando fuegos indirectos hacia formaciones rusas e interdiciendo con simpatizantes rusos en la región”.
En medio de la desesperación y en busca de un golpe de impacto, Rusia nombró un nuevo comandante para la guerra en Ucrania tras sufrir duros reveses: Alexander Dvornikov, de 60 años, uno de los más experimentados oficiales militares rusos. Acorde a funcionarios estadounidenses, es un comandante con reputación de brutalidad contra civiles en Siria y otros escenarios bélicos. En algunos círculos se conoce con el sobrenombre de “el Carnicero de Siria”.
El coronel Garffer apuntó que Dvornikov “comenzará con fuegos indirectos masivos y el uso de la fuerza aérea rusa para bombardear por aire. El propósito es consolidar el corredor de Mariupol y vincular por terreno a la región de Pryazovia con la región de Donbás. Esto es crítico para cualquier futura ofensiva rusa hacia el noroeste y oeste. El general Dvornikov buscará, de igual forma, aislar a las brigadas ucranianas. Pero esto se le hará muy difícil para a Dvornikov debido a defensa en profundidad de Ucrania. A la vez, la cantidad y calidad de armamento proporcionado a las fuerzas locales en las últimas tres semanas por los EEUU y la OTAN son capaces de infligir nuevos daños masivos a la ofensiva del Kremlin”.
En esta línea, el presidente de EEUU, Joe Biden, dio luz verde a una nueva ayuda militar a Ucrania, que incluye vehículos blindados, artillería y helicópteros, armamento más pesado que el entregado hasta ahora. Este nuevo paquete está valorado en 800 millones de dólares, según un comunicado de la Casa Blanca.
Las nuevas entregas de armas estadounidenses comprenden equipos "muy eficaces que ya hemos entregado" a Ucrania, pero también "nuevas capacidades", entre las que destacan "sistemas de artillería" y "medios de transporte blindados", precisó el gobierno.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, publicó una lista del armamento precisando que se trata de 18 cañones M777 Howitzer, piezas de artillería de última generación utilizadas en la guerra de Afganistán, acompañadas de 40.000 obuses de 155 mm, 10 radares móviles antiartillería AN/TPQ36 y dos radares antiaéreos AN/MPQ64 "Sentinel". Adicionalmente, se prevén 300 drones "kamikaze" Switchblade, así como 500 misiles Javelin y "miles de otros sistemas antitanque", a los cuales se suman 200 vehículos blindados de transporte de tropas M13 y 100 blindados ligeros Humvee, indicó Kirby. Biden también dio luz verde a la transferencia de 11 helicópteros Mi-17 de fabricación rusa adicionales que estaban destinados al ejército de Afganistán, antes de que éste capitulara frente a los talibanes.
El coronel Garffer sostuvo que “los EEUU, ni la OTAN nunca utilizarán armamento químico y/o biológico. Rusia posiblemente ya lo haya utilizado y esa investigación está aún en proceso en Mariupol. Por otra parte, la política de los EEUU siempre ha sido reservarse el derecho a recurrir a la utilización de armamento nuclear, como una opción de represalia, aunque siempre ha recurrido a la tríada nuclear como elemento de disuasión. Rusia sí ha movilizado capacidad de artillería de proyectiles nucleares a la región, pero se han mantenido dentro de territorio ruso. Esto (la invasión) no escalará al ámbito nuclear, y este es el delicado equilibrio que los EEUU y la OTAN presentemente navegan cuidadosamente para evitar. Para Rusia recurrir a la utilización de armamento nuclear, contrarrestaría sus esfuerzos estratégicos generales en Ucrania”.
Ahora bien, “de confirmarse que Rusia utilizó armas químicas en Mariúpol, se podría ver un escalamiento por parte de la OTAN en Ucrania. Esto se podría ver en un desplazamiento de fuerzas especiales de la OTAN dentro del país y el eventual traslado de aviones caza MiG-29 a la fuerza aérea ucraniana. A la vez, se podría ver un aumento de sanciones financieras hacia Moscú y posibles ataques cibernéticos por parte de los EEUU a líneas de abastecimiento a las fuerzas rusas. Biden ha sido muy claro en que el uso de estas armas químicas escalaría significativamente las opciones”, que se encuentran sobre la mesa en este momento.
En Mariúpol, un regimiento ucraniano que defiende una siderúrgica afirmó que un avión no tripulado lanzó una sustancia venenosa en la ciudad. Esta afirmación no pudo ser verificada de forma independiente, pero se produjo después de que un funcionario separatista aliado de Rusia pareciera instar al uso de armas químicas. Entretanto, la viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, dijo que las autoridades estaban investigando y que era posible que se hubieran utilizado en Mariúpol municiones de fósforo, que causan horrendas quemaduras, aunque no están clasificadas como armas químicas.
“La mayoría de los ejércitos utilizan municiones de fósforo para iluminar objetivos o para producir pantallas de humo, pero dispararlas deliberadamente en un espacio cerrado para exponer a la gente a los humos podría infringir la Convención sobre Armas Químicas”, afirmó Marc-Michael Blum, un exjefe de laboratorio de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, con sede en Holanda.
“Una vez que se empiezan a utilizar las propiedades del fósforo blanco, las propiedades tóxicas, de forma específica y deliberada, entonces pasa a estar prohibido”, aseveró.
Los analistas estiman que el presidente ruso, Vladimir Putin, varado por la feroz resistencia ucraniana, quiere lograr una victoria en el Donbás antes del desfile militar del 9 de mayo que conmemora la victoria soviética sobre los nazis en 1945.
Durante una visita al extremo este de Rusia, Putin insistió en que la operación militar triunfará y que las potencias mundiales no conseguirían aislar a su país. Dijo que la economía rusa y su sistema financiero han soportado el “bombardeo” de sanciones de Occidente y afirmó que las mismas fracasarían.
No obstante, Garffer subrayó que “Rusia es actualmente un paria ante las organizaciones y comunidades internacionales. Cualquier capital que Putin haya tenido con Occidente y la comunidad internacional, con excepción de unos diez países, se ha evaporado. Recientemente, hemos visto a Putin visitando Bielorrusia y hemos visto una delegación rusa reunirse con la China comunista en el oriente ruso. Ya la capacidad de Putin, y delegaciones rusas de cualquier ámbito, de poder viajar internacionalmente es imposible. Pero más importante aún, ¡Putin es una paria para su propia nación!”.
El escenario continúa siendo sombrío. “Desafortunadamente —destacó Garffer— el ejército ruso duplicará frenéticamente lo que hace bien: bombardear ciudades y matar civiles. El punto de decisión ha llegado para los EEUU y la OTAN, incluyendo el mundo occidental, de degradar la filosofía paranoica de Putin acerca del Gran Nacionalismo Ruso”.
Alexander Dvornikov nació en 1961 y se inició en el ejército de la exUnión Soviética, estuvo al mando de las tropas rusas en Siria entre 2015 y 2016. En esa ofensiva, los aviones rusos bombardearon zonas densamente pobladas con amplia presencia de civiles, especialmente en Alepo.
Su rol en ese conflicto lo llevó a recibir el título de Héroe de la Federación de Rusia. En 2020, el presidente ruso, Vladimir Putin, lo ascendió al rango de general.
En los meses en los que Dvornikov dirigió la campaña, se estima que hubo casi 10 mil bombardeos, especialmente en Alepo, Homs y otras localidades más pequeñas. Con ello consiguió doblegar la voluntad de civiles, luego de atacar infraestructuras básicas como hospitales y fuentes de agua.
Dornikov es conocido como un comandante despiadado y se teme que pueda convertir a Ucrania en un Alepo de dimensiones mayúsculas.