jueves 28  de  marzo 2024
China

Los uigures, pueblo perseguido en China

El régimen chino critica al papa Francisco por comentario acerca de la vigilancia, la persecución y el internamiento que sufre el grupo étnico
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- No son pocos los organismos internacionales que denuncian las prácticas de vigilancia, persecución e internamiento forzoso de China contra la minoría uigur, en el noroeste del país asiático, a los que se une el papa Francisco a través de su libro Déjennos soñar, que sale a la luz el 1 de diciembre.

Francisco menciona a los “pobres uigures” entre los ejemplos de grupos perseguidos por su fe.

El Papa escribe sobre la necesidad de ver el mundo desde la periferia y los márgenes de la sociedad, “lugares de pecado y miseria, de exclusión y sufrimiento, de enfermedad y soledad”.

En esos lugares, “pienso a menudo en los pueblos perseguidos: los rohinya, los uigures, los yazidíes — lo que el ISIS les ha hecho es verdaderamente cruel — o los cristianos en Egipto o Pakistán, asesinados por bombas mientras rezaban en la iglesia”, escribió el pontífice.

La respuesta de Pekín no se hizo esperar y rápidamente el Ministerio de Exteriores chino señaló que las declaraciones del pontífice “no tienen ninguna base fáctica” porque “las personas de todos los grupos étnicos disfrutan de todos los derechos de supervivencia, desarrollo y libertad de creencias religiosas".

El funcionario chino en cuestión no mencionó los campos en los que se retiene a más de 1 millón de uigures y de otros grupos minoritarios musulmanes.

Estados Unidos y otros países, además de grupos de derechos humanos, aseguran que las instalaciones, similares a cárceles, donde mujeres son incluso esterilizadas, buscan alejar a los detenidos de su herencia religiosa y cultural, obligándoles a declararse leales al gobernante Partido Comunista y a su líder, Xi Jinping.

Tal como reportan las fuentes, los uigures sufren de un “estado policial” con controles y extensas restricciones en su vida religiosa, cultural y social.

En Sinkiang, el Gobierno chino ha ampliado la vigilancia policial para detectar signos de “extremismo religioso” que incluyen poseer libros sobre la práctica religiosa relacionada con el islam, dejarse la barba, tener una alfombra de oración o dejar de fumar o beber.

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