MIAMI. -Como parte de la tregua entre Israely Hamás que ha permitido la entrega de rehenes capturados por este grupo islamista a cambio de la liberación de prisioneros palestinos y el ingreso de más ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, fueron liberadas Karina Engelbert (51 años) y sus hijas Mika (18 años) y Yuval, de solo 11 años, quienes estaban en la casa familiar en la comunidad de Nir Oz en el momento de los ataques, alrededor de las 6:30 de la tarde del “Sábado Negro”.
La noticia fue confirmada a Diario Las Américas por el Consulado de Israel en Miami. Previamente, este diario publicó el testimonio de Diego Engelbert (45 años), hermano de Karina.
Engelbert, que se desempeña como educador infantil y reside en el centro de Israel, contó a DLA que perdió la comunicación con su hermana y sus sobrinas el pasado 8 de octubre, unas horas después de que las noticias de secuestro y masacre se expandieron de Oriente Medio hacia el resto del mundo.
El propio día de la masacre, al que los israelíes han comenzado a llamar “sábado negro”, la familia se había puesto en alerta y a través de un grupo de Whatsapp se enviaban mensajes para comprobar que cada uno estuviera a salvo. Pero para la noche —dijo Diego—, la llamada de su hermana Karina lo dejó consternado.
“A las 9 de la noche me llamó y me dijo que los terroristas entraron en la casa de ella y desde esa hora perdimos la comunicación”, sostuvo.
En el momento de la entrevista se mostró “preocupado” porque no sabía si su hermana, sobreviviente de cáncer, estaba recibiendo atención médica: “No sé quién la cuida, ni a ella ni a mi sobrina de 11 años secuestrada, no sé quién la abraza. Tampoco sé qué pasa con la nena de 18”, lamentó.
El maestro de kindergarten (de niños de hasta 5 años) contó a este diario que a las 6 de la mañana del domingo 8 de octubre, las autoridades le dijeron que su familia estaba desaparecida y que podía estar secuestrada en Gaza. “No puedo dormir, cierro los ojos y en mi cabeza tengo imágenes de miedo”, destacó.
De acuerdo con la descripción aportada por Engelbert, solo dos kilómetros separan la frontera de Gaza y la casa de sus familiares, ubicada a unos 20 metros de la defensa israelí de Kibbutz Nir Oz, una de las comunidades más atacadas por Hamás el 7 de octubre. “Nunca tuvimos idea de que pasaría eso, el sábado anterior yo estaba en casa de mi hermana con mis dos hijos. Mi hijo de 10 años estuvo andando en bicicleta, sin miedo, no teníamos ninguna preocupación. Desde ese sábado maldito mi vida y la de todo el mundo en Israel cambió. No puedo dormir, cierro los ojos y en mi cabeza tengo imágenes de miedo”, dijo.
Aunque no ha ofrecido nuevas declaraciones, el maestro insistió, hace un par de semanas, en enviar un mensaje al mundo, porque a su juicio “el mundo se olvidó del 11 de septiembre, se olvidó de lo que pasó en Las Ramblas de Barcelona, en Londres, en Francia”.
El mundo, añadió, “se olvidó de que son grupos terroristas que quieren matar por matar”.
“Quiero que el mundo sepa que el pueblo de Israel es un pueblo de paz (...) Quiero que el mundo sepa que la Cruz Roja no hace nada, que es un grupo antisemita al que le importa nomás odiar a judíos. Esto pasó también en el Holocausto”, juzgó y aun cuando reconoció que esta guerra afecta a civiles, incluidos niños, a ambos lados del conflicto, sean musulmanes o judíos, negó la presencia de soldados israelíes en Gaza de 2005 a la fecha.
De acuerdo con la BBC, la Cruz Roja está ejerciendo como mediador en las negociaciones entre Israel y Palestina para un alto al fuego y la entrega de rehenes y prisioneros. “Hamás, considerada como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, entrega a los secuestrados a la Cruz Roja, que los traslada en varios vehículos por la frontera sur de la Franja hasta Egipto. Una vez allí, la Cruz Roja pone a los rehenes en custodia de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI), que los somete a una evaluación médica inicial para después trasladarlos en helicóptero a hospitales en Israel, donde finalmente pueden reunirse con sus familias”, informó ese medio público británico.
Como parte de este acuerdo mediado por Qatar y de otras negociaciones diplomáticas, al menos 58 rehenes han sido liberados y 117 palestinos han salido de las cárceles israelíes desde el viernes pasado.
- Los términos del acuerdo entre Israel y Hamás indican que 50 mujeres y menores de edad capturados en la incursión terrestre del 7 de octubre, donde Hamás mató a 1.200 personas y secuestró a otros 240, serían intercambiados por 150 palestinos.
- Organizaciones y medios internacionales cifran la respuesta de Israel en un saldo de unos 14.000 muertos en Gaza.
Engelbert insiste en que “el sábado cuando empezó el ataque” de Hamás, “los terroristas entraron” a sus casas, a sus colegios y parques y “quemaron todo”. “La población donde vive mi hermana es una comunidad de 400 personas, una de cada cuatro personas murió o está secuestrada. Es como si entrara un grupo terrorista a un small town [pequeño barrio] en EEUU y que destruyera o matara o secuestra a un cuarto de la población (...) Quiero que mi familia esté conmigo y que las otras 240 personas que están en túneles estén con los suyos. Los queremos junto a nosotros, no se puede vivir así, no sé en qué parte del planeta agarran rehenes de meses y ancianos, no me entra en la cabeza cómo personas tan crueles pueden hacer eso. Los mismos civiles de Palestina son usados como escudos humanos, chalecos antibalas. Los terroristas no los dejan salir, no es una guerra contra judíos, es una guerra contra el mundo”.