domingo 3  de  noviembre 2024
política

Qué puede haber detrás de la visita de Kim Jong-un a China

Analistas consideran que se presta para muchas interpretaciones pero principalmente la conciben como un movimiento táctico conveniente para Pyongyang y Pekin
Diario las Américas | CÉSAR MENÉNDEZ
Por CÉSAR MENÉNDEZ

El Arte de la Guerra Sun Tzu dice: Lo que es de suprema importancia en la guerra es atacar la estrategia y los planes del enemigo. Y lo segundo en importancia es desbaratar sus alianzas.

La reciente visita de Kim Jong-un a China para sostener un encuentro con el presidente Xi Jinping se presta para muchas interpretaciones. Por un lado, algunos analistas la conciben como un movimiento táctico muy conveniente para los dos países asiáticos, aliados desde la guerra de la península de Corea de los años 1950.

Esta amistad, sin embargo, se encontraba en sus peores momentos desde que Kim Jong Un asumió la jefatura del estado y eliminó a su tío Jang Song Thaek quien, al parecer, tenía magníficas relaciones con China. Pekín, como nunca antes, jugó un papel crucial en la presión internacional contra Corea del Norte por su programa nuclear y llegó a firmar las sanciones cada vez más estrictas de Naciones Unidas en su contra.

Es por ello que, con este acercamiento a China, el dictador Kim Jong-un antes de sentarse a negociar con Corea del Sur y con Estados Unidos parece buscar llegar a esas cumbres respaldado por un peso pesado de la política internacional. A la vez que le sirve en bandeja a Pekín la posibilidad de ser visto como un garante de la estabilidad en la región y el contrapeso natural de EEUU.

En diplomacia todos los movimientos se miden milimétricamente, poner un pie en China antes de pisar tierra hostil le garantiza un espacio de maniobra a los dos aliados históricos independientemente de los resultados de las negociaciones con Trump y el líder surcoreano, Moon Jae-in. Es importante señalar que este es el primer viaje del líder norcoreano al exterior desde que está al frente de su país.

Desde el punto de vista chino, la visita demuestra que Pekín temía ser marginada de la más importante ronda de negociaciones de Asia. Xin Jinping observaba con desconfianza que, mientras él apretaba a su aliado histórico a instancias de Trump, Washington, Pyongyang y Seúl creaban las condiciones para sentarse a negociar al más alto nivel sin ninguna concesión previa, sin ser él un invitado a la mesa. Por ello el canciller chino, Wang Yi, se dio prisa en declarar que su gobierno “creó las condiciones básicas para la mejora (de las condiciones para el diálogo) al propugnar la congelación de los ejercicios estadounidenses y surcoreanos a cambio de cancelar las pruebas de misiles norcoreanas”.

Cuando la Casa Blanca acepta conversar con Pyongyang se produce un cambio radical de la postura de EEUU, que sostenía que “hasta que Corea del Norte no tomara medidas concretas para la desnuclearización, no habría conversaciones presidenciales. Incluso el propio presidente Trump había llegado a decir que no recompensaría la acumulación de armas nucleares con conversaciones bilaterales”, recordó The Washington Post.

Por eso no es descabellado pensar que en los próximos meses China busque aumentar su influencia en estas conversaciones.

La Casa Blanca mirará con atención los resultados de la cumbre entre las dos Coreas, planificada para el próximo mes de abril, y así visualizar por dónde irá más o menos el diálogo entre Washington y Pyongyang.

“Quien enfrenta a un enemigo durante muchos años con el fin de luchar por la victoria en una batalla decisiva, pero que a causa de ambiciones de rango, honores, permanece ignorante de la situación de su enemigo, está completamente vacío de humanidad. Tal hombre no es un general, …no es un señor de la victoria”, Sun Tzu.

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