KIEV.-Una serie de ataques aéreos contra la capital ucraniana destruyó el domingo tanques donados por Occidente y otros vehículos blindados, según el Ministerio ruso de Defensa. El ataque acabó con cinco semanas de calma en Kiev, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió a Occidente que no proporcione cohetes de mayor alcance a Ucrania.
Putin dijo que si se producen esas entregas, Moscú atacará “objetivos que aún no hemos golpeado”. En un primer momento no estaba claro si Putin se refería a nuevos objetivos dentro o fuera de Ucrania.
Las fuerzas rusas golpearon el domingo de madrugada instalaciones ferroviarias y otra infraestructura en la capital, Kiev. La operadora nuclear, Energoatom, dijo que un misil de crucero había pasado sobre la planta nuclear de Pivdennoukrainsk, unos 350 kilómetros (220 millas) al sur, en su trayectoria hacia la capital, y denunció el peligro que suponía esa aproximación.
Ucrania no confirmó de inmediato si los ataques rusos habían destruido tanques.
Kiev no había sufrido ataques similares desde la visita del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, el 28 de abril. El ataque de madrugada activó las sirenas antiaéreas y demostró que Rusia aún tiene la capacidad y voluntad de golpear el corazón de Ucrania tras abandonar su amplia ofensiva en todo el país para centrar sus esfuerzos en el este.
Los misiles parecían dirigidos a frustrar el aprovisionamiento de combatientes ucranianos, una creciente preocupación en Moscú.
En un mensaje en la app de mensajería Telegram, el Ministerio ruso de Defensa dijo que se habían empleado misiles de alta precisión y largo alcance lanzados desde el aire. Los ataques destruyeron tanques T-72 a las afueras de Kiev que habían sido proporcionados por países de Europa oriental y otros vehículos blindados que se encontraban en edificios de un negocio de reparación de autos, según el Ministerio.
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Ucrania afronta su momento decisivo
AP/Archivo
La invasión rusa de Ucrania iniciada el 24 de febrero ha provocado la muerte de decenas de miles de civiles y soldados, expulsado a millones de personas de sus hogares, desatado amplias sanciones contra el gobierno de Putin y sus aliados y asfixiado las exportaciones cruciales de trigo y otros granos desde Ucrania a través de los puertos del Mar Negro. Ese bloqueo ha limitado el acceso a pan y otros productos en África, Oriente Medio y otros lugares.
En una entrevista el domingo, Putin condenó las remesas de armas occidentales enviadas a Ucrania y afirmó que pretenden alargar el conflicto.
“Todo este revuelo en torno a las entregas adicionales de armas, en mi opinión, tiene un solo objetivo: alargar el conflicto armado todo lo posible”, dijo Putin, en alusión a los planes estadounidenses de proporcionar varios sistemas lanzacohetes a Kiev. Es improbable que ese material cambie gran cosa para el gobierno ucraniano, recalcó, que tan sólo compensaría la pérdida de cohetes de gama similar que ya tenía.
Si Kiev recibe cohetes de mayor alcance, añadió, Moscú “sacará las conclusiones apropiadas y utilizará nuestros medios de destrucción, que tenemos en abundancia, para atacar todos esos objetivos que no hemos golpeado aún”.
Los ataques de misiles alcanzaron los distritos de Darnytski y Dniprovski en la ciudad, según dijo en la app de mensajería Telegram el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko.
Energoatom dijo que un misil de crucero ruso había pasado peligrosamente cerca de la planta nuclear de Pivdennoukrainsk a las 5:30 de la madrugada, al parecer camino de Kiev. El misil voló muy bajo, según la agencia, que acusó a las fuerzas rusas de “no comprender aún que incluso el fragmento de misil más pequeño que pueda alcanzar una unidad en funcionamiento puede provocar una catástrofe nuclear y una fuga de radiación”.
El Kremlin ha reducido sus objetivos a capturar toda la región del Donbás, en el este. Separatistas con apoyo de Moscú combaten a las fuerzas ucranianas allí desde hace ocho años y han establecido repúblicas autoproclamadas.
En los últimos días, las fuerzas rusas se han centrado en capturar la ciudad de Sievierodonetsk. Las fuerzas rusas en el este de Ucrania continúan con su avance con misiles y ataques aéreos sobre ciudades y poblados en la región de Luhansk.
El Estado Mayor ucraniano acusó el domingo por la mañana a las fuerzas rusas de emplear municiones de fósforo en la zona de Járkiv y dijo que Moscú seguía realizando ataques aéreos y de misiles contra infraestructura civil y militar, incluso en Kiev.
En su parte matinal, el ejército ucraniano dijo que las fuerzas rusas habían empleado munición de fósforo en la zona del poblado de Cherkaski Tyshky en la región de Járkiv. No fue posible verificar la afirmación de forma independiente.
El Estado Mayor también dijo que fuerzas rusas continúan las operaciones de ataque en Sievierodonetsk, en la región oriental de Luhansk, una de las dos ciudades clave que quedan por capturar allí. Los rusos controlan ahora la zona este de la ciudad, según el reporte, y se centran en rodear a las fuerzas ucranianas en la zona y “bloquear la principales rutas logísticas".
En el Mar Negro, indicó el Estado Mayor, cinco misiles de crucero Kalibr esperaban listos para ser utilizados.
En su reporte diario de inteligencia, el ejército británico dijo que los contraataques ucranianos en Sieverodonetsk “probablemente frenan la inercia operativa que habían ganado las fuerzas rusas al concentrar potencia de fuego y unidades operativas”.
El comunicado también indicó que el ejército ruso depende en parte de tropas de reserva en la región de Luhansk.
“Estas tropas están mal equipadas y formadas y carecen de equipamiento pesado, en comparación con las unidades regulares rusas”, señaló el reporte, añadiendo que “esta estrategia probablemente indica un deseo de limitar las pérdidas sufridas por las fuerzas regulares rusas”.
Lejos del campo de batalla, los futbolistas de la selección ucraniana aspiraban a conseguir una plaza en el Mundial en un partido el domingo ante Gales en Cardiff.
FUENTE: Con información de AP