domingo 17  de  marzo 2024

A las nueve: ¿ver un show o una telenovela?

Como dicen por ahí, las horas ya duran tan sólo 40 minutos y se valoran muchísimo como para enfrentarse a un programa de televisión que continúe subestimando la inteligencia de los televidentes
Diario las Américas | IDAYSI CAPOTE
Por IDAYSI CAPOTE

Este horario nocturno es por excelencia el arma más fuerte de los canales de televisión Telemundo 51 y Univisión 23. Ambos imperios de la televisión hispana, por estos días, se declararon como nunca “una guerra al aire”. Y el show que salga a esta hora de telenovelas, como TN3 de América Tevé, tiene los días contados o debe reinventarse cada minuto que pase.

Suena estresante, pero es real. Puede estar el programa variado y super cómico con el gran elenco de comediantes y escritores que tiene, pero de lunes a viernes la competencia es contra el ADN telenovelero de los latinos.

Disfruto muchísimo varios momentos de este show: El noticiero de Serrano, las cazafortunas… tremendas guaricandillas, las operadas, la comedia rapeada, la aduana de Cuba y mucho más.

Todavía extraño Esta Noche Tu Night de Alexis Valdés, que era su competencia por Mega TV. Fue un SHOW de esos que todavía deberíamos disfrutar los fanáticos de la risa.

En Univisión 23 con Papá a toda madre, protagonizada por Maite Perroni y Sebastián Rulli; y en Telemundo 51 con la serie Al otro lado del muro, con las actuaciones estelares de Marjorie de Sousa, Litzy y Gabriel Porras la competencia está durísima.

Papá a toda madre, con tono de comedia, y Al otro lado del muro, con el tema sensible de la inmigración, se han distanciado de fórmulas gastadas de la chica cenicienta y el príncipe encantado tratado hasta el cansancio en las telenovelas. Si no, la gente de ahora se les va para Internet. Aunque hay un público fiel y “amaestrado” para este género televisivo, donde no me incluyo.

Desde 1950 cuando estos aparaticos llegaron a territorio cubano –los televisores– los artistas de la radio ante tal novedad se alarmaron al tener que llenar espacios en vivo a través de una pantalla, y surgió así El derecho de nacer, de Félix B. Caignet, como la primera telenovela del mundo y fue producida en Cuba. Ya había sido un éxito radial en 1948 con 314 capítulos escritos diariamente y transmitidos por la radio cada noche. Como pan caliente, acabados de sacar del horno. ¡Qué tiempos! ¡Cuanto talento!

Aquellos actores tenían que aprenderse cada día hasta 300 líneas del libreto o “bocadillos” y cuando se iba a pasar de un comedor a una sala, o sea, de una escena a otra, hacían un close up o toma cerrada con la cámara del rostro de la actriz o del actor –mientras actuaban– y una o dos personas les cambiaban la ropa para la siguiente locación. Nada era grabado… ¡Qué actorazos!

Dicen que hubo una disputa por años entre Cuba y Brasil, ya que la tierra de la samba quería adjudicarse el título de inventar las telenovelas, pero que finalmente ganó la verdad.

Volvemos al punto: se reinventaron las telenovelas. Este es el camino para seguir con vida en estos tiempos donde YouTube tiene un arsenal de cosas para ver. Desde cómo se hace un “arroz con leche” hasta entrar virtualmente a la casa de la gente y ver parte de sus vidas.

“Organismo que no se adapta, perece”, dicen que afirmó Charles Darwin, el científico inglés, analizando la evolución de las especies vivientes y las que desaparecieron. Y está demostrado que si no se sale de la ruleta rusa, los televidentes ni se molestan en estar una hora completa viendo una pantalla plana.

Como dicen por ahí, las horas ya duran tan sólo 40 minutos y se valoran muchísimo como para enfrentarse a un programa de televisión que continúe subestimando la inteligencia de los televidentes. Tienen que atrapar tu atención, se tienen que esforzar y, sobre todo, respetar al público.

Si dejan que la vulgaridad extermine lo popular y lo artístico, están perdidos. Los creadores deben tener siempre encendido el detector de chatarra, no confiar de que hoy esto o aquello fue un éxito rotundo. A diario vemos que el escándalo vende, pero no todos lo compramos.

¿Telenovelas o Shows? Cada cual tiene su público. Aunque llorar y reír son placeres humanos, el verdadero arte jamás debe ignorarse.

@idaysicapote

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