domingo 9  de  febrero 2025

Bullicio de futuro

Leo en la prensa que el anhelo de los miamenses para este año, recién estrenado, es tener buena salud y contar con un trabajo. Se trata de un deseo compartido, no me queda la menor duda, principalmente por quienes llegaron a estas tierras en busca de una vida más digna, que no pudieron encontrar en sus naciones de origen. n

Hay un despacho de la agencia EFE, por otra parte, que mucho nos atañe en Miami Dade College. Se trata de entrevistas a una serie de inmigrantes latinoamericanos sobre resoluciones para año nuevo y casi todos coinciden en poder visitar a sus respectivos países, luego de estabilizar sus asuntos migratorios, y aprender inglés, porque saben que es un modo seguro de progresar en un mercado laboral donde la preparación profesional resulta ser la clave. n

El pasado martes a nuestros recintos regresó el bullicio de futuro. Así le llamo al sonido de las conversaciones, las risas y el apremio de nuestros alumnos entrando y saliendo a las aulas, donde saben que están disputando una vida mejor, no obstante los sacrificios que suelen hacer porque son personas que trabajan buscando su sustento en una economía que comienza a cohesionarse después de graves fracturas. n

Hoy mismo acabo de leer que la batalla contra la pobreza, emprendida por el Presidente Lyndon B. Johnson hace medio siglo, no está del todo ganada, desafortunadamente. 46 millones de hogares americanos viven con ingresos que el gobierno considera inadecuados.

Y aunque las políticas de beneficencia han prevenido que la pobreza alcance mayores cifras en la población, es necesario que la franja de bajos salarios mejore, como afirma James P. Ziliak, de la Universidad de Kentucky, al analizar el fenómeno.

u201cNecesitamos un crecimiento económico fuerte -afirma el colega- con ganancias que sean distribuidas de manera amplia u201d. n

De 10 niños negros, 4 viven en la pobreza, según estadísticas nacionales, y entre los hispanos las cifras no son mejores, cuando sabemos que de 10 menores, 3 sobreviven como pobres.

Estos son números deplorables, sobre todo en un país, como el nuestro, que produce tanta riqueza. nAnalistas y políticos, de tendencias antagónicas, coinciden en afirmar que las políticas gubernamentales ayudan a atenuar la pobreza pero no son la solución.
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Se impone, por supuesto, una mayor recuperación económica que sigue siendo lenta sobre todo, cuando se sabe que la tasa de pobreza entre trabajadores a tiempo completo es del 3%, mientras que entre los desempleados es del 33 %. n

Pongan atención a tanto dilema y conflicto y tomen la ruta de una preparación académica adecuada si quieren escapar de la espiral de la pobreza. Contamos con miles de ejemplos que lo atestiguan.

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