jueves 21  de  marzo 2024
OPINIÓN

Colombia se juega su futuro

Lo que Colombia tiene hoy por delante es la encrucijada más determinante de su historia
Diario las Américas | JAIME FLÓREZ
Por JAIME FLÓREZ

Hace ya tiempo que la democracia viene negándoles a los colombianos la posibilidad de escoger su presidente entre los más honestos y los más capaces. Parece no haberles quedado más remedio, salvo en un par de ocasiones, que escoger al menos peor. Esta vez, como consecuencia de los resultados de la primera vuelta electoral, parecería que tendrán que escoger entre uno muy malo y otro mucho peor.

Lo que Colombia tiene hoy por delante es la encrucijada más determinante de su historia. No es mucho lo que se sabe a ciencia cierta sobre el ingeniero Rodolfo Hernández, que pasó a la segunda vuelta como el candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, un movimiento político sin mucho pasado y menos historia. Pero parece haberse convertido, casi de la noche a la mañana, en la opción que le queda a Colombia para salvarse de la pesadilla castro-chavista. No se ha mostrado dispuesto el ingeniero Hernández a establecer alianzas formales con los otros candidatos, pero ellos sí le han manifestado su apoyo, que él ha recibido con manifiesta gratitud.

Del que si se sabe bastante es de Gustavo Petro, el candidato del Pacto Histórico, una maraña de organizaciones políticas de izquierda, con evidentes simpatías con los regímenes de Cuba y Venezuela. Petro, que, aunque pasó a la segunda vuelta con la mayor votación, no parece llegar con mucha ventaja a la segunda vuelta. Los resultados del domingo 29 de mayo demuestran que tiene un límite, por debajo del 42%, y de ahí tampoco debe pesar el 19 de junio, entre otras cosas, porque para él y su gente era imperioso sacar más del 50%, para no tener que ir a segunda vuelta, y no lo lograron. En cambio, es muy probable que muchos colombianos que no simpatizan con el giro a la extrema izquierda, confiando en que habría otra oportunidad de hacerlo, decidieron no votar esta vez, esperando poder hacerlo en la próxima, por cualquiera que no sea Petro.

Para ganarle al candidato del Pacto Histórico, que para las elecciones del 2020 en los Estados Unidos declaró, que si pudiera hacerlo votaría por Joe Biden, parece estarse forjando una coalición de todas las fuerzas dispuestas a defender la democracia en Colombia. Desde el punto de vista ideológico por lo menos, no hay mayores impedimentos para que quienes votaron en primera vuelta, bien sea por Rodolfo Hernández, Federico Gutiérrez o Sergio Fajardo, voten en segunda vuelta por Rodolfo. Petro, por su parte, no va a poder jugarse esta vez la estrategia de desacreditar a la clase política y a los partidos, ni la de la guerra contra la corrupción, que ha sido la bandera de campaña del exalcalde de Bucaramanga, que ni es político de carrera ni llega aquí con el respaldo de partido alguno.

La izquierda ya nos tiene acostumbrados a sus estrategias sucias y, en ese contexto, ya están lanzando sus ataques contra el ingeniero, como si eso pudiera superar el pasado de exguerrillero, asesino y violador de derechos humanos de Petro. Están tildando a Hernández de Trump criollo. ¡Qué bueno resultaría que Colombia de algunos de los logros indiscutibles de Trump, en materia económica, por ejemplo, y también en lo que toca con la autoridad, el orden y el imperio de la ley!

En conclusión, los colombianos tendrán que decidirse, o bien por Rodolfo, con sus defectos y virtudes, pero que gracias a la alternatividad democrática podría ser reemplazado, si no funciona, en las próximas elecciones. La otra opción es Petro, quien ya nos ha anunciado que necesita por lo menos 16 años para ejecutar su programa de gobierno, y que, a ejemplo de sus mentores cubanos, reescribirá la constitución colombiana, como lo han hecho Chávez y otros aprendices tropicales de tiranos, para perpetuarse en el poder, que es lo único que les interesa.

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