sábado 15  de  febrero 2025

Colombia y las deudas de Fidel Castro

La guerrilla colombiana y el Gobierno de Juan Manuel Santos están tratando de llegar a un acuerdo de paz concertada nada más y nada menos que en La Habana.

Con esta mediación, Cuba se ha ganado el calificativo de u201cpaís facilitador del proceso de paz u201d u2026 junto a Noruega, primera sede de estas conversaciones.

Que Cuba se conozca ahora como Abogado de la Concordia es otra burla de la historia. nTodo el mundo admite la influencia cubana en Venezuela, por ejemplo, pero poco se dice sobre su hegemonía en Colombia.

De las guerrillas latinoamericanas, la colombiana es la única que dura más de medio siglo. La ayuda estadounidense a los gobiernos sucesivos del país para salir de esta pesadilla han sido enormes y no tiene comparación con la que pudo llegar a otro país cualquiera en la región, aquejado del mismo mal.

Más allá de los 9.000 millones de dólares del Plan Colombia, se manejan otras cantidades considerables. Un trabajo conjunto de inteligencia decapitó a las FARC en 2008, durante la presidencia de Álvaro Uribe. n

Cuando uno ve un país exhausto por la violencia y escucha los relatos escalofriantes de sus víctimas se pregunta -una vez más- si el fin justifica los medios y si después de todo, ir a bailar a casa del trompo no es la única solución que queda por probar. n

Para los que saben con toda seguridad que Fidel Castro es el padre decimonónico de la vieja guerrilla y para quienes tengan aún interés en conocer su versión del conflicto, existe un libro publicado, coincidentemente, en el mismo 2008.

La carátula del libro consiste en el ala de una paloma blanca con la huella de una bota militar que la pisa u2026

Supongo que el libro tendrá tantas interpretaciones como lectores, pero es igualmente una admisión desvergonzada de otro tipo de injerencismo del que no se habla nunca y poco se sabe, que es el cubano.

Lo cierto es que lo que ha llegado a llamarse u201cnarcoguerrilla u201d se inspiró después de 1959 en la Revolución cubana, cuyo líder se convirtió en un administrador, una especie de gurú práctico que convenció en los años 60 a las más de 20 agrupaciones guerrilleras a unirse, como condición para recibir ayuda y asesoría.

Sin embargo, divide y vencerás, Fidel Castro se las arregló para dejar una entidad bicéfala: el ELN y las FARC. Enfrentar a dos fuerzas que hacen lo mismo se repite en sus estrategias subversivas. nLo demás es historia.

El manejo de la guerrilla Made in Havana llevó a varios presidentes colombianos a tener mucho cuidado con el régimen, que siempre ha usado su liderazgo como un chantaje para promover votaciones y mantener su estatus en foros internacionales tales como la OEA y la ONU.

Mencionando a la OEA, no le quedó más remedio a César Gaviria, expresidente colombiano y Secretario General en esa época, que contar con Fidel Castro y algunos u201ccuadros u201d del Departamento de América para rescatar de un secuestro a su hermano u2026 n

Para la visión castrista, Colombia debe haber sido el laboratorio perfecto. Reúne características geográficas y culturales muy diversas; es andina y caribeña y está subdivida en regiones que son como minipaíses, con sus llanos y selvas. Es una nación que tiene de todo un poco, un poco de todo lo bueno y todo lo malo de América Latina.

Ese minicontinente debe haberle parecido idóneo a Castro para sus experimentos totalitarios y, de hecho, estaba allí el día en que se inició esta guerra civil sin final, porque tenía una cita con el candidato Eliecer Gaitán, que fue asesinado esa misma tarde de abril de 1948. De manera que el encuentro no tuvo lugar, pero le permitió ser testigo y parte del desdichado Bogotazo. n

El tiempo será el culpable: Castro perdió garra dentro de la guerrilla cuando empezaron a desaparecer sus líderes históricos y los sucesores comenzaron a ponerse levantiscos. El control se le hizo difícil y uno de los resultados es que la segunda guerrilla del país no está presente en la negociación habanera, que da un paso adelante y dos atrás, y se atasca y se desatasca con la misma frecuencia. n

Asumir que tenga un rol cualquiera en el avance de la paz en Colombia es asumir demasiado. Pero debe tomarlo como una deuda personal e histórica. nLos guerrilleros cambiaron su sede nórdica por una mesa en la isla. Los motivos son obvios: Cuba ha sido su paraíso. Burla o no, contrasentido o no, el deseo es que los colombianos, como mismo encontraron en mi patria los fundamentos para la Guerra, descubran allí la formula mágica para restablecer la paz.

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