El pasado junio de 2020 Beijing impuso en Hong Kong una Ley de Seguridad que, entre otras graves violaciones a las garantías de las personas, sancionaba como parte del marco legal vigente la posibilidad de procesar en ausencia a un ciudadano extranjero por un hecho acontecido fuera de China para, eventualmente, detenerlo y encarcelarlo en un futuro hipotético. En muchas ocasiones cuando los regímenes totalitarios actúan de manera represiva, las sociedades abiertas primero se sorprenden y lo rechazan, luego lo toleran y por último se resignan. Cuanto más poderoso sea el régimen represivo en cuestión, más influyente será su accionar para otros regímenes represivos.
La Ley de Seguridad no solo ha tenido consecuencias en los habitantes de Hong Kong sino ha generado un previsible proceso de imitación en otras autocracias y dictaduras. Al ver que la dictadura más poderosa de todas ha abierto el camino, regímenes menos poderosos perciben un marco protector para actuar. Así, el funcionario castrista José Luis Reyes Blanco, Jefe del Departamento de Dirección de Procesos Penales de la Fiscalía General de la República de Cuba, ha aparecido en la Televisión a modo de advertencia: “Nuestra propia legislación, esa que les decía que teníamos para enfrentar este tipo de conducta, nos permiten el juzgamiento de personas que no se encuentren en el país, que están financiando o que tengan un nivel de participación, porque puede ser que algunos financien pero otros convoquen, otros coordinen, entonces tengan un nivel de participación para que esta acción que pretenden se realice aquí en Cuba, tenga éxito… y entonces todas las personas que puedan tener un nivel de participación…bueno pues, pueden ser procesadas y pueden ser procesadas en ausencia.
En Cuba tenemos el procedimiento expedito, lo tenemos en nuestra ley de procedimiento penal que… perfectamente recoge el procedimiento, la forma en que deba ejecutarse ese tipo de proceso y juzgar en ausencia a aquella persona o hacer también algún tipo de cooperación jurídica internacional, trasladarle al Estado donde se encuentre los hechos que ha cometido, si son hechos delictivos ahí entran otras consideraciones de derecho comparado…pero existe la cooperación jurídica internacional”. El periodista del canal del régimen le pregunta para darle la posibilidad de remarcar el punto: “¿Eso es posible al amparo de la legislación vigente en Cuba?”, y Reyes Blanco contesta: “Si, es posible al amparo de la legislación vigente la cooperación jurídica y el juzgamiento de personas que se encuentran en el exterior por las leyes cubanas porque cometen actos que se consuman…que la afectación la provocan aquí en Cuba”.
El argumento de Reyes Blanco es absurdo. Obviamente, llevando al extremo su planteamiento, cualquier acto de una persona en cualquier lugar y en cualquier momento del pasado o presente podría ser interpretado por un determinado marco legal represivo, como el cubano, como una acción que ha afectado en algo el estado de cosas en la isla y entonces arrogarse el derecho de juzgar en ausencia a esa persona. Sin embargo, el punto más importante aquí es preguntarse por qué un funcionario relevante del régimen aparece en la televisión para hacer este planteo ahora y no antes y, más aún, por qué ahora reparamos con mayor preocupación ante semejante ejercicio público de un régimen fascista como el cubano. La respuesta es bastante sencilla: porque ahora este tipo de argumentos legales delirantes no nos asombra sino que nos preocupa y nos preocupa porque ya nos asombramos en el pasado cercano en Hong Kong. Dado que la Ley de Seguridad en Hong Kong nos asombró pero hicimos poco, el régimen cubano interpretó que este tipo de sanciones ya se pueden enunciar aunque (por ahora) difícilmente se puedan cumplir o ejecutar.
En la entrevista citada, Reyes Blanco hace hincapié en la posibilidad de la “cooperación jurídica internacional”. Obviamente, las dictaduras cooperan entre sí (aunque a veces hay demasiadas democracias que cooperan por inacción) y Cuba abre la puerta a una nueva forma de intercambio con los distintos regímenes represivos, particularmente el nuevo Moscú que se consolide en oriente.