La aparición de una encuesta que concluye que la mayoría de los floridanos está a favor de un cambio en la política de los EEUU hacia Cuba es la prueba definitiva de que algo se está moviendo para que las posturas entre Washington y La Habana se acerquen de manera definitiva.
Durante las últimas semanas se han producido varios hechos significativos que abonan la teoría de una acción cocinada por alguna de las partes interesadas. n
Primero fue la Unión Europea anunciando de la noche a la mañana la creación de un nuevo marco de negociación con la isla que supondría el fin de la Posición Común, propugnada por el gobierno de José María Aznar y que supeditaba cualquier acercamiento a un cambio en lo que respecta al respeto a los Derechos Humanos por parte de la dictadura cubana. n Después, el magnate azucarero Alfy Fanjul anunciaba que estaría dispuesto a invertir en su país de origen -del que tuvo que salir huyendo hace décadas- u201cbajo las circunstancias adecuadas u201d.
Cuando los analistas políticos y económicos buscaban todavía explicación a las palabras de Alfy, el pasado fin de semana, el antes gobernador republicano y ahora candidato demócrata Charlie Crist anunciaba su cambio de postura y se presentaba como enemigo del embargo. n
La encuesta del centro de Estudios Atlantic Council revela que el apoyo al cambio de rumbo es aún mayor en Miami-Dade, con un 64% de apoyo.
Está claro que más allá de la adscripción partidaria, las nuevas generaciones proponen una nueva forma de abordar el problema de la relación entre EEUU y Cuba.
Aún así, la encuesta más importante tiene lugar a través del voto y son las instituciones de la voluntad popular las que pueden propiciar un cambio en la política de firmeza mantenida durante los últimos 50 años.