Hace apenas un mes alguien empuñó un rifle semiautomático y acabó con la vida de 17 personas y la Florida tan sólo ha establecido un par de medidas encaminadas a controlar la proliferación de las armas de fuego.
Hace apenas un mes alguien empuñó un rifle semiautomático y acabó con la vida de 17 personas y la Florida tan sólo ha establecido un par de medidas encaminadas a controlar la proliferación de las armas de fuego.
El comité que estudia la Constitución estatal cada 20 años y puede recomendar plebiscitos, sin requerir la usual firma de miles de simpatizantes, Florida Constitution Revision Commission, decidió dejar a un lado la propuesta de restringir y/o prohibir la venta de rifles semiautomáticos.
Aparentemente no bastan las muertes ni las masacres para despertar conciencia en torno al tema de la posesión de armas. Hay quien dice que el peso del poder de la Asociación Nacional del Rifle puede más que el dolor y la intransigencia de quienes creen ver una amenaza contra el controvertido derecho a las armas que otorga la Segunda Enmienda de la Constitución de la nación.
Las estadísticas reiteran que ocurre un tiroteo múltiple cada semana en Estados Unidos. No hay cifras oficiales ni un registro único que denote cuántas armas de fuego existen en el país, pero un estudio de la firma Small Arms Survey señala unas 300 millones unidades en posesión de civiles.
Esta escalofriante cifra sitúa a la Unión Americana como el país del mundo con mayor número de armas: 89 por cada 100 habitantes.
Sabemos que la Florida está considerada como un estado “fácil” para tener armas de fuego. Aquí hay más 2.390 tiendas que venden pistolas, escopetas y fusiles. También abundan los lugares adonde ir a practicar y con sólo 18 años de edad y tres días de espera se puede obtener una licencia para tener un arma de fuego.
De hecho, el autor confeso del tiroteo en el instituto Marjory Stoneman Douglas tenía permiso para portar armas de fuego. También la tenía el hombre de la discoteca Pulse, en Orlando, que acabó con la vida de 49 personas e hirió a otras 53, y el que acabó con la vida de otras cinco en el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale.
Y todo esto ocurre en medio de una cuestionable oposición que se niega a aceptar un chequeo adecuado de antecedentes penales, sociales e incluso mentales a quienes desean comprar un arma.
Tal vez sea hora de establecer un serio debate nacional sobre la Segunda Enmienda, que reconoce el derecho a poseer armas de fuego y fue redactada hace 227 años.