viernes 20  de  septiembre 2024

El alimento del alma

En estos días, en que comienza la Miami Book Fair me asaltan los recuerdos de cómo los libros han marcado mi vida

Pensar en los libros, al igual que en nlos periódicos, me provoca pasión y nmelancolía. Uno no sabe lo que les deparará nel destino y si la revolución tecnológica napuntillará definitivamente nsu formato en papel, pero sea en el soporte nque sea, tendrán que sobrevivir ncomo alimento del alma. n

En estos días, en que comienza la nMiami Book Fair me asaltan los recuerdos nde cómo los libros han marcado mi nvida y de cómo hemos ido creciendo nen paralelo a nuestra evolución en nel gusto por la lectura. Me recuerdo nde niño, en esos minutos previos al nsueño, disfrutando con los cómics de nlos habitantes de la irreductible aldea ngala, Astérix y Obélix, del reportero naventurero Tintín o de los hilarantes ny desastrosos detectives Mortadelo y nFilemón. Me hace gracia ver ahora que nalgo de aquellas aventuras ideadas para nniños están impregnadas en mí. Siendo nperiodista me he sentido en ocasiones nintrépido como Tintín, luchador contra nlos poderosos como Astérix pero ntambién camaleónico y desesperado ncon Mortadelo. n

Unos años más tarde recuerdo al nRobinson Crusoe, de Daniel Dafoe, y nal tigre de la Malasia, el Sandokán de nEmilio Salgari, el sueño de experimentar nsensaciones y lugares remotos. De nla curiosidad pasamos a la obligación. nLa escuela y los profesores irrumpen nen un momento de nuestras vidas para nmarcarnos por decreto lo que debemos nleer. A los 10 años, seguramente, npesa más la necesidad de pasar los nexámenes que disfrutar de los libros nque eran de lectura obligada. Aún así nresuenan en mi memoria las carcajadas nque experimenté en la soledad de nmi cuarto infantil cuando me imaginaba nal Lazarillo de Tormes vomitando nsobre el ciego cascarrabias cuando éste nintrodujo la nariz en su boca para comprobar nsi su joven ayudante le estaba nsisando comida. n

Otro personaje, el Marqués de Bradomín, nprotagonista de las Sonatas de nValle Inclán, me acompañó en mi primeros namores adolescentes. Ser feo, ncatólico y sentimental eran las señas nde identidad de aquel conquistador nque me inspiró para sobrevivir en los nprimeros reveses del amor. n

Quizás muchos periodistas somos escritores nfrustados, quizás por eso elegí nesta carrera. Y de aquellos años universitarios nrecuerdo sobre todo dos nombres nque tienen mucho que ver con la nrelación entre periodismo y literatura: nGabriel García Márquez y Mario Vargas nLlosa. Causantes de mi amor por esta nprofesión pero también de mi pasión npor esa región del mundo llamada Latinoamérica. nDe Noticia de un Secuestro na La Fiesta del Chivo, hoy siento que mi nalma está bien alimentada y que disfrutaré nde Miami Book Fair como años natrás lo hacía paseando por El Retiro nen la Feria del Libro de Madrid. n

Alimentar el alma sigue siendo una nnecesidad y es nuestra obligación ntransmitirsélo a las generaciones venideras. 

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