jueves 16  de  octubre 2025
ANÁLISIS

El balón en la cancha del fiscal Tarek William Saab

La tiranía de marras, tiene un sobrado prontuario en lo que se refiere a atentar contra opositores más allá de sus límites nacionales

Diario las Américas | OMAR ESTACIO Z.
Por OMAR ESTACIO Z.

Gabriel Boric, presidente de Chile, sin ambages de ninguna especie, ha acusado al gobierno ilegítimo de Nicolás Maduro, de la autoría material y la complicidad necesaria —hay quienes denominan a esta última autoría intelectual– en los delitos de secuestro y ulterior asesinato del capitán Ronald Ojeda Moreno, perpetrados el 21 de febrero del año pasado, en la capital de la referida nación hermana y austral.

Sin ir más lejos —expresó Boric en un evento celebrado en Roma, el miércoles pasado, cuyo tema central eran los derechos humanos— en mi país tenemos el caso del asesinato de un exmilitar venezolano en el que, entre los sospechosos, se cuenta “el mismo régimen del dictador Nicolás Maduro, que robó las elecciones en su patria»

La tiranía de marras, tiene un sobrado prontuario en lo que se refiere a atentar contra opositores más allá de sus límites nacionales. Ocurrió con los norteamericanos, Eyvin Hernández y Jerre Kenemore; con el también militar venezolano, Franklin Alfredo Caldera, secuestrados cada uno por encargo, en diferentes fechas y circunstancias, en territorio colombiano; con los asesinatos frustrados, la semana pasada de los activistas, compatriotas, Luis Peche y Yendri Velásquez, en el extrarradio de Bogotá; con las gravísimas amenazas, a lo largo de 2024 y lo que va de 2025, por igual, en territorio colombiano, contra los integrantes de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela de NN.UU., quienes ante la negativa del desgobierno de Maduro de permitirles el ingreso a Venezuela, se habían visto obligados a cumplir sus delicadas funciones desde el hermano país. En esta misma columna hemos denunciado –pruebas al canto— la práctica implantada desde Miraflores de simular ante Interpol, en la forma más maliciosa, el robo de los pasaportes de numerosos disidentes venezolanos residentes en el extranjero, de modo de anularles el elemental derecho a la identidad.

Poco antes de la alocución del presidente Boric, en específico, el dos del presente octubre, Héctor Barros, altísimo funcionario del Ministerio Público chileno y fiscal especial al frente de las investigaciones por la abducción y sicariato del capitán Ojeda Moreno, había señalado en entrevista transmitida por el canal 24 Horas de TVN que entre los autores de tales crímenes estaban altos cargos del régimen de Maduro, Diosdado Cabello, uno de éllos, quien habría sido quien les pagó a los homicidas por ejecutar semejante “trabajo”.

El fiscal Barros, además, anunció que le solicitará ad omnium eventum, al Estado venezolano la captura y extradición a Chile de Cabello. No obstante, la Constitución venezolana prohíbe el envío a país extranjero de sus nacionales sin importar la gravedad de los supuestos crímenes que hayan cometido en el exterior.

¿Significa esto último, que el señor Cabello, supuesto coautor de felonías tan horrendas quedará impune?

Rige en tales situaciones la máxima “aut dedere aut judicare” locución latina que sintetiza el principio vigente en el Derecho Internacional contemporáneo, según el cual las autoridades venezolanas, en casos como el comentado, en el supuesto de no extraditar al presunto perpetrador, se encuentra comprometido a juzgarlo en sus instancias internas.

El Fiscal General de Venezuela, Tarek William Saab, está obligado a procesar tales atrocidades ante su propia Fiscalía General, a riesgo de convertirse en su encubridor (artículo 284 del Código Orgánico Procesal Penal venezolano).

El cronista, desde hace mucho conoce a Saab y por lo mismo tiene la certeza que hará lo que se debe, mayormente, ante un aliado (¿?) que cada día es un lastre más pesado, aún para un gobierno muy gamberro.

Años atrás, no demasiados, cuando todavía no había sido forzado a marcharme de mi amada Venezuela, se lo advertí de manera pública al señor Cabello con motivo de los insultos que me prodigó en su programa por la TV del Estado. Todo a causa de ejercer mi profesión como Dios manda: “No se meta con nosotros, los abogados, señor Cabello, que usted pronto los va a necesitar”.

A veces, lo que la razón no consigue, lo consigue el tiempo.

@omarestacio

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