El Gobierno no tendrá el dinero que proyecta recaudar
Este gobierno ha recibido 34 veces el presupuesto usado para la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en el plano económico, los escenarios del 2014 prevén en primer lugar, una sobreestimación por parte del gobierno en la producción de crudo. El gobierno dice producir 3.011.000 por día (según cifras en la Ley de Presupuesto Nacional). Ahora bien, esta cifra presenta grandes incongruencias, según el informe presentado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en 2013 Venezuela produjo 2.752.000 barriles de petróleo diarios. n n Luego de analizar cuidadosamente las cifras reales de producción o extracción de crudo de Venezuela, veremos un escenario crítico para nuestra economía. De los 2.752.000 barriles diarios que realmente se producen, gran parte se encuentran comprometidos con países como Cuba, para honrar el"pago" del convenio"soberano", cuya contraprestación para Venezuela, es"asesoría" en diversas materias, u honrar compromisos asumidos con otros países, en especial con la República de China y así saldar la deuda que mantenemos con ellos, por el crédito otorgado de 20.000.000.000 millones de dólares. Sin contar con los créditos recientemente adquiridos n
Como si fuera poco, de los 2.752.000 barriles, casi 700.000 barriles de producción para consumo interno, se encuentran subsidiados (ejemplo, la gasolina), lo cual se encuentra muy alejado de la realidad establecida por el gobierno en la Ley de Presupuesto, que valoriza (precio estimado) el barril de crudo venezolano en 40 dólares. Restan aproximadamente 1.000.000 barriles que están comprometidos con USA, y son los que realmente representan una política económica coherente en materia de finanzas públicas. En conclusión, NO venderemos 3.011.000 barriles diarios a un precio por encima de 60$ por barril y mucho menos tendremos el dinero que el gobierno proyecta recaudará para su flujo de caja reflejado en el Presupuesto Nacional del 2014. n
Los anuncios económicos realizados en el mes de enero por Rafael Ramírez demuestran el desorden económico que reina el país en este momento. El reflejo está en las calles. En el mes de enero se registró, según el Banco Central de Venezuela una escasez de 28%, la inflación alcanzó un 3,3%. Sigue creciendo, mientras las subastas establecidas por el Sistema Complementario para la Adquisición de Divisas (SICAD) han sido suspendidas, la tasa del dólar es marcada por estas subastas. Sin contar que muchas empresas comienzan a frenar la producción de alimentos por problemas en la cancelación de divisas de 2013. nLos bancos siguen siendo asfixiados por el aparado del gobierno. Debemos recordar la imposición de restrictivas regulaciones emanadas de los órganos competentes que obligan a la banca, a que sus políticas en la conformación de su cartera crediticia deberá estar orientada en una parte muy importante, a los créditos con tasa regulada de viviendas, cuyos intereses (oportunidad del Banco para recuperar capital empleado, gastos y una utilidad) se encuentran dos tercios por debajo de la inflación que refleja el Banco Central de Venezuela y los bancos cuyo patrimonio sobrevivan, tendrán que apartar un 5% de sus utilidades para los consejos comunales. n
Las restricciones para obtener divisas hacen que muchas empresas se estén viendo obligadas a cerrar sus puertas o comenzar a despedir trabajadores. Es el caso, por ejemplo de Toyota de Venezuela, una empresa ensambladora de automóviles, que ha decidido parar sus actividades u201cindefinidamente u201d en la planta de Cumaná por falta de piezas, pues aún esperan la cancelación de deudas de 2013 y asignación de divisas de 2014. n n La supervivencia económica en el 2014 depende de atraer inversión extranjera y obtener créditos de entes internacionales, para ello hay que garantizar una gestión operativa coherente, un plan de gobierno con metas lógicas y alcanzables, un plan social, garantizar la propiedad privada y seguridad jurídica, pero para nuestra desgracia, así no es como se vislumbra nuestro futuro.