martes 4  de  febrero 2025

!El Nacional NO morirá!

¿Por qué sucumbe el periódico? La estrategia del régimen es someter a los dueños de los medios impresos o digitales por la vía de la presión, extorsión y persecución política permanente usando todos los instrumentos del estado
Diario las Américas | PEDRO MENA
Por PEDRO MENA

“Tocó apagar el sistema que por 75 años imprimió las letras que marcaron la historia de un país, que relató los principales hechos que cambiaron el rumbo de una nación y que fue estandarte del periodismo a nivel mundial. Los obreros fueron testigos de primera mano del proceso en el que tuvieron que apagar la gran máquina de acero, cerraron la puerta para algún día volver.

En sus mentes solo existe un pensamiento fijo: algún día volverá a estar en sus manos, algún día las letras azules volverán a estar dentro de los quioscos en todo el territorio nacional y sobre todo, un día El Nacional titulará “Venezuela volvió a la democracia”. "Por ahora nos vemos en la web", párrafo triste en el último editorial impreso de El Nacional, el viernes 14 de diciembre, un periódico que sembró en Venezuela las semillas permanentes de un periodismo de vanguardia, valiente, audaz y profundamente democrático.

Entre tantos e importantes temas de diversa índole en la actualidad noticiosa mundial, tomé la decisión de escribir sobre este hecho trascendente e inolvidable, muy melancólico y afligido por la mala noticia del cierre temporal de El Nacional, un diario que marcó para siempre el corazón y las mentes de los venezolanos durante 75 años de larga vida en las manos de sus lectores.

No es un hecho casual, es el epílogo de una política de destrucción general del país, impulsada por un régimen nefasto, oprobioso y genocida que no se contenta con cerrar las urnas de los pobres enfermos, hoy cadáveres, producto de carecer de insumos y debida atención médica. Que además cierra las fuentes de educación y formación profesional como las universidades autónomas nacionales. Que cierra la posibilidad de libertad de expresión libre y soberana.

Que cierra las compuertas de las cárceles y calabozos para albergar ilegalmente a quienes luchan políticamente contra la dictadura, torturándoles y asesinándolos impunemente. Que cierra la posibilidad de que el pueblo hambreado y necesitado pueda recibir ayuda humanitaria internacional. Que cierra cualquier opción de una salida democrática que evite el derramamiento de sangre inocente y finalmente que cierra cualquier posibilidad de entendimiento cívico, patriótico y pluralista a la crisis más acentuada y crítica que ha sufrido Venezuela en los últimos 100 años. Un cierre total a la luz y el brillo de la esperanza, la redención social y la libertad en su sentido más amplio.

El Nacional es parte de la historia diaria de los venezolanos en sus diferentes etapas históricas. En mi juventud solíamos comprarlo con mucha emoción, especialmente los domingos, para leer el famoso “Cuerpo D” sobre política y sucesos, como el “cuerpo B” sobre deportes y “C” sobre artes y cultura. Los titulares en el cuerpo “A” y sus secciones de opinión, artículos y editorial, con las informaciones internacionales y su famosa super leída “Mancheta” y la caricatura central de Zapata y otros importantes intelectuales del arte universal. Lo mejor del país en acción cultural y educativa.

Recordar con nostalgias a destacados periodistas, en diversas áreas de la economía, de la política, del deporte, la farándula, sociales y sucesos, es conocer una de las etapas más fructíferas del periodismo nacional. Amigos como mi compadre Carlitos González, fundador después del diario deportivo Meridiano; Jesús Cova, Abelardo Raidi, las flamantes y picantes entrevistas de Rosa Ustariz, Rosita Caldera, Rosita Regalado, Rosana Ordoñez y Alba Sánchez; los diseños gráficos del pintor y famoso artista plástico Víctor Hugo Irazábal, Víctor Suarez, Moreno, las crónicas de Ramón Hernández, Rubén Mijares, Leopoldo Linares, flamante redactor político, junto a otro gran amigo Olmedo Lugo, Marianella Salazar, Ibeyise Pacheco, Euro Fuenmayor, Eduardo Delpretti, Asdrúbal Barrios, Los “jefes” Heberto Castro Pimentel y Mario Delfín Becerra; los “chamos” de la época y de las nuevas promociones como Fermín Larez, Javier Conde, Cristóbal Guerra, y Aquilino José Mata, Elena Block, entre otros.

Mención especial a Don Arístides Bastidas, una leyenda épica, forjador y maestro de las nuevas generaciones en el periodismo científico; Ezequiel Diaz Silva, el “comisario” de las informaciones policiales, junto a la bella Sandra Guerrero, Imperio Rodríguez, Elizabeth Araujo y Milagros Socorro. Recordamos a William “chino” Becerra Mijares, Mara Comerlatti, viuda de Zapata, y William García Insausti, entre estos virtuosos periodistas que hacen de El Nacional una verdadera cantera de la historia del periodismo latinoamericano y una verdadera universidad de la experiencia y la enseñanza. ¡Que lujo de plantilla de geniales periodistas! Si olvido algún nombre en especial, me disculpo, pero lo integro al reconocimiento. ¡Qué felices tiempos aquellos!

¿Por qué sucumbe el periódico? La estrategia del régimen es someter a los dueños de los medios impresos o digitales por la vía de la presión, extorsión y persecución política permanente usando todos los instrumentos del estado para cumplir sus premeditadas fechorías y delitos criminales. Demandas y juicios millonarios de toda índole, allanamientos, presiones y negación a la venta del papel para la imprenta, sanciones y multas, en fin, cualquier acto por ilegal que fuere, es aplicable a El Nacional, a sus periodistas, trabajadores y dueños, por la acción delictual de los altos funcionarios del régimen tiránico. Por mantener un posición indoblegable, firme y valiente al denunciar las tropelías y violaciones legales del derecho a los ciudadanos a ser libres en democracia, son castigados por la dictadura de Maduro.

Como militante activo de la oposición democrática venezolana, como viejo amigo de Miguel Henrique Otero y fanático de la lectura de El Nacional, antes impreso y luego digital, debo, y debemos, manifestar nuestra solidaridad con todo el personal ejecutivo, de redacción y trabajadores de este gran diario venezolano que hoy sufre los rigores por ser defensor de la libertad de expresión de la democracia. Y por tales razones denunciamos ante el mundo que, a pesar de estas dificultades transitorias, sus lectores hemos decidido por nuestra propia voluntad, decretar que ¡EL NACIONAL NO MORIRÁ!, que más pronto que tarde la luz de la justicia resplandecerá y nuestro histórico diario vencerá a la oscuridad y a la ignominia, regresando a seguir cumpliendo su infinita posición en el tiempo de la verdad y el respeto ciudadano. Es el mejor legado a sus fundadores: Henrique Otero Vizcarrondo y Miguel Otero Silva.

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