jueves 28  de  noviembre 2024
Control Civil

El regreso a casa

Quienes decidan regresar a Venezuela generarán un impacto muy importante en la construcción de una nueva sociedad, de un País mejor, y quienes decidan no regresar, serán excelentes embajadores de la venezolanidad
Diario las Américas | JUAN IGNACIO RIQUEZES
Por JUAN IGNACIO RIQUEZES

Una muy buena parte de los millones de venezolanos que conforman la diáspora están manifestando su deseo de regresar al País, tan pronto cese la usurpación y caiga la tiranía.

Hay quienes indican que permanecerán por un tiempo, corto o largo, en los países que les acogieron, hasta que las condiciones de seguridad personal en Venezuela sean consideradas adecuadas para regresar.

Otros simplemente ya han echado raíces fuera del País y tienen nuevas nacionalidades, aunque no desean olvidar jamás sus orígenes venezolanos.

Muchos jóvenes cuyas familias han realizado inmensos esfuerzos para ofrecerles educación superior en reconocidas universidades alrededor del mundo, están trabajando o querrán trabajar unos años antes de regresar a Venezuela, para consolidar sus carreras. Muchos de ellos se casarán y formarán familia con personas de otras nacionalidades. Algunos regresarán y otros no.

Lo cierto es que quienes decidan regresar a Venezuela generarán un impacto muy importante en la construcción de una nueva sociedad, de un País mejor, y quienes decidan no regresar, serán excelentes embajadores de la venezolanidad dondequiera que residan y construirán, seguramente, muy necesarios puentes entre Venezuela y el mundo exterior.

Las experiencias adquiridas por la diáspora en cuanto a civilidad, solidaridad, amor al trabajo, cumplimiento normativo, respeto a la autoridad, pago de impuestos, exigencia de derechos, competitividad, eficiencia empresarial y responsabilidad con el ambiente, entre otras, comprenderán un muy valioso equipaje del migrante que retorna a casa y que habrá de ser compartido sin complejos, pero sin arrogancia, con los valientes paisanos que decidieron quedarse en Venezuela resistiendo estoicamente la dictadura, hasta su final.

Los venezolanos de bien que nos quedamos y los que nos fuimos, todos, sufrimos los embates de esta dictadura, de manera distinta, pero los sufrimos.

Las posibilidades de éxito en la construcción de la nueva Venezuela se potenciarán, en buena medida, con la inteligencia que todos tengamos al restablecer un sano y funcional entramado social y al aceptarnos unos a otros sin recriminaciones fútiles.

Por respeto a nuestros compatriotas que viven en Venezuela y por nuestra propia conveniencia, quienes conformamos la diáspora debemos organizar muy bien nuestro regreso para no generar un caos innecesario, que les haga más incómoda la ya intolerable crisis humanitaria.

Imaginémonos por un momento que dos millones de compatriotas decidamos regresar al País, durante los tres meses siguientes al cese de la usurpación. Pensemos nada más en el impacto que generaríamos sobre las capacidades del mercado de bienes y servicios para atender ese súbito incremento poblacional.

Ya los venezolanos que conformamos la diáspora aprendimos el tiempo que toma y lo que hay que hacer para migrar, llegar y asentarse. Pues bien, ahora debemos utilizar ese aprendizaje, a la inversa, para regresar al querido terruño, pero entendiendo que la situación actual de Venezuela no es la de los países que nos acogieron, ni siquiera es parecida a la Venezuela que dejamos hace 5, 10 o 15 años.

Lo más recomendable es organizar el regreso a casa como si se tratara de un proyecto de desarrollo empresarial, tomando en cuenta la mayor cantidad de factores posibles, tales como: quienes serán los socios de esa nueva empresa (la familia), los aportes de cada uno de ellos (incluyendo los económicos), a lo que se dedicará cada uno de los miembros (colegios, universidades, trabajos, etc.), la locación, la movilidad y la disponibilidad de productos y servicios, entre tantos otros aspectos a considerar.

Hay que entender que para cada familia venezolana en la diáspora, el regreso a casa es un megaproyecto de vida. Démosle el tratamiento que amerita.

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@juanriquezes

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