Cuando yo era niño y jugábamos fútbol en el parque, el dueño de la pelota siempre era uno de los peores jugadores, sin embargo, era el capitán de algún equipo y por supuesto, siempre jugaba. Trump parece emular aquella escena porque en estas elecciones presidenciales tiene el perfil de aquel niño rico que por tener cierto nivel de éxito empresarial cree que puede desafiar el sistema en el que el mismo se desarrolla y del cual el en su momento se aprovechó para hacer su fortuna. En ese contexto también tiene la mala costumbre de que cuando el sistema no lo favorece es porque todo esta amañado en su contra o hay fraude.
A Clinton por otro lado se le observa toda almidonada tratando de romper esa imagen de mujer fuerte o dama de hierro para llegar a cautivar a los millennials que no se dejan impresionar por ese estilo de vestir y una actitud imperturbable. Ella no desafía al sistema y más bien busca representar a la unión americana con un discurso inclusivo, pero definitivamente, más de lo mismo.
Claro está que la campaña electoral ha consistido en ataques de ida y vuelta tratando de mostrar la ropa sucia de cada candidato al público, sin embargo, de propuestas concretas y realistas se ha visto muy poco. Será acaso porque la figura presidencial es solo eso? Una figura y quien realmente gobierna es el Congreso de Estados Unidos.
Se plastifica tanto a los candidatos que se les impone un tipo de ropa, color, estilo, accesorios, formas de hablar, postura, gestos, cuándo y cómo reír, cuando patear el tablero, cuando callar y cuando hablar, en fin, creo que el mejor para el puesto es Francis Underwood de House of Cards.
Como quiera que sea, esta nación enfrenta el desafío de renovar su sistema democrático que se observa desgastado y fortalecer la economía que es el pilar de esta gran nación. En ese sentido muchos inversionistas latinoamericanos están esperando el resultado de estas elecciones porque el candidato republicano parece no apoyar a los inmigrantes y a la cultura latina.
Uno de los caballitos de batalla del sistema democrático y económico estadounidense fue la clase media, que incluía a la mayoría de la población. Hoy ese sueño americano se le ha desvanecido de las manos a muchos ciudadanos de la clase media lo que está generando un sabor agrio en la población. Sin embargo, con el fortalecimiento del dólar frente a las otras monedas, la economía da leves señales de recuperación y la tendencia económica mundial está girando en torno a Estados Unidos por lo que hoy por hoy es donde uno quiere estar para expandir nuestro negocio. El objetivo es que esta recuperación macroeconómica llegue a niveles microeconómicos donde la gente de a pie pueda percibirlo y sentirlo.
Finalmente, lo que debe importar es que cualquiera sea el ganador, que no jale para su bolsillo, sino que busque devolver a la clase media el sueño americano que mucha falta le hace y que tanto lo necesita.
