martes 4  de  febrero 2025
OPINIÓN

¿Estamos ante la amenaza de una tormenta perfecta?

Visión analítica desde Washington DC, la capital del país, donde el poder y sus efectos tienen otra perspectiva
Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

El término “una tormenta perfecta” se utiliza para describir una combinación de eventos en curso, que conllevan a desenlaces catastróficos.

Aunque la frase se viene usando metafóricamente desde 1718 en Inglaterra, su popularidad se debe a la publicación de The Perfect Storm, el superventas del periodista estadounidense Sebastian Junger, publicado en 1997, que cuenta la fatídica historia de la tripulación del barco pesquero Andrea Gil de Gloucester Massachusetts, que se perdió en el mar durante la tormenta que azotó el Atlántico norte en 1991.

La expresión sigue siendo una de las preferidas de titulares y artículos de investigación, abarcando diversos temas que van desde “El populismo, la tormenta perfecta”, “La democracia se enfrenta a la tormenta perfecta a medida que el mundo se vuelve más autoritario”, “Tormenta perfecta: el bloqueo del coronavirus y el desempleo alimentan quejas de larga data”, “ Productores de petróleo, atrapados en una tormenta perfecta” o “La tormenta perfecta que sufrirá el empleo en cinco años, según los sabios de Davos”, este último titular proféticamente publicado en 2016.

Por cierto, en su última reunión, el Foro Económico Mundial, “La Agenda Davos 2022” concluyó que, la pandemia había revertido los incipientes logros en la reducción de la pobreza, reducido los ingresos, provocado una caída mundial del PIB afectando el desarrollo, incluido los intentos por defender “la necesidad de una acción climática en términos inequívocos” describiendo un escenario de tormenta perfecta, antes de que la invasión de Rusia a Ucrania llegara impactando negativamente a la aldea global.

Estados Unidos ahora está muy involucrado en este conflicto y su participación militar indirecta es cada vez mayor con el pasar de los días.

La semana pasada se produjeron dos acontecimientos importantes: el presidente Joe Biden autorizó el envío de armas por valor de otros 800 millones de dólares a Ucrania, incluyendo artillería y un programa de entrenamiento para el ejército ucraniano que se llevará a cabo por tropas estadounidenses desde territorio polaco.

El plan de capacitación, en particular, marca una nueva fase significativa en el apoyo de Washington pues, aunque parezca una contradicción, a pesar del envío de armas para darle a Ucrania la oportunidad de enfrentar la superioridad militar rusa, la administración Biden también está buscando mantener un delicado equilibrio para evitar escalar la guerra más allá de las fronteras ucranianas.

¿Puede Estados Unidos continuar armando a Ucrania sin correr el riesgo de una confrontación directa con Rusia?

Desde que comenzó la guerra, el 24 de febrero, Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han tomado medidas que ni siquiera se consideraron cuando el presidente ruso, Vladmir Putin, ocupó dos provincias en Georgia en 2008 y cuando luego se anexó Crimea en 2014.

Y mientras la desconfianza impera de ambos lados, en detrimento de las conversaciones de paz, los suministros de armas continuarán, lo que prolongará una guerra que seguirá produciendo más bajas.

Entonces ¿el constante flujo de armas a Ucrania y el entrenamiento en Polonia alentarán o desalentarán a Putin a buscar un acuerdo de paz negociado o lo harán tomar represalias más peligrosas poniendo al mundo en vilo?

Hasta ahora Putin ha demostrado que no capitulará.

Por lo pronto, Washington y Europa están estudiando propuestas sobre cómo obligar a Moscú a pagar la destrucción ucraniana que ocasionó.

Asumiendo que la guerra llegue a su fin en algún momento, los expertos están buscando formas de utilizar los activos de Rusia en el extranjero congelados por las sanciones para pagar las reparaciones que el gobierno de Kiev ha situado por lo pronto en alrededor de un billón de dólares.

Esta sería una operación legal compleja porque los activos de un país en el extranjero suelen estar protegidos por salvaguardias internacionales, aunque no hay duda de que se buscarán mecanismos para destrabar obstáculos si se decide optar por esa vía para castigar a Putin por sus acciones.

En todo caso, cuanto más dure la guerra, mayor será la destrucción y más esfuerzo será necesario para reconstruir Ucrania, lo cual convierte la situación en un círculo vicioso que continuará hasta que la situación sea reemplazada por una próxima tormenta.

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