lunes 3  de  febrero 2025
OPINIÓN

Ganadores y perdedores en una guerra

Tanto el expresidente Donald Trump como el actual mandatario Joe Biden decidieron que ya era tiempo de cerrar el capítulo de 20 años de enfrentamientos que no condujeron a nada
Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

Empezar una guerra no es fácil, pero terminarla parece ser aún más complicado. Si no, que lo diga el presidente Joe Biden, a quien no le ha ido muy bien con el retiro de tropas estadounidenses de Afganistán.

Y es que el panorama no pinta bien, tanto para el pueblo afgano como para la Casa Blanca.

Es cierto que no hay una vía sencilla para finalizar un conflicto armado, a menos que se demuestre que se ha alcanzado una victoria. Eso no sucedió en Afganistán.

Tanto el expresidente Donald Trump como el actual mandatario Joe Biden decidieron que ya era tiempo de cerrar el capítulo de 20 años de enfrentamientos que no condujeron a nada.

No sabemos qué habría hecho Trump ahora que los talibanes están logrando grandes avances territoriales en todo el país, pero esta realidad está creando temor en algunos sectores en Washington.

Biden se ha mantenido fiel a su programa de retirada, a pesar de la visión pesimista del general Scott Miller, el principal comandante estadounidense de retirada en Afganistán, quien advirtió sobre la posibilidad de una guerra civil a gran escala en el país asiático.

Durante una reciente conferencia de prensa, Biden dijo que era poco probable que los talibanes derrocasen al gobierno afgano e insistió en que las fuerzas de seguridad nacional afganas estaban bien entrenadas y equipadas para proteger al país.

Para Anthony H. Cordesman, del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) en Washington DC “un gobierno afgano, posterior a la retirada estadounidense, bien puede ser incluso menos capaz que el gobierno actual, y Libia, Irak, Mali, Venezuela, Siria, Myanmar y Somalia son solo algunos ejemplos de otros casos al respecto. Como resultado, el verdadero desafío al que se enfrenta Estados Unidos no es cancelar al actual gobierno afgano durante los próximos cuatro meses, sino tener que lidiar con un mundo frágil durante los próximos cuatro años”.

Fue el expresidente George W. Bush quien tomó la decisión de enviar tropas a Afganistán después de los ataques terroristas de al-Qaeda, el 11 de septiembre de 2001, y, durante el gobierno de Barack Obama, se enviaron miles de tropas más para tratar de acabar con los talibanes y ayudar a reconstruir un gobierno democrático afgano.

Los talibanes, un grupo radical islámico fundado por veteranos de la guerra entre Afganistán y la otrora Unión Soviética (1979-1989) no están en la lista de grupos terroristas del Departamento de Estado porque a pesar de todo no se les considera una amenaza para Estados Unidos.

El país ha recurrido a las armas so pretexto de que su causa es justa, pero también se han esforzado por limitar la violencia de una guerra.

El De Jure Belli ac Pacis, o Ley de la Guerra y la Paz, escrita por el jurista y erudito neerlandés Hugo de Grocio, en 1645, buscó organizar y limitar los alcances de las hostilidades a través de un conjunto de reglas inserto en el sistema jurídico internacional, que todavía están en vigor.

Las Naciones Unidas (ONU) fueron creadas después de la Segunda Guerra Mundial para promover el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, aunque hay una larga lista de conflictos armados desde su fundación en 1945.

Por solo nombrar unos pocos: el conflicto Israel-Palestina en 1948, la Guerra de Corea, (1950-1953), la Guerra de Vietnam, (1955-1975), la Crisis de Suez en 1956 y la Guerra en Siria (2011 hasta el presente).

Además, cómo olvidar el conflicto armado colombiano, el más largo del continente americano y hasta el enfrentamiento entre grupos armados colombianos y fuerzas armadas venezolanas en el estado Apure, que hizo pensar a los expertos en una guerra híbrida en la frontera.

A menudo se dice que la política exterior no hace ganar ni perder elecciones, porque los votantes toman una decisión en función de los éxitos o fracasos en cuestiones internas.

Sin embargo, Afganistán es diferente. Más de 775.000 soldados estadounidenses han puestos sus pies allí alguna vez desde 2001, alrededor de 2.400 murieron y más de 20.000 resultaron heridos, y si los talibanes vuelven a tomar el control y retorna la amenaza de Al Qaeda, podría haber un impacto significativo las elecciones de 2024.

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