En los últimos meses he descubierto algo que nunca hubiera imaginado qué pasaría en mi vida, y es esta nueva pasión por escribir sobre diferentes temas, no solamente desde el plano profesional sino desde el punto de vista humano, porque ante todo, somos seres humanos.
Leyendo datos científicos he aprendido que la mayor causa de la infelicidad es la soledad, sentirse acompañado, ya sea personalmente o a través de cualquier otro medio de comunicación, es algo muy importante para combatir la soledad.
Desde niño siempre escuché el proverbio que dice: "la soledad es mala consejera". Y sí lo es; somos dependientes del medio social en el cual nos desarrollamos, y vivir al margen es un gravísimo error, es imposible vivir en soledad y ser feliz, porque la convivencia es una necesidad.
No se imaginan la gran satisfacción que se siente cuando recibes respuestas de la gente que lee lo que uno escribe, es una sensación de complicidad que nos permite sentirnos acompañados y apreciados, algo tan necesario para la supervivencia y la alegría de estar vivos.
Algo que debo empezar a hacer es compartir todo tipo de estados de ánimo, pues no todo en la vida es color de rosa, y la manera más sincera y real es contarlo todo sin ocultar nada.
También he aprendido que los humanos tenemos una imperiosa necesidad de saber que existen personas a nuestro alrededor que se preocupan y están pendientes de nosotros y que estarían dispuestos a brindarnos apoyo incondicional e inmediato en cuanto lo necesitemos. El aprecio y el cariño de estas personas hay que cultivarlo y sería imposible desde la hermeticidad de la soledad.
Tener la certeza de que tenemos personas a las cuales podemos confiarles todo, absolutamente todo, es algo maravilloso.
Creo que se evitarían una gran parte de los suicidios si las personas con depresión y soledad hubiesen tenido un hombro donde llorar y oídos receptivos para escucharlos y apoyarlos en momentos difíciles.
Compartan, comuníquense y recuerden que "la soledad es mala consejera".
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