miércoles 27  de  marzo 2024
Venezuela

Maduro en pico de zamuro

La resolución aprobada en la OEA fue el resultado de una fuerte gestión diplomática de EEUU, Canadá, Chile y Colombia. Es el preámbulo de la activación de la Carta Democrática Interamericana y la suspensión del Estado-Gobierno venezolano
Diario las Américas | ORLANDO VIERA-BLANCO
Por ORLANDO VIERA-BLANCO

“El Estado-Gobierno venezolano entra en fase terminal. Externa e interna. Formalmente deslegitimado y sin autoridad en un mundo global, donde queda al desnudo para encarar la crisis económica, política y social…”

Se lograron los votos en la OEA. Vale la pena recordar que hace 4 años María Corina Machado ocupando la silla de Panamá por cortesía de su Embajador, instaba el debate del caso Venezuela. Sólo tres países apoyaron su moción y de regreso al país [María Corina] fue despojada de su curul. Hoy la historia es otra...

La decantación en pleno desarrollo

Los 19 votos logrados el pasado martes en el seno de la Asamblea General de la OEA, son el logro de una prolongada y firme agenda internacional encarada por la Asamblea Nacional Venezolana, la diáspora y ONG’s en defensa de los DDHH. Tan significativa como esa mayoría, fue la abstención de Nicaragua, República Dominicana, Ecuador, Jamaica, Barbados, Granada, Trinidad o Antigua y Bermudas. Países que hasta ayer eran aliados del empacho de Caracas, por los petrodólares y por la ideología gaznate y parasitaria del foro de Sao Paulo. Se acabó el engaño de una izquierda falsa, rapaz y corrupta, donde muchos de sus líderes hoy están tras las rejas, cuestionados o perseguidos por la justicia internacional. Sin duda EEUU, Canadá, México, Colombia, Chile, Perú, Paraguay, Argentina y Panamá pusieron las bardas en remojo del cartel del Caribe. Cuba y Venezuela dejaron de ser referente. La correlación de fuerzas cambió, propiciando un desmoronamiento del cuerpo celestino, sudado y vetusto del socialismo del siglo XXI. Entramos en otra etapa. La decantación.

La consecuencia inmediata de la OEA es la deslegitimación de las elecciones del 20M-2018 y la exigencia de la justicia global vía CPI de la Haya, la cual inexplicablemente (o si acaso muy previsible) no decide. Es el desconocimiento del Estado-Gobierno venezolano que queda vaciado de autoridad y representatividad política. Esto supone en el stage, nuevas sanciones económicas, financieras y comerciales, así como la activación de los principios de cooperación judicial en materia de justicia trasnacional [Convención de Palermo] en aras de sancionar el crimen organizado que reposa libremente en nuestro territorio. La posible elección de Iván Duque en Colombia cerrará aún más el cerco a la trinchera del Estado-Gobierno en Venezuela, generando un aislamiento político, geográfico, económico y estratégico que apunta a un quiebre inescapable del mando forajido. Washington sube el periscopio.

Almagro y Trump: dos caballeros de postín

La resolución aprobada en la OEA fue el resultado de una fuerte gestión diplomática de EEUU, Canadá, Chile y Colombia. Es el preámbulo de la activación de la Carta Democrática Interamericana [24 votos a la víspera] y la suspensión del Estado-Gobierno venezolano de la OEA, lo que deja el camino abierto para que cualquiera de los Estados de la subregión –miembros del Estatuto de Roma– se hagan parte en el proceso que cursa ante la CPI y force una investigación formal [Art 13 y 14 del Estatuto de Roma]. La Fiscal de la Haya, Fatou Bensouda, no tendrá excusa para ir a la fase de investigación formal. El cerco diplomático, jurídico y geopolítico contra el régimen pulverizó los ánimos “confraternos” de República Dominicana y Nicaragua. Verse a las puertas de una cascada sancionatoria internacional es un escenario muy delicado además inédito en nuestra historia contemporánea que podría convertirse en el primer precedente latinoamericano que obligue la salida transaccional o colapsada de un gobierno no democrático en la región. Una derrota contra la mano costumbrista del establishment político convencional latinoamericano que en el pasado disfrazó y pasó de contrabando, la doctrina Drago y Estrada sobre autodeterminación y no-intervención. Almagro y Trump no son Insulza y Obama. El mundo comienza a comprender que DDHH mata no-intervención.

Así terminó la Revolución Francesa, la nazi y la rusa...

El Estado-Gobierno venezolano entra en fase terminal. Externa e interna. Formalmente deslegitimado y sin autoridad en un mundo global, queda desnudo para encarar las crisis económica, política y social. De aquí al quiebre de pliegues pretorianos, militares, milicianos, fundamentalistas y radicales, hay un paso. Ni el pranato ni el crimen organizado que sateliza al Gobierno tendrá motivación ni botín que repartir. Las masas desesperadas pasarán de modo de supervivencia a modo de vandalización. Como señaló el canciller chileno Roberto Ampuero: Si el canciller venezolano [Jorge Arreaza] no reconoce ninguna de las críticas, recomendaciones o denuncias –en defensa del pueblo venezolano– de la comunidad de naciones de la OEA, queda claro que no hay voluntad de negociación ni diálogo de nada. La crisis les explotará en la cara, sin teoría de la conspiración que valga. Carencia de humildad y racionalidad, amurallada de fanatismo e ideología. Soberbia e insolencia que llevó al límite al país y a su misma “revolución”. Historia repetida que se tragó la Revolución Francesa, a Robespierre y sus amantes. Que acabó la Unión Soviética, terminó el nacionalismo y concentracionismo de la Europa Nazi y fascista o derrumbó el muro de Berlín. Ellos se buscaron su propio epílogo… Un “libro” que nunca lo fue. Un pasquín en pico de zamuro...

@ovierablanco

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