viernes 28  de  marzo 2025

Navidad, exilio y diáspora

Los seres humanos, por razones antropológicas, necesitamos una sensación de pertenencia, un grupo al que unirnos que nos diferencie de éste y de aquél

En estos días de Navidad nen que se aviva la nostalgia ny uno escribe de lo de nuno, encuentro muchas nveces la palabra"diáspora" nen los artículos que nmis compatriotas han publicado. nNoto que muchos ncubanos se definen a sí nmismos como productos, nefectos o sujetos de una ndiáspora. n

Los seres humanos, por nrazones antropológicas, nnecesitamos una sensación nde pertenencia, un ngrupo al que unirnos que nnos diferencie de éste y nde aquél. No tengo nada nque objetar a esa tendencia natávica. Porque yo ntambién tengo un grupo. n

En mi caso, estoy celebrando nla vigésima nNavidad en el exilio -en nel de Miami, más precisamente- ny no me siento nuna espora que salió de nCuba aprovechando el nvuelo de una mariposa. nNo soy un grano de polen nque pudo tomar las de nVilladiego en el pico de nalgún zunzún aventurero. n

Como grupo antropológico ny hasta por antigu u0308edad, npertenezco a nun exilio que celebra la nNavidad como puede y nno como debe, que es en nfamilia. Y no estoy en este ntrance porque me"dispersé". nNi comí puerco ncon hormonas la noche del n24, porque el destino dio nun manotazo ni porque en nun regajero de gente atribuible na Dios, vine a parar nal otro lado del estrecho de nla Florida. n

Sentadas estas bases sociológicas, nhay que decir nque la clasificación que nnos divide entre diasporizados ny exiliados no es nsemántica ni conceptual n u00bfSerá emotiva? Sé que nambas categorías, la de los n"dispersados" y la de los n"exiliados", estamos donde nestamos por el mismo pecado noriginal. Todos nos ndisponemos a pasar por nla misma experiencia navideña, nporque cuando uno nestá lejos y no puede contar ncon sus parientes biológicos, nla Nochebuena y el nAño Nuevo son de los amigos, nque es en definitiva la nfamilia que uno encontró ny que lo adopta a uno. En ntodo el sentido de la palabra. nPor eso los cubanos, n"exiliados" o"dispersos", nsabemos tener amigos, sabemos ndonde se invierte el namor y en eso somos todos nmillonarios u2026 tenemos un ndetector de amor incondicional nintegrado en el nsistema y hemos aprendido na darlo y recibirlo sin nninguna vergu u0308enza. n

Y es así, entre amigos nque nunca habríamos tenido, nde haber tenido una nvida diferente, como los n"granos de polen regados npor el mundo" y los"pesadísimos ny muy políticos nrefugiados cubanos", nnos disponemos a pasar nlas Navidades, alejados ndel lugar que por orden nnatural de la vida nos ntocaba. Todo porque a finales nde los años sesenta nse echaron a perder varias ntoneladas de turrón de nmaní (ya por ese entonces nnos tocaba un dedito nde turrón a fin de año por nla Libreta). Me enteré del nasunto por una conversación nque oí, perdida a esas nedades en uno de aquellos ndespachos oficiales donde nera más tolerada que bienvenida. nTambién en esos ndías, los puercos empezaron na morirse en las granjas nestatales, de"fiebre nporcina africana". Y es que nel Puerco de fin de año, nya racionado también por nesa época, no puede faltar nen una buena tradición ncubana y es insustituible. nDe ninguna manera se npodía convencer a un cubano nde celebrar una Nochebuena ncon un costillar nde vaca u2026 n

Sin puerco ni turrón nhabía que dar una buena nexplicación, que llegó un naño después: la Navidad n"se fue" de Cuba por culpa nde la guerra genocida (o npuerquicida) de la CIA, nsegún se nos hizo saber noficialmente. Y para nmantenernos alejados ndel fondo de la cuestión, nnos endilgaron al mismo ntiempo la Zafra de los 10 nmillones, que exigía de ntodos los que ahora somos n"granos de polen" y/o"exiliados nverticales", una participación ncontinua, sin ndescanso, hasta encontrar nel fracaso. n

En esas fechas, cuando n"la Navidad se fue", también nnos enseñaron"a convertir nel revés en Victoria", npero eso nada más que lo nentendemos los cubanos, nque aprendimos a vivir nsin Puerco, sin turrón ny sin nada. n

Uno se pone a mirar el npasado y ve una película nque, como la propia retina, nse va poniendo añeja ny mira el presente como nun regalo inmenso, como nson todos los regalos de nDios, donde pululamos y ncompartimos en las fiestas nanimales cubanos de todo npelaje, con amor, respeto ny tolerancia; todo eso que nperdimos durante aquella nvida parametrada por el njuicio político ajeno. n

Precisamente el respeto na la opinión, a la emoción najena, hizo que intentara nentender por qué tantos ncubanos usan la palabra ndiáspora y llegué a nesta conclusión: el exilio, ncomo la dictadura, tiene nfecha de vencimiento. nCuando la dictadura es ninterminable se convierte nen tiranía y el exilio, en ndiáspora, pues su reguero ny su dispersión no tienen nfecha de caducidad. n

Gracias a Dios, la Navidad nha sobrevivido más de n2.000 años.

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