Un artículo de Alberto Perez Castelló para Cubanet bajo el título "¿Qué sucedería en Cuba si EEUU entra en recesión?" analiza el impacto de esta posibilidad en la mayor de las Antillas. Reproducimos el texto:
Un artículo de Alberto Perez Castelló para Cubanet bajo el título "¿Qué sucedería en Cuba si EEUU entra en recesión?" analiza el impacto de esta posibilidad en la mayor de las Antillas. Reproducimos el texto:
De acuerdo con expertos independientes que desde 1916 vienen estudiando el ciclo económico de estas crisis, la posibilidad de que en Estados Unidos se produzca una recesión es del 99%. Economistas de la Reserva Federal advierten que la recesión de la que tanto se ha hablado puede producirse en el último trimestre de este año o en el primer trimestre de 2024. Así consta en las actas de la reunión de la Reserva Federal que fueron publicadas el pasado miércoles.
Ya desde marzo, los economistas preveían una “recesión suave” para fin de año. Por “recesión suave” entiéndase que “el aumento del desempleo es menor de lo que ha sido habitual en las recesiones de la era moderna”, dijo Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal en conferencia de prensa, según reportaron los medios. Y recuérdese que la arista más visible de una recesión es cuando las personas buscan trabajo y no lo encuentran por falta de empleo.
Y cuando comienzan a desaparecer los empleos, la Reserva Federal deberá cumplir con su encargo legal: el de mantener la creación de tantos empleos como sea posible, lo que, por efecto bumerán, tiene como probable consecuencia que los tipos de interés oficiales se reduzcan.
Técnicamente, una recesión se produce por una caída de las actividades económicas en su conjunto durante un número de meses y que es visible por los descensos de la producción, el empleo y la renta real, entre otros indicadores.
El aumento del desempleo por la incapacidad de construir nuevos empleos es un signo creíble de que una recesión está en curso o en gestación, porque no existe crecimiento, se produce una disminución del consumo por aumento de precios (inflación) y por la incapacidad de consumo como resultado de menos dinero, créditos y mayores tasas de interés, que redundan en la disminución del PIB (Producto Interno Bruto). Esto, sin entrar a valorar circunstancias sobrevenidas como, por ejemplo, las producidas por una pandemia, o las de origen criminal, como la corrupción política-administrativa o la especulación.
Cuba está viviendo una de las peores crisis económicas de su historia, donde la especulación, la corrupción, el desempleo, la carencia de puestos de trabajo debidamente pagados, la incapacidad para generar nuevos empleos, la disminución del consumo por una espiral inflacionaria que no se detiene, la incapacidad de consumo de productos de primera necesidad en capas sociales desfavorecidas (que son la mayoría) por falta de dinero debido a salarios, entre otras cuestiones hacen dolorosamente insostenible la existencia de la nación cubana.
No es un secreto que si algunos cientos de familias cubanas viven cuales personas adineradas, y miles logran subsistir con unos pocos dólares para adquirir lo indispensable, es gracias a las remesas que les envían sus seres queridos, residentes en Estados Unidos la mayoría, de los cuales, unos tienen una posición económica holgada, pero otros viven modestamente de salarios mínimos que le permiten apenas pagar sus cuentas y, con mucho esfuerzo, enviar alguna ayuda económica a su familia en Cuba.
¿Qué sucedería si estas personas que envían remesas a Cuba quedan desempleadas por efectos de una recesión en Estados Unidos unos, y otros con sus negocios maltrechos?
No caben dudas que el futuro cercano es incierto para la nación cubana, primero que todo porque, más que nación, Cuba es un montón de gente dominada por un régimen totalitario que, acostumbrado a vivir de dádivas por su utilización por parte de una potencia extranjera —como fue utilizado por la extinta URSS—, o como colonizador de otro país —como hizo del chavismo y de Venezuela—, habituó a su propio pueblo por conveniencias políticas, a vivir de subvenciones estatales, como él vivió de la asistencia internacional. Y así, cuando los donativos, ayudas y colaboraciones desaparecieron junto con la URSS y sus satélites, y luego con el petróleo de Venezuela, entonces el régimen castrocomunista habilitó cadenas de tiendas y oficinas de pago para “captar divisas” (compréndase: dólares ganados en Estados Unidos con empleos de cubanos emigrados).
Pero esos empleos pueden desaparecer, como han desaparecido en otras ocasiones, y con la desaparición de los puestos de trabajos americanos, los dólares pueden escasear en Cuba. ¿Quién sabe? Si su majestad, el mercado, suele mandarse él mismo. Quizás por esa razón los comunistas lo odien. Por indócil.
FUENTE: Cubanet