jueves 28  de  marzo 2024

"Súbeme la windo que está reinando"

¿Qué diría Donald Trump si nos escucha?... ¿El "espanglish" sería un motivo para la deportación?... Y si William Shakespeare resucita y escucha este sacrilegio existente con el idioma inglés...
Diario las Américas | IDAYSI CAPOTE
Por IDAYSI CAPOTE

Mi frase favorita del “espanglish”: Súbeme la “windo” que está “reinando”, aún se escucha, un poco en broma, un poco en serio. Me divierte muchísimo y nos comunica también.

—Te vi “shopiando” el otro día en el Mall.

—Yo estaba “loncheando” cuando me llamaste.

–Estuve una hora “rapeando” –y no con Pitbull–, sino “wrappeando” los maletines que me voy de viaje.

Las terminaciones de los gerundios en español: ando y endo, se sustituyen o se mezclan, si así se desea, por el “ing” del idioma inglés y se forma tremendo arroz con mango.

¿Qué diría Donald Trump si nos escucha?... ¿El “espanglish” sería un motivo para la deportación?... Y si William Shakespeare resucita y escucha este sacrilegio existente con el idioma inglés, creo que ahí mismo le da un “Changó con estró”.

De los dos casos anteriores el único que me preocuparía un poco sería el del autor de Romeo y Julieta. Pero hasta el mismísimo “Chespier” tendría que entender que casi nada es estático, y la lengua no es una excepción. Se usa según la necesidad que se presente.

Si me encontrara con este genio, le haría una invitación: "Dale, vamos pa’ Miami. Y comienzas a trabajar mañana, de lo que sea, que hay que pagar los 'biles' y todavía no has 'aplicado”'en Broadway a ver si te quieren hacer caso… No te hagas ilusiones, que aquí hay que empezar desde cero".

—“Sorprais, Willy”, el dueño de tu primer empleo en tierra de libertad es latinoamericano, le diría.

Y no digo yo si la finura inglesa se le va para los tobillos. La famosa costumbre de tomar el té a las 5:00 en punto, a lo mejor, si le quedan fuerzas, lo tendría que tomar a las cinco también, pero de la madrugada... con un tremendo sueño americano.

Este gran escritor y dramaturgo sería el primero en inventar y aportar palabras nuevas con su vasta imaginación si viviera en este milenio y como inmigrante frente a otro idioma que no fuera su lengua materna.

No todos podemos aprender inglés. Hay quien tiene varios trabajos, otros que desde niños aborrecen la escuela, o como yo, que no tengo suficientes músculos desarrollados en mi aparato fonador para articular palabras como: Fort Lauderdale… Tengo náuseas ante tal esfuerzo.

Cuando fui cajera en una tienda por departamentos, el “mánayer” me decía: “Baguea” rápido que hay mucha fila. Refiriéndose a colocar la mercancía en las bolsas o bags. Porque me vio hablando con una “costumer” que me preguntó:

—¿Esta cartera “machea” con estos zapatos?

Le dije: ¿Que si “matchean”? La combinación se ve muy elegante.

Y el “mánayer”: Idaysi, "baguea" que ya están dando “complein” porque la cola no avanza.

Y cuando terminaba mi turno de trabajo en un restaurante me pedían: “Mapea” bien que el piso está muy sucio. Una forma muy peculiar de describir la acción que se realiza con los “mops”, traperos o trapeadores. ¡Y como pesan esos “mapos” húmedos! Me iba con un dolor en los hombros que por eso no iba al gimnasio en esos años, pesan como 10 kilos y mis trapecios se estaban desarrollando como los de un estibador del puerto de La Habana. ¡Qué suplicio!

Me pones dos “jénecas”… entre muchas acepciones que tiene la cerveza Heineken. La servía a diario para acompañar la cena. Pero la primera vez que me la pidieron, dije: ¿eeehhh? ¡Qué palabra tan rara! Y me respondieron: ¡Hazte la gringa!.

Estuve trabajando, además, en un “werejao” –warehouse– de champú. Y también en una farmacia "gólgrin" –Walgreens– que queda en la esquina de “mi” casa.

Donde me quedé fuera del parque como pelota de un buen jonrón fue cuando escuché por primera vez: “Riberdiao”. Alguien dijo: El motor de ese carro no es nuevo, es “riberdiao”. Igual que el celular que me quiere mandar la compañía, ya está reparado. Y yo lo quiero nuevo, no "riberdiao", que para eso les pago un seguro.

Aquí si tuve que acudir a la Enciclopedia británica y buscar la raíz de este “angloinvento”, la cual no me ayudó en lo absoluto. “Riberdiao” no apareció ni en el prólogo.

Entonces le pregunté al hijo de un amigo, nacido en USA, quien piensa en inglés, pero cuando acompaña a su padre, habla como él. Me dijo que “riberdiao” es rebuild o rebuilt. ¡Ya tú sabes!… Jamás hubiera dado pie con bola!

¿Y esto será “espanglish”?: Mi tía Evangelina estuvo de visita tres meses en Miami y compró de todo, en todas las tiendas. Se fue, y desde nuestro pueblo natal me llamó el pasado sábado… necesito otro par de zapatos bajitos como los que compré en “Caimán”, dijo.

—Tía, ¿Caimán?... ¿Qué tienda es esa? Ella respondió.

—Sí, en Caimán, la de la Ka roja… –y me quedé “frizada”... ¡Aaaahh!... ¡Eso fue en Kmart!.

Cuando fui “jauskipi” de una familia con un poco de dinero, me pidieron que arreglara una maleta, y me dijeron: ponme unos shorts y unos jeans. Y puse dos de cada uno. Me replicaron…

Sólo eran unos (1) shorts y unos (1)jeans. Que iba a saber yo que “chor” y “yin” carecen del singular en inglés. Siempre se dicen en plural, me explicaron.

Lo siento mucho, pero ahora tengo que dejar de “typear” este artículo, porque me voy a lavar al “londry” y necesito cambiar dinero en monedas… necesito 15 dólares en “coras” o será en quarters… Por si acaso, lo pronuncia bien usted por mí, si es que puede.

@idaysicapote

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar