sábado 23  de  marzo 2024

Trump, Obama y las políticas hacia Cuba

A Obama no le molestó la alianza de Cuba con Corea del Norte, ni su intento de enviar de contrabando aviones de guerra y misiles a Pyongyang, ni que haya invitado a La Habana a barcos espías rusos que escuchan las comunicaciones militares de EEUU
Diario las Américas | FRANK CALZÓN
Por FRANK CALZÓN

Los críticos de la política del presidente Trump hacia Cuba están cayendo en la trampa de la "narrativa" del presidente Obama. En realidad, la política de Obama no era nueva, sino un regreso a la vieja y desacreditada política de abrazar a los dictadores latinoamericanos a instancias de las compañías americanas, ignorando por otra parte los intereses de Estados Unidos.

La política de Obama se elaboró en secreto, en contubernio con un líder extranjero responsable del asesinato de ciudadanos americanos en el espacio aéreo internacional.

¿Es que acaso la política de EEUU hacia Cuba no está obligada a respetar la Constitución y las leyes de EEUU? ¿Acaso no favorece el interés nacional, negarle millones de dólares a unas fuerzas armadas cubanas que están reprimiendo y matando a los manifestantes venezolanos? ¿O el exigir, como condición para normalizar relaciones, que se devuelva a la justicia de EEUU a terroristas prófugos del FBI, incluyendo a una que asesinó a sangre fría a un patrullero estatal de Nueva Jersey?

A Obama no le molestó la alianza de Cuba con Corea del Norte, ni su intento de enviar de contrabando aviones de guerra y misiles a Pyongyang, ni que haya invitado a La Habana a barcos espías rusos que escuchan las comunicaciones militares de EEUU. También el presidente Obama ignoró a las agencias de inteligencia que advirtieron al Congreso que Cuba representa una amenaza a la seguridad cibernética del país.

El presidente Trump ha determinado, con toda razón, que hay que tomar en serio esas amenazas.

Si la Habana quiere relaciones con Washington debe terminar la represión y sus alianzas con Corea del Norte y otros países hostiles a Estados Unidos.

Trump no suspende el comercio con Cuba. Hace años que las compañías americanas le venden mercancías por millones de dólares a La Habana con pago en efectivo. Pero La Habana ha incumplido con sus compromisos en la mayoría de los préstamos extranjeros, y ahora quiere créditos.

La Habana ha recortado drásticamente sus compras para hacer que las compañías americanas cabildeen a favor del régimen. El contribuyente americano no tiene por qué cargar con la cuenta. Los que cabildean deben registrarse como agentes extranjeros.

Las palizas y las detenciones políticas aumentaron dramáticamente mientras Obama miraba a otro lado. El fortalecer las fuerzas armadas cubanas no está en el mejor interés del pueblo cubano, ni de los Estados Unidos.

Apoyemos al presidente Trump y enviemos el mensaje a La Habana: Si el régimen militar quiere que EEUU le conceda millones de dólares, tendrá que cambiar su política exterior antiamericana y su represión interna.

Frank Calzón es director ejecutivo del Centro para Cuba Libre.

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