You are fire!!!, es una de las frases con las que Donald Trump se hizo famoso hace más de una década. Hoy sin embargo es el Presidente electo de la nación más poderosa del mundo y tiene al alcance de sus manos la posibilidad de hacer historia. La pregunta es, ¿Qué clase de historia quiere escribir él a partir del 20 de enero del 2017?
Para un grupo de personas está muy claro, él va a dirigir al país de la misma forma con la que dirige sus empresas y esperan que tenga un éxito similar al que dice tener a nivel empresarial. Otro grupo prefiere tomarlo con cautela y esperar ver sus primeros anuncios como presidente en ejercicio y tratar de identificar una tendencia sobre todo en lo que concierne al rumbo económico. Un tercer grupo es más pesimista y opina que él va a tirar toda el agua para su arroyo y volverse más rico aún. Eso no lo sabremos ahora, sin embargo, a diferencia de America Latina, aquí el presidente no gobierna solo, es decir no tiene la facultad de hacer y deshacer las cosas como se le ocurran, sino que necesita del Congreso para realizar grandes cambios y es el propio Congreso quien tiene el deber de marcarle la pauta.
Para nosotros, los hispanos aquí en Estados Unidos, pienso que viene una época de grandes oportunidades inversión en sectores tradicionales como el de bienes raíces, exportación e importación, servicios en general, pero de forma especial el turismo.
Por esa razón resulta imprescindible contar con una persona o con una empresa que nos ayude en nuestro desembarco en este país tanto en temas de económicos o de inversión, así como en temas de inmigración. Tener esa persona de confianza, honesta y con experiencia capaz de guiar nuestras expectativas por buen recaudo es fundamental para alcanzar el éxito y aprovechar la estabilidad jurídica que Estados Unidos nos ofrece para establecernos aquí.
A continuación, les detallo los puntos que, en mi modesta opinión, son importantes y se deben tomar en cuenta para alcanzar el éxito profesional y económico en este país siendo inmigrante.
Identificar claramente el objetivo a alcanzar. Es decir, si queremos mudarnos para este país o estar viviendo entre los dos países, o solo es una ubicación temporal hasta que la economía mejore en nuestra nación de origen.
Determinar cuánto dinero tenemos disponible para invertir. Es de mucha utilidad identificar con cuanto efectivo contamos, cuales son nuestros activos y cuál va a ser la cantidad de recursos a utilizar en este proyecto.
Escoger la ciudad donde queremos establecernos. En qué ciudad de Estados Unidos nos sentimos cómodos para trabajar, para vivir. Es necesario considerar el choque cultural al que los inmigrantes nos exponemos. Por eso y por el idioma, la mayoría de personas se sienten muy cómodas en el sur de Florida.
Dejarnos guiar por una empresa o persona que nos marque la pauta. Aquí, a diferencia de America Latina, todo es muy diferente y gran parte del éxito radica en la forma en la que uno planifica su estructura desde el inicio. Esta puede marcar el ámbito familiar, empresarial, relaciones públicas y sociales, etc…
Mimetizarnos con la cultura de este país. Incorporar dentro de nuestro modelo de vida, las costumbres estadounidenses para cada día sentirnos parte de este país, de su gente y su cultura. Aprender de sus festividades, su historia, entender la política y la economía.
Conversando con un gran amigo y profesional, él me comentaba que el propósito de su trabajo no se limitaba a crear estructuras jurídicas, para sus clientes o buscar una linda casa para que se muden, sino por el contrario, eso es la consecuencia de haberle dado prioridad a buscar la sensación de bienestar de su cliente y su familia, priorizando, por ejemplo, las escuelas y universidades, actividades culturales o deportivas, recreación y vida social. Una vez resuelto esos puntos sobre las sensaciones y necesidades cualitativas se podían empezar a buscar satisfacer las necesidades cuantitativas.
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