SOMOS EL CUARTO PAÍS ¡EN ASILO POLÍTICO!
SOMOS EL CUARTO PAÍS ¡EN ASILO POLÍTICO!
Con mucha tristeza y una rara combinación de impotencia y rabia ajena, esta semana tuvimos la información del récord que alcanzamos los venezolanos, al clasificarnos como el cuarto país, detrás de otros en guerra como afganos, sirios e iraquíes, en solicitar asilo político y refugio en el mundo. ¡Qué triste!
¡Estamos más regados que estornudo de chingo¡, diría un maracucho amigo mío, con su mordaz humor negro. La verdad es que esas cifras no son nada halagüeñas, ellas revelan una cruel y real situación de un exilio acelerado, por las penurias e incapacidades de la dictadura castro-comunista de Nicolás Maduro, de atender y resolver los graves problemas de crisis humanitaria y falta de alimentos y medicinas que sufre el pueblo venezolano.
Mientras tanto, la dirigencia opositora en términos generales sigue perdida, con la brújula imantada, sin producir un mensaje cónsono y de contenido estratégico que despierte la confianza en sus seguidores, sumida en agravios y enfrentamientos estériles internos, prevaleciendo los intereses personales y grupales de adelantar una jornada para ver quién es el mejor "candidato o figura presidencial".
Puede más el “markenting político” que las terribles consecuencias que azotan segundo a segundo las vidas de los enfermos renales, los trasplantados, del cáncer, de otras penurias que afecta a la población más débil como los niños y ancianos. Más importante es atender las presuntas amenazas contra una dirigente opositora, que prestar una ayuda eficaz e inmediata a los desvalidos. Una inversión de valores estratégicos.
Me aterra tener que ver nuevas cifras que ilustren al mundo de los nuevos “alcances” en materia de implantar o igualar nuevos y tristes récords, que demuestren la ineficacia de un régimen despótico y tiránico, y la imposibilidad de una oposición seria que luche por presionar y solventar la critica situación de nuestro pueblo. Basta ya de retóricas y gritos destemplados contra el régimen y sus “carniceros”, hay que pasar a abrir el cauce de una lucha real y efectiva con sentido convergente, unitario y estratégico, para demoler la indolencia y el antiparabolismo de muchos “líderes” mediáticos.
Las cifras de asilados en el mundo crecen y se disparan con facilidad. Gracias a la solidaridad internacional de los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y la Comunidad Económica Europea, quienes están aportando recursos económicos para atender las exigencias de los venezolanos repatriados y refugiados, especialmente en Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Argentina y Chile, entre otros, cuyos gobiernos solidarios, están prestando una ayuda migratoria y económica oportuna. Cuestión que eternamente agradeceremos.
En Miami, el pasado año se formalizaron 28.000 asilos políticos de compatriotas, para una suma total de 370.000 en los Estados Unidos, sumadas a las solicitudes de otros países. Las expectativas son que estás cifras seguirán creciendo en forma acelerada este año, producto del agravamiento de la situación humanitaria y de crisis económica, con una hiperinflación acelerada, que ya los venezolanos, no tendrán el dinero requerido para su cesta familiar, por cuanto los productos e insumos no existirán en el mercado por estar atrofiado y en vía de destrucción masiva.
Ojalá que los dirigentes opositores puedan dirimir sus diferencias actuales y entiendan de una vez por todas que es necesario trabajar todos juntos y unidos por derrotar la dictadura. La salida de Maduro es una necesidad perentoria, es nuestro deber lograrlo, a pesar de la represión y el chantaje permanente de sus cancerberos y aliados del comunismo internacional. ¡Manos a las obras!