Según existen frases lapidarias, así también han existido predicciones lapidarias, hechas por grandes pensadores, a través de la historia.
Según existen frases lapidarias, así también han existido predicciones lapidarias, hechas por grandes pensadores, a través de la historia.
Hoy día, prácticamente estamos acercándonos muy peligrosamente a una de las más tenebrosas de todas esas sentencias. Lo dijo Albert Einstein refiriéndose directamente al avance de la tecnología, la cual ya se mostraba amenazante desde mediados del pasado siglo. El eminente científico expresó textualmente: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad, el mundo sólo tendrá una generación de idiotas.”
Ustedes se preguntarán la razón por la cual traigo hoy esta predicción perturbadora a colación. El motivo es muy sencillo, las personas de hoy día dependen de una forma preocupante de la tecnología. Hay niños, cursando estudios intermedios, que no pueden responder a una simple operación aritmética si no es con el auxilio de una calculadora; ni digamos a una ecuación matemática, si no cuentan con la asistencia de una calculadora científica. “¿A dónde hemos llegado?”, me dijo una amiga. Le respondí: “No te preocupe a dónde hemos llegado, si no, a dónde iremos a parar.”
En ocasiones, al querer reforzar cualquier planteamiento, veo a mis interlocutores perdidos, como si yo estuviese hablando mandarín; para comprender, al fin, que no logran captar la idea porque tienen la necesidad de contar con una computadora que piense por ellos, para corroborar los antecedentes en los que baso mi conversación; porque la historia es más repetitiva que dialéctica y todo se reproduce por ciclos, dado por la capacidad que tiene el hombre de repetir su historia.
En días pasados, al decir en una reunión que la propiedad inmobiliaria tiene su mejor capacidad de venta en estos momentos, fui prácticamente atacado por alguien que sostenía que nada podía detener el aumento de precio de la propiedad inmueble en Miami, y que lo que decía contradecía mis análisis anteriores.
Me tomé el trabajo de explicarle el concepto de la diferencia entre valor nominal y valor real; el impacto que la ley de oferta y demanda ejerce sobre el mercado y el freno que iba a ejercer sobre la demanda la inevitable subida de los intereses hipotecarios, y no lo aceptó; pues su juicio estaba centrado en la inversión extranjera en la ciudad y el condado; y es verdad que la inversión de capital extranjero es parte muy importante del desarrollo inmobiliario en Miami, pero no lo es todo.
Si los intereses hipotecarios suben para finales año, como lógicamente tienen que subir por la solidez actual de la economía estadounidense, van a ser menos los compradores que tengan la capacidad de calificar para un préstamo hipotecario. Por tanto, bajará la demanda, se incrementará la oferta y ello llevará a una inevitable baja de los precios. Por eso, cuando digo que el momento es hoy y ahora, tanto para compradores como para vendedores, no estoy bromeando.
J. A. “Tony” Ruano es autor del libro “Bienes raíces. Manual práctico de compra, venta y administración.”
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