David F. Agüera
Los socialistas (herederos de un Felipe González que ahora defiende a los opositores venezolanos) han mantenido hasta ahora un discurso duro, decidido y claro en contra de las propuestas de Pablo Iglesias y Podemos.
David F. Agüera
@DavidAguera_4G
“Pisar moqueta” es lo que se entiende por conseguir formar parte de un Gobierno… bien sea nacional, autonómico o local. Las elecciones celebradas en España este pasado 24 de mayo han puesto de manifiesto, una vez más, que los políticos están dispuestos a mentir sin ningún tipo de rubor, si con esas mentiras consiguen “pisar moqueta”.
Como San Pedro negara tres veces a Cristo, los socialistas (herederos de un Felipe González que ahora defiende a los opositores venezolanos) han mantenido hasta ahora un discurso duro, decidido y claro en contra de las propuestas de Pablo Iglesias y Podemos. Esa postura “tajante” les ha durado justo hasta saber que, sin el apoyo de los que defienden las políticas de la Venezuela de Chávez y Maduro, no conseguirán formar gobiernos en casi ninguna comunidad de España.
La mentira en campaña ya no sorprende a una España cansada de políticos corruptos, de partidos oligárquicos y de compra de voluntades. En este hastío democrático es donde han conseguido rédito los populistas. La culpa no es de aquellos que proponen medidas erróneas y trasnochadas, la culpa es de aquellos que durante más de treinta años han utilizado el poder para un beneficio personal. Ahora llegan las lamentaciones pero las propuestas comunistas que hoy triunfan en gran parte de España, nunca hubieran pasado de anécdota si PP y PSOE hubieran castigado sin paliativos cualquier atisbo de corrupción en su filas.
Retomando el símil de San Pedro, el Pedro (sin Santo) del PSOE ha sido el más duro en contra de las políticas “populistas” de Podemos, las políticas “de la Venezuela de Chávez”. El Secretario General del PSOE en España aseguraba antes de las elecciones que "los socialistas no pactarán con el populismo. Comparto el cabreo de la sociedad española, pero el populismo no es la solución", pero aseguraba más comparando a Podemos con el "populismo de la Venezuela de Chávez" y "la pobreza, las cartillas de racionamiento, la falta de democracia y, sobre todo, la desigualdad".
Duras palabras, duras verdades que ahora se transforman en bochornosas mentiras. Al PSOE de Pedro Sánchez ya le da igual la falta de democracia, no le preocupan las cartillas de racionamiento… ahora Podemos ya no es populista, ahora es la llave que permitirá al partido político más antiguo de España seguir “pisando moqueta”.
La mentira como herramienta política.
