MIAMI.- Por mucho que algunos se esfuercen, tirar abajo el sentido, la trayectoria y la labor de las Damas de Blanco es tarea imposible. La noble misión por la que este grupo opositor a la dictadura castrista nació en 2003 no debería quedar empañada por la actitud individual de uno de sus miembros.
Equivocarse está en la condición humana y los errores personales pueden hacer daño a todo tipo de organizaciones. En este caso, pensamos que la actual líder del grupo, Berta Soler, se está equivocando gravemente. En declaraciones a distintos medios, Soler se ha negado a convocar a elecciones y a escuchar las voces críticas que censuran su actuación sobre el acto de repudio que tuvo lugar en la sede de la organización contra una de sus integrantes.
Todas estas son actitudes más propias del enemigo contra el que se viene luchando pacíficamente desde hace años, inaceptables. También es inaceptable negar la democracia interna, menospreciar a sus compañeras de Miami y arrogarse el legado de la fallecida Laura Pollán.