Cuando ultilizamos los traductores automáticos en linea, muchas veces sufrimos porque el texto resultante en nuestro idioma es también incomprensible. Los actuales traductores automáticos están bastante lejos de la perfección. Por eso científicos informáticos comienzan a dar los primeros pasos para desarrollar sistemas de traducción apoyados únicamente en inteligencia artificial, sin supervisión humana.
Un artículo aparecido en la revista Science detalla la existencia de nuevos algoritmos y redes neuronales artificiales capaces de traducir de forma automática sin la ayuda o supervisión del hombre y, lo más sorprendente, sin contar con diccionarios predeterminados o textos paralelos.
"Imagine que le da a una persona muchos libros chinos y muchos libros en árabe, todos de diferentes temas, y la persona tiene que aprender a traducir del chino al árabe. Eso parece imposible, ¿no? ", pregunta el primer autor del estudio, Mikel Artetxe, científico informático de la Universidad del País Vasco (UPV) en San Sebastián, España. "Sin embargo hemos demostrado que una computadora puede hacerlo".
Actualmente, la mayoría de los aprendizajes automáticos , las redes neuronales y otros algoritmos informáticos aprenden de la propia experiencia bajo supervisión humana. Una computadora hace una propuesta de traducción, espera a recibir la corrección y ajusta su proceso en consecuencia. Este método solo es muy eficiente cuando se enseña a una computadora a traducir textos de idiomas entre idiomas en los que existen muchas traducciones previas, como son el Inglés y el Francés o el Inglés y el Español. Pero no funciona tan bien para idiomas raros o idiomas populares carentes de textos paralelos en otras lenguas que puedan guiar a los algoritmos de las inteligencias artificiales (IA).
Es por eso que el proyecto del profesor Mikel Artetxe hace que las IA creen sus propios diccionarios bilingües sin la ayuda de un ser humano. El sistema estudia las palabras en los diferentes idiomas y establece una especie de gran mapa de palabras, frases y oraciones, en ambos idiomas. La computadora al traducir prioriza cuando utilizar una sola una palabra o cuándo utilizar la frase o cuándo traducir la oración de forma literal.
Lo novedoso es que en el momento de traducir las oraciones, los nuevos diccionarios se ponen a prueba con ayuda adicional de un método de traducción inversa y eliminación de ruido. La traducción inversa de UPV consiste en traducir la oración del idioma A al B solo si el resultado de la traducción inversa del idioma B al A no cambia el sentido de la oración. Si no coincide con la original, la Inteligencia Artificial ajusta el próximo intento y trata de aproximarse, hasta que la oración en ambos idiomas sea la misma.
Otro sistema, creado por el científico informático francés de Facebook, Guillaume Lample y sus colaboradores, agrega un paso adicional durante la traducción, que es codificar la oración a traducir en una representación digital abstracta antes de decodificarla en el otro idioma.
Aunque los resultados de Artetxe y Lample aún tienen que mejorar bastante, ya ambos lograron un puntaje de evaluación bilingüe (utilizado para medir la precisión de las traducciones) de aproximadamente 15 puntos en ambas direcciones. Algo que Google Translate supera con su traducción supervisada que obtiene 40 puntos. Mientras que los traductores humanos logran 50 puntos.
Claro que estos sistemas están comenzando y se espera que mejoren con el tiempo, sobre todo si los científicos optan por la supervisión humana.
Mejorar la traducción de idiomas ha sido un objetivo para compañías como Google y Facebook, con algunos éxitos recientes. Otros intentos, como los recientes auriculares Pixel de Google, que deben traducirse sobre la marcha, todavía están en proceso.