miércoles 27  de  marzo 2024
ELECCIONES

Grecia desafía a la austeridad de Merkel

MIAMI.- La izquierda triunfa en las elecciones con un partido que nunca ha gobernado la nación. El futuro primer ministro, Alexis Tsipras, advierte: "El pueblo ha perdido el miedo. El pueblo ha decidido que se ha anulado el memorándum de austeridad"

MIAMI.- ESPECIAL

Adolfo Moreno

La Coalición de la Izquierda Radical -SYRIZA, por sus siglas en griego, debiendo traducir el término "radical" como "renovador", en referencia a su alejamiento del Partido Comunista de Grecia en su fundación- ha ganado las elecciones parlamentarias celebradas este domingo 25 de enero en Grecia. Al cierre de esta edición, y a falta de la finalización del escrutinio, SYRIZA estaría rozando la mayoría absoluta, que se sitúa en 151 escaños. Hay que tener en cuenta que la ley electoral del país premia con 50 diputados a la formación política que más votos obtenga. La segunda posición es para el partido conservador Nueva Democracia del actual primer ministro Antonis Samarás, quien había derrotado a Tsipas en las últimas elecciones de junio de 2012 por solo 170.000 votos (2,8%). La tercera fuerza política, a mucha distancia de las dos anteriores, es el partido neonazi Amanecer Dorado, pese a que buena parte de cúpula directiva está actualmente en prisión. Le sigue de cerca To Potami, un partido de reciente creación que se sitúa en el centro político y que puede ser clave para formar Gobierno. También tendrán representación parlamentaria el Partido Comunista, el socialdemócrata PASOK y Griegos Independientes, escisión del partido conservador.

Es inédita en las últimas décadas en el continente la victoria electoral de un partido a la izquierda de la socialdemocracia europea, así como la llegada de un primer ministro con un discurso fuertemente opuesto a la política de austeridad y de recortes. La política europea ya no puede observarse desde el prisma tradicional.

Tsipras, de 40 años, no deja a nadie indiferente en Europa: mientras muchos le temen, para otros tantos es el símbolo de la esperanza del fin de la política de austeridad. El reflejo del espejo griego es leído en clave electoral en países como España -que tendrá elecciones autonómicas y municipales en mayo y nacionales a finales de 2015-, donde gran parte de las encuestas sitúan como opción más votada a Podemos, un partido político que tiene un año de vida y que comparte el enfrentamiento a la política económica europea que ha dado el triunfo a SYRIZA. ¿Será Podemos la siguiente pieza en el dominó político europeo? ¿Qué capacidad de maniobra tendrá realmente Tsipras? ¿En qué medida podrá SYRIZA cumplir su programa electoral y cómo afectará su éxito o su fracaso a otros países? De momento, este lunes está convocada una reunión de los ministros de Economía de la eurozona, con la deliberación sobre una nueva y billonaria inyección financiera a Grecia como punto principal del día.

El fracaso de la austeridad

¿Por qué un país que supone menos del 3% de la economía de la eurozona tiene en vilo a toda la Unión Europea? La versión siglo XXI de la "tragedia griega" tuvo su origen en los primeros meses de 2010, cuando el entonces primer ministro socialdemócrata Papandreu admitió que su predecesor, el conservador Karamanlís, había falsificado, ayudado por el banco de inversión Goldman Sachs, las cifras del déficit público que los Estados notifican a Bruselas (Atenas aseguró tener un déficit en 2009 del 3% cuando realmente era del 12,7%). Esto se sumó a las dificultades que algunos países ya tenían para financiarse mediante la emisión de bonos de deuda pública tras el estallido de la crisis financiera en Estados Unidos, por lo que el Gobierno griego tuvo que solicitar ayuda financiera externa a la conocida como Troika -Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)-. Este "rescate" (que posteriormente también necesitarían Irlanda y Portugal), consistente en una inyección de 110.000 millones de euros (unos 122 billones de dólares) en mayo de 2010, al que se sumaría un segundo rescate de 130.000 millones de euros (alrededor de 145 billones de dólares) en febrero de 2012, estaba supeditado a una estricta y amplísima agenda de recortes en Sanidad, Educación, Administración Pública... diseñada por la "Troika". Pero la política de austeridad y de priorización del pago de la deuda impulsada por la canciller alemana Angela Merkel no ha logrado mejorar la economía, más bien al contrario: Grecia tiene hoy una deuda pública del 176% de su PIB (en 2010, era del 146%), es decir, que el Estado griego debe más de 350 billones de dólares, a lo que hay que sumar un déficit público del 12,2%, un crecimiento del PIB que ha sido negativo anualmente desde 2008 a 2013, una tasa de paro del 25,7% (con un desempleo juvenil que ronda el 50%) y un riesgo de pobreza que afecta a uno de cada tres griegos. Grecia tiene hoy datos económicos propios de un país en guerra.

Ahora se abre un futuro incierto. Por primera vez, los ciudadanos de un Estado de la UE han votado mayoritariamente en contra de la política de austeridad. Un histórico respaldo en las urnas que debe contextualizarse en la cada vez más numerosa corriente de opinión por parte de prestigiosos economistas, como los premio Nobel Paul Krugman y Joseph Stiglitz, que propone un mayor estímulo fiscal para contrarrestar la debilidad económica de la eurozona, en lugar de la política de consolidación fiscal que se ha impuesto en Europa desde hace un lustro. El propio FMI también admite errores con Grecia. Así pues, todas las miradas se centran ya en la persona que ha abanderado esta política: ¿negociará Angela Merkel con Alexis Tripras una reestructuración de la deuda griega y un cambio en las políticas de austeridad mientras se sigue ayudando a financiar al país heleno? Si esto ocurre, y dado que en 2015 hay elecciones generales en países también afectados por esta política de austeridad como Portugal y España, ¿llevarán los partidos políticos un programa electoral con aspiraciones similares a las de SYRIZA? O, por el contrario, ¿se mostrará inflexible Berlín en las negociaciones con Atenas? Los griegos recuerdan que su país, junto con otros 24, perdonó en 1953 (en contra de lo ocurrido tras la Primera Guerra Mundial) el 62% de la deuda que Alemania tenía con ellos, lo que permitió a los germanos una rápida recuperación y su emergencia nuevamente como potencia mundial (una deuda que, paradójicamente, Alemania terminó de pagar en 2010). Por su parte, en Alemania es popular el término Grexit, un juego de palabras para referirse a la posible salida de Grecia del euro: una opción que tiene difícil encaje en los actuales tratados europeos, pero que sería "manejable" para el Gobierno de Merkel, según filtró éste a la prensa durante esta campaña electoral.

Las próximas semanas serán clave para los 320 millones de habitantes de 19 países que comparten una moneda, el euro, que afronta a su enésima crisis, pero ahora con un panorama político absolutamente novedoso: desde la Grecia de SYRIZA hasta una Francia donde el partido más votado en las últimas elecciones europeas fue el ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen. "No es motivo de vergüenza para un hombre reconocer su pobreza, pero lo que sí es causa de una gran vergüenza es no hacer todos sus mejores esfuerzos para evitarla", dijo el político griego Pericles, considerado por muchos inventor de la democracia y quien dio nombre al siglo V a.C.

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