martes 19  de  marzo 2024
FÚTBOL

Lionel Messi, el mudo que se volvió líder

La versión actual del argentino, que se ha convertido en un caudillo en el Barcelona, dista mucho del adolescente tímido que llegó al club

STEFANO PORCILE

Especial

BUENOS AIRES. Se dedicaron muchas hojas, infinidades de palabras e innumerables litros de tinta para describir y narrar la figura del crack argentino. A lo largo de su carrera, el futbolista se mantuvo partido a partido en boca de periodistas, escritores y el público en general ya sea por sus jugadas de otro planeta o por sus deslumbrantes goles. Inclusive sus mismos compañeros del seleccionado y el Barcelona se sienten privilegiados al poder compartir entrenamientos con el delantero. La figura de Lionel Andrés Messi despierta todo tipo de adjetivos en el espectador.

Así como su evolución y madurez futbolística fueron desarrollándose con el paso del tiempo, también lo hizo su personalidad. Lejos quedó la primera imagen del tímido “pibe” rosarino al que creyeron mudo, siempre con la cabeza gacha y poco participativo. A medida que fue tomando protagonismo en Argentina y en su club, Messi cambió también la forma de comportarse, adoptando un rol cada vez más participativo en los vestuarios. La historia de un muchacho callado que terminó siendo capitán y referente.

 

El muchacho tímido

Tener que mudarse a otro continente condicionó mucho las relaciones personales de un joven Messi en Barcelona. Al llegar a España, la poca interacción con sus colegas preocupó hasta a los directivos del club. Su excompañero de equipo y amigo desde pequeños, Cesc Fábregas, siempre cuenta: “Con los muchachos de La Masía pensábamos que era mudo porque de niño solía vestirse solo y en silencio, apartado del resto”.

Otro caso similar narra Sergio “Kun” Agüero, delantero del Manchester City y de la Selección Argentina. “Estábamos en la concentración previa al mundial juvenil de Holanda hablando sobre zapatillas cuando de repente Leo, a quien nunca había escuchado hablar hasta entonces, hace un comentario en voz baja desde el rincón. En ese momento pensé ‘¿Quién es este?´ Yo no miraba fútbol europeo. Cuando me contó de dónde venía me acordé que había escuchado rumores sobre un chico de Barcelona que jugaba bien. Cuando lo vi en el campo me di cuenta de quién era”, relató en un reportaje el futbolista.

 

Los primeros pasos

Luego de un brillante paso por La Masía, Messi estaba listo para dar el salto de calidad al Barcelona B. Fue en ese momento cuando el tímido muchacho comenzó a codearse con las grandes estrellas y a tomar más confianza en sí mismo.

“El vestuario hacía una ´U´ y nosotros nos sentábamos en frente. Un día Ronaldinho me dijo que me siente de su lado, que ya no tenía que estar más donde estaba. Entre él, Deco y Motta tomaron mis cosas y me ubicaron al lado de ellos. Al principio me costó mucho, me negaba. Entrar al vestuario no era nada fácil y Ronaldinho me simplificó las cosas. Me empecé a sentir un poco más cómodo y suelto por cómo me hacían sentir todos ahí adentro”, contó en una entrevista Leo.

Pep Guardiola fue sin lugar a dudas quien comenzó a despertar en Messi sus instintos de madurez fuera del terreno de juego. Sus destacadas participaciones en encuentros determinantes como finales de Champions y mundiales de clubes sirvieron a Leo para tomar confianza y comenzar a levantar la cabeza en lugar de arrastrarla por el vestuario.

 

¿El rebelde?

El primer acto de gran rebeldía de Messi surgió durante la temporada 2008/09, cuando Guardiola cumplía medio año en el equipo como entrenador. Tres horas antes del partido, todos los jugadores estaban comiendo y de repente "La Pulga" dijo que quería una gaseosa, a lo que Pep se la negó objetando que no se beben ese tipo de cosas antes de jugar. Acto seguido, el delantero se levantó de su silla y volvió unos pocos minutos después con una lata, la cual abrió y bebió justo en frente de Guardiola y el resto del equipo. Más tarde, en ese partido el 10 del Barcelona no sólo marcó goles sino que también fue la figura del encuentro.

Meses después, “La Pulga” comenzó a sentirse incómodo y fastidioso dentro del campo de juego por la presencia de Zlatan Ibrahimovic. El argentino, de por entonces 22 años, venía de dos malos encuentros producto de la poca participación. Fue por eso que, en el autobús de regreso a Barcelona, Leo le envió un mensaje de texto a su entrenador con más o menos estas palabras: “Puedo ver que ya no soy importante para el equipo, así que…” Estas palabras le alcanzaron a Pep para desplazar al sueco del primer equipo y colocar al argentino como centro delantero, donde comenzó a destacarse nuevamente.

 

El capitán

En 2010 Messi, con 23 años, había conquistado la Champions en dos ocasiones, el Mundial de Clubes, participó con la selección mayor del Mundial de Alemania 2006 y llegó hasta la final de la Copa América Venezuela 2007. Su presencia en el campo era incuestionable y su personalidad crecía con el correr de los partidos.

Ese mismo año se disputó la Copa del Mundo de Sudáfrica donde Argentina, dirigida por Diego Armando Maradona, había ganado los dos primeros partidos de clasificación ante Nigeria y Corea del Norte.

Llegaba el momento de enfrentar a Grecia y Maradona decidió hacer unos cambios en la alineación. Durante el último entrenamiento, el exentrenador le manifestó a Messi su intención de nombrarlo capitán en ausencia de Javier Mascherano. Por primera vez en su vida, el delantero del Barcelona vestiría el brazalete de la selección mayor, nada más y nada menos que en un Mundial y frente a compañeros que casi lo duplicaban en edad y experiencia.

El exvolante Juan Sebastián Verón, con quien compartió habitación el joven capitán la noche anterior al encuentro, contó: “Durante toda la Copa del Mundo sólo lo vi nervioso una vez. Fue antes del partido con Grecia, cuando Maradona le ofreció ser el capitán. No era la responsabilidad del liderazgo lo que lo incomodaba, sino el tener que dar el discurso previo al juego ante todos los compañeros”.

Si bien en ese encuentro el crack del Barcelona no convirtió ningún gol, el equipo ganó 2-0 y él fue la figura del encuentro.

 

La consolidación

Luego de la era Maradona, Alejandro Sabella tomó las riendas del seleccionado y decidió nombrar a Messi como su capitán indiscutido. Apenas Sabella fue escogido como entrenador, lo primero que hizo fue llamar a Mascherano para pedirle disculpas e informarle que el nuevo líder sería su compañero del Barcelona.

A partir de entonces, “La Pulga” fue el referente de su país en las contiendas por eliminatorias, el Mundial de Brasil 2014 y, con Gerardo “Tata” Martino como entrenador, en la Copa América de Chile 2015.

En el Barcelona, el debut de Messi como capitán tuvo lugar el 30 de marzo de 2013 en un encuentro ante el Celta de Vigo. Al año siguiente, la plantilla del equipo lo eligió como uno de los cuatro capitanes. Cargo que ocupa hasta la actualidad por detrás de Andrés Iniesta.

Leo pasó de ser el pequeño tímido al que muchos consideraban mudo a ser el referente de su selección. La vida del 10 del Barcelona pasó por muchos momentos determinantes que lo marcaron no sólo como futbolista sino también que forjaron su persona. Con más de 600 partidos entre Argentina y su club, sin dudas su imagen de muchacho frágil y callado fue apagándose para darle paso a Messi, un futbolista maduro. 

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