jueves 28  de  marzo 2024
CRISIS POLÍTICA

"El Estado venezolano está tomado por el cártel de los Soles"

El periodista Manuel Malaver revela datos sobre las presuntas relaciones y la protección que ofrece el Gobierno a una supuesta "organización criminal" en la que se agrupan altos oficiales
Por PEDRO PABLO PEÑALOZA

CARACAS.- El periodista Manuel Malaver publicó en 1999 un libro titulado “La DEA contra la Guardia Nacional de Venezuela”. A 18 años de haber editado aquella investigación que sacó a la luz pública el choque que protagonizaron durante una década la agencia antidrogas de Estados Unidos y uno de los componentes de la Fuerza Armada Nacional, Malaver afirma que en estos momentos se desarrolla “una guerra del cártel de los Soles –nombre con el que se conoce a una supuesta organización criminal dirigida por militares venezolanos – contra Venezuela”.

- ¿Cómo puede entenderse o interpretarse eso que usted señala?

- Hay una guerra del cártel de los Soles contra Venezuela. Una guerra que diferencio muy bien de la guerra que hicieron los cárteles de la droga colombianos contra el Gobierno de Colombia, en especial contra la gestión del presidente César Gaviria, y también la distingo de la guerra que hacen los carteles mexicanos contra el Estado mexicano. La guerra de los carteles colombianos y mexicanos es desde fuera del Estado, en cambio, la guerra del Cartel de los Soles es desde [dentro] el Estado venezolano. Antes de la guerra, ya el Estado venezolano ha sido tomado por el Cartel de los Soles. Aquí tienes el problema de que el cartel es el Estado.

- ¿Por qué dice eso?

- Yo veo la situación venezolana como producto de que los carteles colombianos fueron derrotados en su intento de convertir al Estado de Colombia en su instrumento. Entonces, colapsa la economía colombiana de la droga en un sentido muy importante, que es que se afectan sus rutas de transporte desde Colombia hacia los mercados internacionales. Allí se crea una especie de cuello de botella, porque sigue llegando mucha droga a Colombia pero no hay cómo sacarla del país. En ese contexto, ocurren los golpes de Estado de 1992 en Venezuela.

- ¿Cuál es la relación entre esa “derrota” de los carteles colombianos y la irrupción del difunto Hugo Chávez?

- Chávez encabeza un movimiento político-militar de contestación al Estado venezolano, que es derrotado en 1992 pero sigue vivo. Un movimiento de izquierda con perspectivas de poder y esa es la oportunidad que aprovecha el más grande cartel de cocaína que ha tenido Colombia, que se llama Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Un cartel (las FARC) muy especial porque tenía 25.000 hombres en armas. Esa es la situación nueva, un movimiento político-militar venezolano de izquierda que intenta tomar el poder y un cartel colombiano de la droga que no tiene puertos de salida. Y también estaba el gobierno cubano, que buscaba una respuesta a su propia situación por la caída de la Unión Soviética.

- ¿Cómo se unen o vinculan esos factores?

- Al salir de la cárcel, Chávez no tenía ni recursos, ni operadores ni apoyos internacionales. Luis Miquilena (mentor político de Chávez) lo aproxima al Gobierno cubano. Y Pablo Medina (fundador de los partidos La Causa R y Patria Para Todos) le abre las puertas de las FARC. Posteriormente, Chávez se reunió con Raúl Reyes e Iván Márquez, comandantes de las FARC. Las FARC le venden la idea de que no puede confiar en el petróleo, que el negocio está en la droga, que es una economía que nadie controla.

- ¿Y cómo se manifestó eso en el terreno?

- Luego de tomar el poder, Chávez critica la permisividad que disfrutaban los empresarios colombianos para pasar la frontera y recorrer las rutas venezolanas en base a los acuerdos de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Se genera un gran conflicto y se activan las grandes voces del chavismo, incluido el para entonces canciller José Vicente Rangel. De esa manera, se trancó la frontera para cualquier otro factor político y económico distinto a las FARC. A los dos años, comienzan a publicar informes de Naciones Unidas, la DEA y agencias europeas que denuncian que toneladas de cocaína salen de Venezuela. El exgobernador del estado Apure, Jesús Aguilarte Gámez, quien fue asesinado en abril de 2012 en el estado Aragua, dijo que había 500 pistas clandestinas en Apure. También había otras 700 en el estado Guárico. Allí surge un triángulo centroccidental de la cocaína que lo constituyen los estados Aragua, Guárico y Carabobo.

- Menciona los territorios. ¿Y las personas?

- ¿Quiénes operan en la zona? Desde el punto de vista militar, allí está ubicada la 41 Brigada Blindada, cuyo jefe era el mayor general Clíver Alcalá Cordones. Aragua es tomado primero por Rafael Isea –exministro de Chávez que ahora es testigo protegido del gobierno de EEUU- y luego por Tareck El Aissami (actual vicepresidente de la República). Y Carabobo es tomado por un personaje muy curioso que ha desaparecido de la escena, que se llama Luis Felipe Acosta Carlez. Eso lo coordinaba el capo Walid Makled, quien después se peleó con Alcalá Cordones. El cartel de Makled chocó con el Cartel de los Soles. La persecución que se desató contra Makled fue inusual, si se toma en cuenta que fue un hombre muy cercano al Gobierno.

- ¿Faltan nombres?

- Makled involucró en sus declaraciones a El Aissami y su hermano. Después está otro gran testimonio, el del exmagistrado Eladio Aponte Aponte, quien provenía de la Fuerza Armada y del estado Carabobo, y que conocía muy bien el entorno de las operaciones de Makled con Acosta Carlez. En abril de 2012 también asesinan al general del Ejército, Wilmer Antonio Moreno, quien se desempeñó como subdirector de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM). Posteriormente, la DIM estuvo a cargo del general Hugo Carvajal, identificado por EEUU como la persona que trama las operaciones entre las FARC y el gobierno venezolano. Por otra parte, Pablo Medina dejó de ser el operador político entre las FARC y el gobierno y ese lugar lo ocupa el capitán de navío Ramón Rodríguez Chacín, gobernador de Guárico. Rodríguez Chacín aparta a Medina, pero no por razones políticas. El gobierno tiene alianzas con un cartel que está involucrado en el tráfico internacional de cocaína. El gobierno tiene dos economías, la petrolera y el narcotráfico.

- ¿Cómo puede afirmar que existe un Cartel de los Soles?

- A finales de los 80, la Guardia Nacional se convierte en la primera fuerza de investigación del narcotráfico en Venezuela. El gobierno decidió en ese momento sacar de esa tarea a la Policía Técnica Judicial (actual Cicpc), en una jugada auspiciada por el Departamento de Estado y la DEA, porque ellos querían que en Venezuela se implementara una figura antijurídica que es la entrega de droga vigilada. El Cicpc se oponía porque eso es contrario a la Constitución, pero la Guardia Nacional sí estaba a favor.

- ¿Y por qué aquella relación terminó en conflicto?

- Se desarrolló una operación, la droga hizo la ruta, llegó a Caracas, se almacenó en el patio del comando de la División Antidrogas de la Guardia Nacional, la envían a Miami y allá nadie la fue a retirar. Es decir, algún miembro de la operación había filtrado información. La DEA dijo que era alguien de la División Antidrogas y se da un choque que recorre todos los años 90. El general Ramón Guillén Dávila enfrentó una acusación de Estados Unidos, así como otros oficiales, incluido un mayor que trabajó en la gestión del gobernador chavista Antonio Rodríguez San Juan en el estado Vargas. Después todos esos señalados estaban con Chávez.

- ¿Y dónde aparece allí el supuesto Cartel de los Soles?

- Lo que digo es que allí está la semilla, la siembra original del Cartel de los Soles. Cuando Chávez da el golpe, uno de sus decretos ordenaba la desaparición de la Guardia Nacional porque ese componente se convirtió en un gran negocio al tener el control de aeropuertos, carreteras y fronteras. El Ejército comenzó a resentir esa situación. Ya en el poder, Chávez observa que su fuerza operativa es la Guardia Nacional y se hace el loco. Al final, ese Cartel de los Soles también atrae al Ejército. Tengo contactos con muchos oficiales que advierten que los cuarteles venezolanos se han convertido en depósitos de la droga en tránsito. La gran solidaridad de este generalato con el chavismo está allí. No es el petróleo, es la cocaína. Te cierro la historia con el caso de los “narcosobrinos” (sobrinos de la pareja presidencial condenados en EEUU por narcotráfico), que tenían una súper protección desde Miraflores y los cuarteles [militares]. Creo que hay una guerra del Cartel de los Soles contra la sociedad democrática y es una tragedia de inmensas proporciones, porque son unos tipos que van a lo que sea.

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