¿Cuál inversión es mejor para una persona que está pensando en colocar su dinero en otro sitio que no sea el banco? Una pregunta importante que un inversionista debe hacer es si comprar bonos o acciones. Para la mayoría la respuesta probablemente sea: ambos.
Algunas diferencias básicas:
- Las acciones solo las emiten las empresas, los bonos los emiten tanto las empresas como las entidades gubernamentales.
- Las acciones pagan dividendos pero estos no son garantizados regularmente, mientras que los bonos pagan cupones, generalmente fijos, garantizados regularmente a menos que el emisor entre en bancarrota.
- En caso de bancarrota los bonos generalmente están mejor protegidos legalmente y en capital que las acciones.
- En general los bonos tienen una fecha de madurez en la que se devuelve el 100% del valor nominal. Las acciones no garantizan devolución de capital pero tienen la capacidad de aumentar de precio en el mercado según el desempeño de las ganancias de la empresa.
Las empresas tienen dos formas de levantar capital para sus proyectos, emitiendo acciones o emitiendo deuda.
Cuando compras una acción estás comprando una porción del negocio, y como dueño tienes derechos y privilegios en la empresa. Entre esos está el derecho a votar en asuntos que determinarán el futuro de la organización o el derecho a recibir parte de las ganancias de la misma en forma de dividendos.
Así como la empresa levanta capital vendiendo acciones al público, también pueden hacerlo pidiendo prestado o emitiendo deuda en la forma de bonos. Cuando compras un bono no obtienes propiedad en la empresa, sino que estás comprando parte de su deuda, y como acreedor no tienes derecho a voto o a las ganancias, sin embargo, tienes derecho a un pago de intereses periódico.
¿Entonces cómo se gana dinero con estos activos?
Como accionistas buscamos generar dinero mediante la apreciación de nuestra participación en la empresa, además de la obtención de dividendos. Una de las razones más influyentes en el movimiento del precio de una acción es la rentabilidad (o expectativa de rentabilidad). Cuando la empresa obtiene grandes ganancias sus accionistas lo verán reflejado en el precio de sus acciones. Por el contrario, si la empresa está perdiendo dinero es muy probable que los accionistas vean caer el precio sus acciones. Si la empresa entra en un proceso de quiebra, los accionistas, por lo general, serán los últimos en la fila para obtener lo que quede de valor, mientras que los acreedores estarán entre los primeros.
Como acreedores recibiremos pagos de intereses en periodos de tiempo específicos, sin importar como le vaya a la compañía (siempre y cuando no entre en bancarrota). Mientras que el precio de la acción se mueve por expectativas o noticias sobre el entorno económico de la empresa, siempre que la empresa tenga dinero suficiente para pagar sus deudas está en la obligación legal de pagar a sus acreedores.
Esto significa que sin importar como le vaya a la empresa, esta está obligada a cumplir con el pago de su deuda. Esto también significa que si a la empresa le va no muy bien tampoco recibiremos ningún ingreso adicional.
El precio y riesgo de un bono en determinado momento estará más relacionado con las tasas de interés, la inflación y la calificación crediticia que con las ganancias de la empresa. Pero hacia el vencimiento del bono, el precio tenderá hacia el 100% del valor nominal.
En el último siglo las acciones han tenido mejor desempeño que los bonos, pero han sufrido de mayor volatilidad. Por lo que una persona que esté buscando invertir probablemente quiera considerar una mezcla entre ambos según sus objetivos y plazos de inversión y para esto siempre se recomienda orientación profesional y personalizada.
