MIAMI. - Daniel Ortega, quien ha logrado perpetuarse en el poder en Nicaragua implementando cambios a la Constitución y a base de una férrea represión, se encuentra preparando el terreno electoral con leyes y más medidas coercitivas en contra de la oposición, para tratar de alzarse por cuarta vez con el triunfo en las presidenciales del próximo noviembre.
Luis Fley, más conocido en Nicaragua como ‘Comandante Johnson’, quien combatió al sandinismo de Ortega en los años 1980, tiene su nombre en la baraja de precandidatos a la presidencia y es uno de los más duros contradictores del régimen, en busca de un cambio de modelo de gobierno en ese país centroamericano.
Fley cuestiona una reforma política promovida por Ortega, que le da a la Policía la potestad de autorizar mítines políticos y niega el financiamiento a los candidatos, entre otros aspectos polémicos, y también deplora la violación a los derechos humanos en su país. Sin embargo, asegura que está dispuesto a que un día le “llenen el pecho de plomo” por la democracia en esa nación.
Su nombre está postulado para aspirar a la presidencia de Nicaragua, pero vemos algunas trabas que ha puesto Daniel Ortega. ¿Cómo está el ambiente electoral en su país?
La situación está difícil porque tenemos una dictadura gobernando a Nicaragua, una dictadura que viola los derechos humanos e irrespeta las leyes. Que se sostiene por las armas de la Policía y del Ejército, y no nos queda de otra que organizarnos, unirnos todos los nicaragüenses y las organizaciones existentes para enfrentar a esta dictadura. Él lo sabe [Daniel Ortega] y ha creado leyes para impedir que los opositores se puedan postular. Hasta el momento, se han creado tres leyes en la Asamblea Nacional, que la controla él [Ortega] para inhibir a los ciudadanos e impedir que reciban recursos. Hay una ley de ciberdelitos de la que hay que tener mucho cuidado con lo que dice porque se la pueden aplicar a cualquiera. Estamos en manos de un dictador elevado a la cuarta potencia, que no respeta y que pretende quedarse de por vida en el gobierno.
¿Hay garantías para poder continuar su campaña política?
Yo estuve prácticamente siete semanas en mi casa. La Policía no me dejaba salir ni a la puerta. Hemos tratado de conformar un movimiento político, pero la pandemia ha sido un obstáculo. Saqué copia de todos los documentos que tengo y les dije a los representantes del gobierno que yo estoy participando [en las elecciones] de acuerdo con la ley y a la Constitución, y finalmente me retiraron la custodia que tenía. Uno tiene mucho temor, pero hay que hacer un esfuerzo para que no sea el miedo el que nos venza. En mi caso, el FDN [Fuerza Democrática Nicaragüense], que nació en 1982, me está postulando para ser precandidato y participar en unas primarias. Sabemos que no existen las condiciones, pero tenemos que dar la pelea y desnudar al dictador nacional e internacionalmente para que quede evidenciado que hay una dictadura totalitaria que está controlando el país.
¿El miedo que usted dice sentir nace de amenazas a su vida?
Todos tenemos temor porque el gobierno es criminal, un gobierno que si tiene que matar lo va a hacer. Fue una recomendación que le hizo Tomás Borge (miembro fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional) a Daniel Ortega. Él le dijo que el costo más alto es perder el poder y hay que hacer lo que tengan que hacer. Ellos han encarcelado, han violado los DDHH y no les importa nada, ni las sanciones que les ha impuesto el gobierno norteamericano, ni los llamados de la Unión Europea. No escuchan, no tienen sensibilidad, se mantienen herméticos.
¿A usted lo han amenazado directamente?
En dos o tres ocasiones me han amenazado. Yo lo he denunciado ante los organismos de DDHH. Hace un año más o menos mataron a una persona y me mandaron un mensaje, diciendo: 'Así te va a pasar, hijo de p'. También recibí otra amenaza reciente. Los que nos hemos puesto a la cabeza de esta lucha cívica en Nicaragua tenemos que asumir y correr riesgos, y estar dispuestos a que un día te llenen el pecho de plomo.
¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Luis Fley?
Yo estuve dispuesto 10 años a todo en los años 1980 cuando combatimos por las armas la primera dictadura de Daniel Ortega, y actualmente también lo estoy.
¿Por qué aspirar en estas condiciones tan complejas a la presidencia de Nicaragua?
La clase política de Nicaragua es la culpable de que el sandinismo-comunismo haya regresado al poder. No hicieron la función de administrar la democracia que tanta sangre había costado, sino que se convirtieron en corruptos y perdieron la credibilidad y la confianza del pueblo nicaragüense. Utilizaron el poder para enriquecerse y no el poder para resolver los problemas sociales de Nicaragua. Hay un vacío. La gente no cree en la clase política. Hemos tomado esta decisión por ese vacío que hay que llenar, y volver a invitar al pueblo a que tenga confianza y fe porque vamos a hacer el trabajo bien. Nuestra meta es trabajo y más trabajo. Nicaragua se ha sumido en la pobreza. Es el país más pobre de Latinoamérica, después de Haití, y eso es el resultado de la mala conducción del gobierno totalitario de Daniel Ortega. Nicaragua es el país con más corrupción después de Venezuela. La violación de los DDHH está comprobada por organismos internacionales. Hay que convertir a Nicaragua en un país próspero, con más trabajo porque sabemos que si los ciudadanos tienen trabajo pueden resolver sus problemas sociales en buena parte.
¿Se puede ejercer oposición a Ortega en Nicaragua?
Casi todos los opositores están encerrados en sus casas. No les permiten salir de Managua. Yo tengo dificultades para salir de la capital. Nos vigilan constantemente. Yo me muevo en taxis y buses de la campaña de manera clandestina y solo les aviso a las personas de confianza. Gracias a Dios existe la tecnología y eso nos está ayudando llegar a los ciudadanos.
Si Nicaragua llegase a tener elecciones transparentes, ¿cuál sería el futuro de Daniel Ortega?
Por eso es que Ortega no permite unas elecciones limpias, libres y transparentes porque sabe muy bien que sacaría entre un 10% y un 15%. Él no tiene el respaldo de pueblo nicaragüense. Se sostiene por las armas, la Corte Suprema de Justicia y una Asamblea Nacional que hace las leyes a la medida que él las pide.
¿Qué lugar ocupa Rosario Murillo dentro de la estructura de poder nicaragüense?
En la vida real es la esposa del señor Ortega, pero es quien controla prácticamente el gobierno y todas las instituciones están sometidas a ella. Daniel Ortega parece estar en un segundo plano.
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