En buena medida, los reflectores internacionales de la prensa, organizaciones proderechos humanos y miembros de la sociedad civil, se volcaron, durante los últimos meses en Cuba, sobre el caso del activista y artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara y las acciones relacionadas con el Movimiento San Isidro.
En este escenario en específico, confluyeron y quedaron al descubierto un sinnúmero de estrategias y mecanismos utilizados por las fuerzas represivas del régimen de La Habana para mellar, distorsionar y manipular situaciones adversas, capaces de poner en jaque a la tambaleante estructura ideológica y la marcada crisis de credibilidad en torno a la naturaleza que aún de manera anacrónica trata de vender la dictadura: Brigadas de respuesta rápida, entrenadas y focalizadas en la represión directa, agresiones físicas y secuestros. Periódicos, noticieros televisivos, pancartas y discursos plagados de retórica, enarbolados por portavoces gubernamentales que se escudan bajo el oficio de periodistas. Médicos no tan médicos, con batas blancas y grados militares en la chamarreta y por supuesto, aquellos furibundos militantes, identificados y reclutados, que empeñan sus palabras por un “premiecito” frugal, un diploma, una medalla de cobre o una simple merienda en pago a, como lo define el vocabulario popular, su “tracatanería” [adulación].
Otero Alcántara lo sufrió en carne propia: "El régimen nos pone a nosotros, la oposición, a construir esa narrativa de contradecirnos a nosotros mismos" dijo en el programa A Fondo, de un canal de televisión en Miami y denunció la manipulación por parte de la seguridad del estado: “A nosotros los opositores nos persigue la moral, todo lo que salga a través del régimen esta manipulado. A José Daniel Ferrer le han construido una pila de cosas y yo sigo creyendo en él, en el cubano valiente que es".
“Vivimos en un régimen y una dictadura capaz de generar esos relatos porque tienen el control de la realidad y tienen todos los recursos para construir historias alrededor tuyo, y a través del discurso del odio, ponernos unos contra otros…tenemos que construir nuestro propio relato”, aseveró en una directa con el escritor y periodista cubano Carlos Manuel Álvarez.
Alcántara confesó los episodios vividos con el doctor Ifrán Martínez, que lo atendió en el Hospital Calixto García y con el cual se filmó un video utilizado luego por los difusores del oficialismo: “Yo aproveché esa oportunidad para enviar un mensaje, para decir que estaba vivo. Es muy contradictorio porque el régimen, el rostro que pone delante es el ser humano. De hecho, él (Martínez) me dijo que había sido médico en la prisión del Combinado del Este y tenía experiencia con huelguistas. No obstante, eso crea o intenta crear una contradicción.
Entonces Alcántara, que ha hecho público su intención de someterse a pruebas médicas fuera del sistema oficial, recordó las acciones contra los hermanos Urquiola: “A Ariel lo infectaron de SIDA y Omara tiene malos tratos y malos manejos médicos intencionales contra su vida”.
En este contexto, un panel internacional de profesionales de la salud denunció en Miami el uso represivo de los regímenes totalitarios valiéndose de la medicina, en un evento realizado en la sede de la Brigada 2506. Los médicos exiliados cubanos señalaron, según relató el sitio web ADN Cuba, que la dictadura de la isla aprendió de la KGB, la agencia de inteligencia de la Unión Soviética, esa práctica antiética, que aplica contra los disidentes e hicieron un llamado de alerta sobre “el creciente uso” de los saberes destinados a mejorar salud de las personas, con fines completamente contrarios, como el castigo por motivos políticos”.
Otero Alcántara, ha denunciado, además, la tortura a la que fue sometido en las instalaciones sanitarias cubanas y describió como lo mantenían aislado, recluido, con aire acondicionado las 24 horas y la luz encendida todo el tiempo.
En el diálogo con el programa “A Fondo” que conduce Juan Manuel Cao, Alcántara dio gracias a quienes lo apoyaron y habló de la experiencia de ver desde Cuba, el partido entre la selección de la isla y la venezolana, como parte del preolímpico de béisbol. Dijo estar emocionado por sus amigos detrás del home y sus carteles alegóricos y relató cómo se han convertido estas iniciativas del exilio joven en una especie de boom en las calles de la isla donde todo el mundo habla de eso. También tuvo palabras de admiración hacia la joven que se lanzó al terreno con el cartel pidiendo libertad.
En la entrevista donde coincidió con la congresista María Elvira Salazar, Alcántara subrayó "A Washington y a todos los cubanos, el mensaje es que estamos pensando en el cambio en Cuba. Hay que contar con nosotros... el cambio no va a venir del régimen, o que un día se iluminó Díaz Canel y quiso ser una buena persona. El cambio lo generamos los cubanos, los de adentro y los de afuera. En Miami hay muchos que están “guarachando”, comiendo hamburguesas y no les importa lo que puede pasar en Cuba". La congresista lo apoyó e hizo énfasis: "El cambio viene de gente como Alcántara que se quedó y está luchando y nosotros en el Congreso estamos con él y con ese grupo que grita Patria Y Vida".
Entretanto, trascendió que el rapero Maykel Castillo Pérez (Osorbo) es acusado de atentado, desórdenes públicos y "evasión de presos o detenidos", información publicada en el portal oficialista Cubadebate. El rapero permanece recluido en la cárcel provincial de Pinar del Río (conocida como 5 y medio) desde el 31 de mayo.
Sobre los hechos: El domingo 4 de abril el rapero que participó en la popular canción protesta "Patria y Vida" se resistió al arresto y logró escapar con una esposa en la mano. Varias patrullas cercaron, en ese momento, la sede del Movimiento San Isidro (MSI), en Damas 955, La Habana Vieja. En las afueras una multitud de vecinos corearon el tema contestatario, video que se hizo viral en las redes sociales.
Recientemente, cientos de artistas, intelectuales, activistas, políticos y organizaciones exigieron con un manifiesto la liberación de ‘Osorbo’ y de todos los presos políticos.
Lo cierto es que, con el fenómeno de las redes sociales y un mayor acceso a la información, las habituales mentiras del castrismo van quedando huérfanas y en la mesa, donde estaban adaptados a ganar durante más de sesenta años, hoy el dominó se les tranca y les es más difícil, virarse con fichas, “gordas” cargadas de represión.