BUENOS AIRES.- Argentina celebrará el domingo las primarias de las elecciones legislativas de octubre, que servirán más como un examen a la gestión del centroderechista Mauricio Macri y al regreso de la peronista Cristina Fernández de Kirchner a la escena política que para definir a los candidatos.
En los distritos más importantes el oficialismo y los principales partidos de oposición presentarán listas únicas.
Así, en muchos casos, la ciudadanía no tendrá posibilidad de dirimir entre varios postulantes para elegir a los candidatos que participarán en las elecciones de medio término del 22 de octubre para renovar 127 bancas de diputados en todas las provincias y 24 escaños en el Senado, en ocho distritos.
"Estas primarias van a ser atípicas, terminarán siendo una elección que funciona en un alto porcentaje de los distritos como una gran encuesta. Tienen un peso simbólico importante pero la verdad es que en términos prácticos definen poco", señaló a dpa Juan Germano, director de la consultora Isonomía.
Más de 33,1 millones de ciudadanos fueron convocados a participar el domingo en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), que fueron establecidas en 2009, y este año le costarán al Estado unos 2.700 millones de pesos (unos 150 millones de dólares). Los partidos o alianzas deberán sumar al menos el 1,5 por ciento de los votos válidos en el distrito para competir en los comicios de octubre.
En las legislativas se renovarán las bancas de diputados elegidas en 2013, cuando aún no se había conformado la actual alianza oficialista Cambiemos de Macri y su partido, el PRO, ni siquiera compitió entonces en la influyente provincia de Buenos Aires. A la hora de un balance, se estima que el oficialismo ganará bancas en ambas Cámaras, aunque continuaría sin mayorías propias.
"Las primarias tendrán dos ejes distintos, la lectura nacional, en la que el Gobierno seguramente saldrá fortalecido, y la lectura de la provincia de Buenos Aires, de fuerte peso simbólico", señaló Germano. "Demostrarán qué mandato tendrá esta elección, si es un referendo de la gestión macrista o si tiene que ver más con ponerle un límite a Cristina".
La madre de todas las batallas electorales se dará en la provincia de Buenos Aires, que por un lado representa cerca del 37 por ciento del padrón nacional y por el otro pondrá a prueba la reaparición de la ex presidenta peronista (2007-2015) en la escena política.
Fernández de Kirchner, de 64 años, se postuló por su nuevo frente opositor Unidad Ciudadana tras negarse a participar en una primaria del Partido Justicialista (PJ) en momentos en que el peronismo buscaba su renovación luego de doce años de gobiernos kirchneristas.
Los sondeos muestran una importante intención de voto a favor de la precandidatura a senadora de Fernández de Kirchner, que supera o iguala al oficialismo, según qué encuesta. El peso de un triunfo kirchnerista en ese distrito en las primarias podría pesar sobre Macri, pero a la vez le permitiría forzar una mayor polarización para ganar más votos en octubre.
"Hay una parte de la ciudadanía decepcionada con el Gobierno, pero habrá que ver qué pesa más, el desencanto o el rechazo estructural al kirchnerismo en un sector de la sociedad", apuntó el analista político.
Luego de ocho años de gestión y con varias causas judiciales abiertas, Fernández de Kirchner cuenta con el apoyo de al menos un 30 por ciento o más de los votantes que le garantizaría una banca en el Senado.
En las primarias bonaerenses competirán también el precandidato a senador de Cambiemos Esteban Bullrich, hasta hace un mes ministro de Educación y protagonista de varios papelones en la campaña; y el postulante del nuevo frente 1País, el peronista Sergio Massa, que aspira a desplazar al oficialismo al tercer lugar.
La situación económica que atraviesa la Argentina podría influir a la hora de ir a las urnas. La economía comienza a mostrar signos de reactivación luego de la recesión, pero la inflación cede a un ritmo menor del deseado, con más de un tercio de la población sumida en la pobreza, más de un 9 por ciento de desempleo y un alto nivel de informalidad en la actividad.
"La economía no está en una etapa de caída, al contrario, está en una etapa de recuperación que todavía no está difundida a todos los sectores pero que cada vez está mejor. ¿Por qué no se siente en la calle? Porque el salario se recupera a un ritmmo más lento, al igual que el empleo, y a su vez la reactivación no se derramó a los sectores informales", indicó a dpa el economista Dante Sica, de la consultora Abeceb.
El experto señaló que "son tres los sectores que traccionan: el agro, la construcción privada y pública y la energía", pero otros, como por ejemplo el comercio o el rubro textil, siguen anotando retrocesos.
El malestar social se vio reflejado el lunes en una multitudinaria marcha de agrupaciones sociales y sindicales a la histórica Plaza de Mayo en reclamo de una ley de emergencia alimentaria, en el día de San Cayetano, el patrono del trabajo.
La política de derechos humanos también se convirtió en un punto débil del Gobierno de Macri, que podría restarle apoyo.
Al debate por la cifra de desaparecidos en la última dictadura, luego de que altos funcionarios pusieran en duda los 30.000 estimados por organismos de derechos humanos, se sumaron los reclamos a nivel nacional e internacional por la detención de la activista social kirchnerista Milagro Sala y, esta última semana, por la desaparición de un joven durante el desalojo que realizaron fuerzas de seguridad de una protesta de una comunidad aborigen mapuche en la Patagonia.
FUENTE: dpa