CIUDAD DE MÉXICO.- REDACCIÓN WEB DLA / AP
CIUDAD DE MÉXICO.- Mientras surgen los increíbles testimonios de los sobrevivientes, el papa Francisco expresó su pesar por los acontecimientos registrados en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa. Autoridades mexicanas confirman que algunos heridos ya han sido dados de alta y que hasta ahora han removido unas 2.000 toneladas de escombros.
CIUDAD DE MÉXICO.- REDACCIÓN WEB DLA / AP
El papa Francisco expresó su pesar por las víctimas de la explosión, y transmitió su “sentido pésame a los familiares de los fallecidos, junto con expresiones de consuelo, viva solicitud y deseo de pronto restablecimiento de los heridos". El pronunciamiento del Sumo Pontífice se da a través de un telegrama enviado en por el cardenal secretario de estado, Pietro Parolín, al arzobispo de México, cardenal Norberto Rivera Carrera.
En la comunicación, el Obispo de Roma también "imparte de corazón la confortadora bendición apostólica, como signo de esperanza en el Señor Resucitado".
La enorme explosión y posterior incendio que acabó con casi todo, dejó un triste saldo de tres muertos – dos bebés y una enfermera de 25 años - y al menos 73 heridos, de los cuales ocho niños y siete adultos se encuentran en estado de gravedad. A esta hora, el alcalde de de México, Miguel Ángel Mancera, reveló que los rescatistas ya han retirado unas 2.000 toneladas de escombros.
Los primeros minutos
Dentro del hospital de maternidad situado en el oeste de la Ciudad de México, la preocupación pronto se tornó en pánico conforme el acre olor del propano se extendía, y la nube de vapor crecía ante la puerta de urgencias. El personal del camión cisterna de gas que había fuera empezó a gritar: "¡Llamen a los bomberos! ¡Y digan a la gente que salga!".
Un vecino de la zona, Carlos Soria Rezendiz, dijo que las viviendas cercanas al hospital tenían ventanas rotas y agrietadas, y muchos de ellos acudieron a ayudar a evacuar a las víctimas del hospital.
Tras la detonación, "algunas personas corrieron y empezaron a sacar gente. Empezaron a retirar escombros y a sacar a gente que gritaba y sólo agitaba las manos", dijo una prima de Soria, Ariatna Resendiz.
Agustín Herrera, un anestesiólogo que iba de salida de su turno, dijo haber madres heridas que salían con sus bebés en brazos. Las partes más afectadas del edifico fueron las secciones de neonatología, recepción y la recepción de urgencias, dijo.
Al otro lado de la ciudad, Miguel Angel García, de 22 años, manejaba un autobús cuando oyó noticias sobre la explosión en el lugar en el que acababa de nacer su segundo hijo. Pidió a los pasajeros que transportaba que se bajaran y se dirigió al hospital.
"Cuando llegué al hospital y lo vi hecho pedazos, pensé lo peor", dijo. Esperó al menos una hora y luego una enfermera le dijo que su esposa y su bebé estaban bien y que habían sido transferidos al ABC Santa Fe.
Conforme avanzaba el día, la gente empezó a llegar al Hospital ABC ofreciendo pañales y leche de fórmula. La espera para donar sangre era de una hora.
El ABC era el hospital más cercano a la explosión y recibió 31 pacientes, incluyendo 17 niños. El doctor Moises Zielanowski, director de operaciones del centro, dijo que seis bebés llegaron sin acompañamiento y sin identificación.
Angustia entre los transeúntes
Cerca del centro, Fátima Parras, de 16 años, se estaba preparando para ir a la escuela en su casa cuando la detonación arrancó tejas de su tejado. Con el pelo aún mojado, corrió a la calle, donde encontró a un chico de unos 13 años llevando un bebé del hospital.
"El bebé estaba cubierto de polvo y el chico corría. Empezó a gritar '¡Ayuda, ayuda!''', recordó Parras. Los vecinos que acudieron a la escena encontraron a madres sangrando, saliendo de los escombros con niños recién nacidos mientras los niños lloraban entre los restos del hospital.
Intentaron contener la explosión
Los testigos dijeron que previo al estallido, cuando el gas empezó a escaparse, los empleados del camión cisterna trataron de reparar la fuga durante entre 15 y 20 minutos, mientras se formaba una gran nube de gas. "Les reventó la manguera. Los dos trabajadores del gas intentaron pararlo, pero estaban muy nerviosos. Gritaban a la gente que saliera", dijo Laura Díaz Pacheco, técnico de laboratorio del Hospital. "La reacción inicial de todo el mundo fue ir dentro, lejos del gas", añadió. "Quizá hasta 10 de nosotros pudimos salir... El resto se quedó dentro".
Parte oficial
El alcalde de México, Miguel Ángel Mancera, reveló en la mañana de hoy los rescatistas ya han retirado unas 2.000 toneladas de escombros. "Y nos faltan de 2.000 a 3.000 toneladas", agregó durante una entrevista con el noticiero matutino de Televisa, desde el sitio donde ocurrió la catástrofe.
La máxima autoridad local indicó que de los lesionados hay todavía 39 hospitalizados, 18 de ellos graves, entre los cuales hay nueve bebés. Algunos pequeños todavía no han sido identificados y se realizarán pruebas de ADN para determinar quiénes son sus padres.
Mancera también explicó que el conductor del camión cisterna y otros dos empleados de la empresa Express Nieto – que ha proporcionado gas a todos los hospitales públicos de la ciudad desde 2007 - permanecen hospitalizados y bajo custodia.
Las autoridades mexicanas iniciaron una investigación para determinar las causas de la fuga de gas y establecer en particular por qué no fue cerrada la válvula de emergencia que hubiera bloqueado la fuga. El procurador de Justicia capitalino, Rodolfo Ríos, ha dicho que es "algo que tendrán que determinar los peritos". La averiguación está caratulada como homicidio, lesiones culposas y daño a la propiedad.
La empresa Gas Express Nieto, propietaria del camión, afirmó que la gran nube de gas que se había formado podría haber impedido a los operadores cerrarla.
Hasta el 80 por ciento de los mexicanos emplea gas propano en lugar de gas natural suministrado por tuberías, y el muy explosivo propano líquido se entrega a casas y negocios o bien con camiones como el que explotó o en cilindros, indicó Margarita Palma, de Amexgas, una asociación del sector de distribuidores mexicanos de propano.
Según las autoridades mexicanas, en el momento de la explosión, 110 personas se encontraban en el edificio.
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