MIAMI.- JOSÉ PERNALETE/ DLA
[email protected]
@jpernalete
MIAMI.- El recrudecimiento de la situación de desabastecimiento de productos básicos en los mercados de Venezuela está causando una situación de tensión e incertidumbre en miles de familias de todas las clases sociales
MIAMI.- JOSÉ PERNALETE/ DLA
[email protected]
@jpernalete
El recrudecimiento de la situación de desabastecimiento de productos básicos en los mercados de Venezuela está causando una situación de tensión e incertidumbre en miles de familias de todas las clases sociales.
Durante los últimos días, la etiqueta #AnaquelesVaciosEnVenezuela ha permitido compartir en las redes sociales cientos de imágenes que muestran estantes vacíos. En muchas de las fotografías pareciera que el local estuviera sin ningún tipo de actividad comercial por lo desierto de los pasillos y vitrinas.
Paradójicamente, grupos sociales de clase media muestran preocupación por contar con trabajo y buenos salarios, pero sin poder tener la posibilidad de adquirir comida, “pues no hay nada que comprar”.
Sara Elena Martínez es una ama de casa de 37 años de edad quien junto a su esposo y su hija adolescente han sorteado establecimientos comerciales caraqueños desde mediados del año pasado hasta cuatro veces por semana para abastecerse con lo que consiguen.
“Ahora es peor porque estamos entrando al supermercado y no hay nada, compramos lo que haya así no lo necesitemos, me da miedo que nos quedemos sin comida en casa ya que no podemos dejar de comer” declaró a DIARIO LAS AMÉRICAS.
Esta señora recuerda como años atrás el mercado del este capitalino donde ahora las neveras están completamente vacías, antes contaban con bandejas de carne molida y con cortes de distintos tipos, “podíamos al menos elegir la más cara porque podíamos pagarla, ahora ni de tercera clase hay carne”.
Actualmente gran parte de los días de esta familia deben transcurrir en las colas a las afueras de algún local de venta de comidas, esto ocurre cuando al menos un producto llega al negocio y es puesto de inmediato a la venta. “En estos días vimos una cola en un mercado de El Marqués, nos estacionamos e hicimos la cola y ni siquiera los que estaban al frente sabían que estaba a la venta”, comentó la dama al contar como por fortuna dio con pollo empaquetado la semana pasada sólo por causalidad al que debió cocinar desmenuzado para poder rendirlo más.
Un video grabado recientemente por un usuario de automercados Bicentenario, cadena oficial que emergió de la expropiación por orden del difunto Hugo Chávez en 2010, muestra de manera evidente la situación de escasez de todo tipo de alimentos en los pasillos que transita el hombre. Por fortuna el caballero no salió con las manos vacías y pudo poner en la cesta que cargaba en manos unos encases de leche de larga duración. El cliente le pasa a un lado a los anaqueles vacíos por completo y además de su conversa coloquial para la audiencia a quien le dirige su mensaje, llega hasta el lugar donde se aprecia la corta cola para pagar lo poco que se pueda llevar.
Esta realidad de “desperdicio de tiempo” se ha convertido en un mal inevitable, incluso para quienes se niegan a hacer colas. Así piensa Alejandro Morales, un comerciante soltero del oriente pero residente de Caracas.
“Yo antes les pasaba por un lado a las colas y me negaba a hacerlas para comprar porque con amigos conseguía lo que hacía falta en mi casa, pero ya estoy asustado porque esta semana en la nevera no me queda nada”, lamentó.
El joven decidió mudarse con su familia en 2014 para reducir gastos pero ahora comparte con su mamá y hermana recorridos por toda la ciudad para tener algo en la mesa. “Acabo de ir un Excelsior Gama en el municipio Baruta, lo que hice fue pasear en el supermercado porque no había nada para comer, solo huevos y una que otra cosa, creo que podremos estar peor”, expresó.
Hay quienes se burlan de los intentos de ocultar el desabastecimiento en estantes repletos de productos de belleza, “incluso les ponen una lámina de plástico negra para tapar el vacío o los llenan con tintes para el cabello, pero eso no se come”, agregó.
Fotografías de estantes de automercados y de las colas que demuestran lo que causa incertidumbre en cientos de familias.