RÍO DE JANEIRO — El presidente brasileño Jair Bolsonaro tiene razones para celebrar. A poco tiempo de haber cumplido su primer año de mandato, se informó el viernes que el número de homicidios en Brasil cayó el año pasado hasta el nivel más bajo en al menos 12 años, según publicó el sitio noticioso G1 con base a una recopilación de datos oficiales.
Brasil tuvo 41.635 asesinatos en 2019, una reducción de 19% en el número de víctimas respecto al año anterior. Se trata del menor número de crímenes desde 2007, cuando comenzó la base de datos del Monitor de la Violencia.
El Monitor, una sociedad entre el Fórum Brasileño de Seguridad Pública, el Núcleo de Estudios de la Violencia de la Universidad de Sao Paulo y el sitio G1, compila mes a mes datos oficiales de los 26 estados brasileños y de la capital, Brasilia.
“En nuestro gobierno caen los homicidios, la violencia y las falacias", escribió en mayúsculas un exultante Bolsonaro en su cuenta de Twitter al compartir la noticia periodística.
Jair M. Bolsonaro on Twitter
Bolsonaro adoptó el combate a la violencia y la criminalidad como uno de los ejes de la campaña que lo llevó a la presidencia en la elección de 2018. Con un discurso vehemente y propuestas más agresivas contra el crimen, el excapitán del Ejército sedujo a buena parte de la población brasileña, harta de convivir con niveles de violencia acuciantes en el último tiempo.
En 2016, el año más letal del que se tenga registro, Brasil alcanzó los 59.842 homicidios.
“Nuestro gobierno extiende un fuerte abrazo a todos los agentes de seguridad del país. Brasil sigue caminando en el rumbo correcto”, dijo Bolsonaro.
Robert Muggah, cofundador del instituto Igarapé especializado en seguridad, matizó el presunto mérito del gobierno en la “impresionante” caída de homicidios.
El analista remarcó que los crímenes comenzaron a caer dramáticamente desde el comienzo de 2018, antes de la elección del derechista, y Bolsonaro consiguió aprobar en el Congreso el “paquete anticrimen” hacia el final de 2019.
“Aunque Bolsonaro y sus seguidores han intentado adueñarse de mejoras en los indicadores de seguridad pública, hay otros factores en juego que tienen poco que ver con el esfuerzo del gobierno”, dijo Muggah a The Associated Press.
Expertos en seguridad no creen que un mayor patrullaje ostensivo o la adopción de tácticas violentas conduzcan a mejoras en los indicadores de seguridad y violencia. Ofrecen diferentes explicaciones sobre la reducción de crímenes: estrategias de seguridad adoptadas por cada estado, reducción de disputas territoriales entre bandas de traficantes, cambios demográficos, transferencia de criminales a prisiones federales y una mejora de la actividad económica.
Muggah dijo en un intento de restarle crédito a Bolsonaro, que varios factores influyeron en diverso grado, aunque no está claro la influencia de cada uno.
El discurso duro contra la criminalidad ha ganado fuerza en la política brasileña en el último tiempo.
Junto con la elección de más expolicías y exmilitares que discursan fuerte contra los criminales en asambleas legislativas y en el Congreso, los ciudadanos de Río de Janeiro y de Sao Paulo eligieron en 2018 gobernadores que prometieron “tolerancia cero” contra el crimen.
En Río, por caso, el balance sobre la reducción de la violencia es controversial. Mientras el número total de homicidios en el estado cayó, la policía estatal aumentó considerablemente su letalidad. Río tuvo en 2019 el registro de mayor cantidad de muertes de su serie histórica -cinco personas cada día- desde 1998.
Organizaciones civiles y de derechos humanos de Río han cuestionado la “mano dura” del gobernador Wilson Witzel, quien ha prometido que su policía disparará a “la cabecita” de traficantes que caminen armados en las favelas.
FUENTE: Con información de AP