La Paz.- Devotos indígenas aimaras arman un altar como parte de la celebración de las Ñatitas en el cementerio de La Paz (Bolivia), que se volvió a transformarse en un escenario para la mezcla de la fe en los poderes de calaveras auténticas y la fe cristiana en la fiesta de las "Ñatitas", cuyos devotos no ven conflicto alguno en esa combinación. (Foto EFE)
Centenares de devotos llevaron sus calaveras a una capilla del cementerio de La Paz para luego ser agasajadas por ser consideradas milagrosas, esta celebración es llamada de las "Ñatitas".
Las calaveritas adornadas con coronas de flores y puestas en almohadones o en cobertor más lujoso son llevadas a la capilla del cementerio general parte de un festividad que cierra el culto a los difuntos.

"La muerte no está en los nichos, ni en el cajón; la muerte está con nosotros, vive con nosotros. La muerte no viene de lejos a recogernos. Los cristianos respondemos con la muerte del señor por eso cantamos y rezamos. Nosotros cantamos a la resurrección de Jesús a que el resucito. No pierdan el camino de cristianos", dijo Jaime Fernández, el párroco de la capilla del cementerio general de La Paz mientras hablaba con los devotos.
Cada 8 de noviembre se celebra el día de las "ñatitas", en referencia a las calaveras, con lo que se cierra el culto a los difuntos.
La iglesia católica no está de acuerdo con este tipo de festejo por lo que el padre solo les da una charla a los devotos.
María Alejandra Chávez, devota que tiene su calaverita desde hace 10 años dijo no estar de acuerdo con ello porque "son almas también".

"Cuando morimos es cierto, cuando una persona fallece le dan misa", agregó.
Esta festividad atrae cada vez más devotos, después del 8 de noviembre, las "ñatitas" ocupan un lugar en la casa entre los santos preferidos y los retratos de los seres queridos difuntos y deben tener su fiesta una vez al año, con bendición incluida. Su misión es cuidar la vivienda y cumplir los favores que les piden los dueños de casa.
