Su paso por la ciudad no será el último, pues confesó que planea venir a vivir aquí por unos meses todos los años, y así continuar con sus ciclos de programas televisivos, que se emiten en la mayoría de los países de América Latina -por varios canales de Dish Latino-; sus columnas, que se publican regularmente en Infobae.com y otros portales; y la difusión de sus libros, que han dado la vuelta al mundo.
En Argentina, su nombre comenzó a sonar hace varias décadas, cuando Domínguez era el niño prodigio que contestaba preguntas sobre mitología griega en un concurso de televisión argentino. Después se dedicó al periodismo y, cuenta que a los 33 años, cuando tenía la edad de Cristo, su vida dio un vuelco rotundo.
“Después de dedicarme varios años a informar sobre el espectáculo y después sobre la política y la ciencia, me hice un serio replanteo”, recuerda. “Me dije, puedo ser un buen informador pero esto no le modifica la vida a nadie. Sentí un vacío existencial en mi vida”.
Domínguez creía en Dios, “un Dios que nos une a todos”, sin ser practicante de ninguna religión, pero quería entender más de Dios y de la vida espiritual. Soñó con entrevistar a grandes figuras del mundo religioso y espiritual, y se propuso luchar para conseguirlo.
Así fue que logró entrevistar nada menos que a la Madre Teresa de Calcuta, al Dalai Lama, a Sai Baba y al Papa Juan Pablo II, así como a otros líderes y pensadores como Chopra, Pablo Coelho, Wayne Dyer, Amma, y el propio papa Francisco, en su época de cardenal Bergoglio.
Después de hablar con estas personalidades, a veces en varias oportunidades y conviviendo con ellos, Domínguez asegura que los que más lo impactaron fueron Sai Baba, “que da una brutal enseñanza para la destrucción del ego y el autoengaño humano… para acabar con esa telenovela patética en la que uno cree que vivimos insertos, abrir los ojos y ver quiénes somos realmente”; y la Madre Teresa, que fue “la expresión máxima del amor en acción, el coraje total de darse al prójimo”.
“Después de entrevistar a estos seres lo que te queda por hacer es emprender ese camino a tu interior, y comunicar y difundir”, que es lo que comenzó a hacer con programas en la televisión, libros y charlas, con gran éxito. “Yo no soy un maestro espiritual, ni mucho menos, soy sí un gran difusor de maestros divinos y de sus mensajes”, aclara el argentino.
Crisis religiosa en América Latina
Al preguntarle por qué cree que están surgiendo tantas sectas y grupos de autoayuda engañosos en Latinoamérica, el autor asegura que es tan grande “la crisis de no contención” que está viviendo la iglesia tradicional, como institución, que la gente, en su desesperación y falta de fe, busca alguien que aunque sea le haga sentir que importa, cayendo en cualquier secta o grupo de autoayuda que lo termina engañando o abusando.
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“Hasta que no descubran que todos los dioses que se han pasado buscando fuera siempre estuvieron en su interior, no van a poder ser felices”, aconseja.
La mejor religión, según Domínguez, es la que te una con el prójimo. “La que te invite a amar, que te haga saber la verdad de la existencia, la que te conecte con los otros y no te haga odiar o despreciar al que piensa o cree diferente”.
¿Después de esta gran crisis de religiones y creencias, qué viene?, le preguntamos. “Creo que viene una nueva visión del ser, que no tiene nada que ver con la New Age -ya está quedando viejito todo eso-, una nueva visión de que todo es Dios, todo es uno. No puede ser que haya un libro que si no lo lees, o no hablas ese idioma o no conoces a ese maestro arderás en el infierno”.
Qué puede hacer el Papa
Domínguez cree que Francisco está dejando una huella en el corazón de la gente a la que le llegue su mensaje, pero dice que le será difícil hacer algo para cambiar las estructuras muy terriblemente cristalizadas de los grupos extremistas. “Ese odio palaciego, esa guerra santa encubierta por cuánto petróleo hay en tal territorio, es imparable”.
“Lo que este buen hombre maravillosamente bien intencionado puede hacer es tocar el corazón de millones de personas, que puedan cambiar sus vidas y dejar de lado los fanatismos, y empezar a respetar las religiones de los otros. Porque lo que está enseñando es que todas tenemos el mismo Dios, más allá de las religiones”.
Qué le diría a Fidel Castro
“Le diría: Mire cuánto le queda de vida, cada día es prácticamente un milagro que usted se despierte… ¿Qué cosas modificaría de su vida? ¿Se anima a dejar algún mensaje brutalmente transgresor de todo lo que usted tal vez hizo por ignorancia, y de lo que, por un destello de autoconocimiento, haría si aún pudiese o desearía que su sucesores hicieran en pos de la unidad?”.
“¿Se anima a hacer una blanqueada de corazón genuino?, ¡si total el cuerpo se está yendo!... Si usted encarna en la próxima vida será quizá un costurero abusado o una pastora en la montaña. ¿Dejará un mensaje que llegue a los corazones o el personaje [que ha montado] lo va a dominar hasta el último momento?”.
Las profecías
Según Domínguez, hay personas que se conectan con el éter, y explica el concepto de éter: “Si bien estamos vivos en el aquí y ahora, nuestra mente es parte de experiencias paralelas de lo sucedido en el pasado y las que sucederán”.
“Hay personas que ven lo que va a pasar, pero hay una frase tibetana que dice que las profecías están hechas para no ser cumplidas. Para alertar y que esa posibilidad concreta que se hubiera dado no sea parte de tu futuro si tú puedes cambiar el rumbo de tu vida”.
Tenemos el camino marcado
Sí, para el autor argentino la vida está marcada, pero se puede modificar ese rumbo cuando uno despierta de “la ignorancia kármica, que es la que marca lo que te va a suceder”. Cuando comienza el autoconocimiento se puede cambiar todo lo que estaba preestablecido, dice. “Si uno no despierta no puede reescribir su historia”.
Un mundo hipócrita
Según el guía espiritual, vivimos totalmente dormidos, en un mundo de hipocresía. “Estamos dormidos cuando no nos detenemos a mirar nuestra vida, a mirar quién somos realmente y ver que tenemos el poder de hacer que este paso por el planeta sea adorable o patético”.
“Si sé quién soy, la verdad se impone, lo real es lo que estamos acallando. La gente se muere creyendo que había vivido, y nunca captó la diferencia entre ganarse la vida y tener una vida”, asegura.
Domínguez dice que, sin embargo, la minoría está despertando y observando, pero no intervienen a no ser cuando vale la pena. Se sustraen.
“Miami es una cosa muy deslumbrante y provocadora para caer en el juego de la ilusión y el engaño. Estamos envueltos en la cultura del shopping y el zapping (cambiar constantemente de canal o de mensaje), el “no profundizo en nada”.
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Domínguez explica por último que él no promueve vivir desnudo a un bosque y comer solamente granos. No. Dice que la clave es tratar de cohabitar en equilibrio entre este mundo del consumo y plástico, sin ser parte de él. Como dijo Jesús, “sean de este mundo pero no le pertenezcan”.
El guía espiritual posa junto a Tomás Regalado, quien le entregó las llaves de Miami. (Cortesía)
En las siguientes fotos, Domínguez posa junto a algunos de los líderes espirituales que entrevistó durante su vida, como Juan Pablo II, la madre Teresa y Sai Baba. (Cortesía)
