Las proyecciones advierten que este año habrá una inflación de 7,14%, y una contracción económica de 3,77%. En 2015 también se contrajo 3,8%, el peor resultado en los últimos 25 años.
En menos de tres meses, el Partido de los Trabajadores (PT), y su presidente se quedaron aislados, a dos años de que termine su mandato. Este domingo la Cámara de Diputados aprobó el impeachment en su contra, dando inicio así al segundo juicio político contra un presidente en Brasil.
En un primer mensaje a la nación sobre la votación adversa al Gobierno, Rousseff manifestó que su derecho ha sido torturado, criticando la traición de su vicepresidente, Michel Temer, líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, principal aliado), pero se mostró esperanzada con los próximos legales que enfrentará.
¿Cómo ha sido el proceso contra Rousseff?
El 2 de diciembre de 2015, la Cámara de Diputados liderada por Eduardo Cunha, del PMDB, aceptó un pedido de impeachment contra Rousseff por presuntamente haber manipulado las cifras de las cuentas públicas.
El 16 de marzo de 2016, tres meses después de aceptar la denuncia, y luego de superar fases procesales que retrasaron el pedido, el Supremo Tribunal Federal aprueba la liberación de la demanda.
El 17 de marzo, la Cámara Baja forma una Comisión Política Especial conformada por 65 dipuatados para determinar la admisibilidad del juicio político. Ese mismo día, el expresidente Lula da Silva fue nombrado ministro de Casa Civil (especie de Primer Ministro), cuyo nombramiento fue suspendido.
El 6 de abril, el relator de la Comisión Política Especial, Jovair Arantes, asegura que sí existía validez en el pedido del impeachment, en respuesta a la acusación del abogado del Gobierno, José Eduardo Cardozo, quien asegura que el juicio político carece de legalidad, y denuncia que se estaría fraguando un Golpe de Estado.
El 17 de abril asisten a la Cámara de Diputados 511 de los 513 diputados para llevar a votación el impeachmente contra Rousseff. La asistencia era un indicio de la victoria opositora, que tras nueve horas de debate determinó con 367 votos a favor, 137 en contra, y 7 abstenciones que el caso sí era admisible y debía continuar con los estatus legales ante el Senado, única autoridad con legitimidad para realizar un juicio político a un presidente.
El 18 de abril el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, lleva al presidente del Senado, Renan Calheiro, el informe sobre la votación en la plenaria, a fin de dar inicio al proceso en la Cámara Alta, encargada de realizar el juicio.
El 19 de abril el Supremo Tribunal Federal (STF) decidirá sobre el nombramiento de Lula da Silva como ministro de Casa Civil. Si permiten que asuma el cargo obtendría inmunidad en los casos que es investigado por corrupción.
¿Qué viene ahora en el Senado?
El 26 de abril habrá una reunión con los líderes partidistas del Senado para definir la Comisión Especial, que estará constituida por 21 miembros, sobre la admisibilidad del juicio contra la Presidente. Dicho comité elaborará un informe, en un plazo máximo de diez días hábiles.
Luego de realizar ese informe, el Senado tendrá dos días para instalar una sesión con los 81 senadores, donde se determinará si se lleva a cabo el juicio contra Rousseff. Para aprobarse, se requiere la mayoría simple de la Cámara, es decir 41 senadores. La votación está prevista para el 10 de mayo.
El bloque opositor cuenta con un máximo de 67 votos, si los partidos contrarios a Rousseff, y los aliados que le quitaron el apoyo votan en bloque. Antes de iniciarse la investigación en diciembre, la oposición tenía la mayoria de la Cámara Alta con 47 curules: 16 del Partido de la Social Democracia (PSDB); 14 del Demócratas (DEM); 6 del Partido Democrático Laborista (PDT) y 6 del Partido Laborista Brasileño (PTB); 2 del Partido Socialista Brasileño (PSB) y los partidos que tienen sólo una representación: el Partido Social Cristiano (PSC), el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y el Partido Verde (PV).
Pero en marzo Rousseff perdió el apoyo del PMDB, con 17 senadores; el PRB con 2 y el Partido Progresista (PP) con 1. El oficialismo solo contaría con 13 votos: 8 del PT, 4 del Partido de la República (PR), y 1 del Partido Comunista de Brasil (PcdoB).
Si la mayoría simple aprueba la destitución temporal de Rousseff, asumiría el cargo el vicepresidente Michel Temer, del PMDB, y se realizaría su juicio en un lapso de 180 días, en el que se generaría una segunda votación en el Senado, luego de llevarse a cabo el proceso judicial. En una sesión única, dirigida por el presidente del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, se definiría el futuro político de la mandataria.
La oposición necesitaría en la segunda votación una mayoría calificada, o dos tercios, conformada por 54 senadores. En caso de ser aprobatorio, Rousseff quedaría destituida, e inhabilitada políticamente por ocho años como ocurrió con Collor de Mello en 1992. Pero si es hallada inocente, regresaría a la jefatura del Gobierno, para terminar su periodo presidencial, escenario improbable.
Como dato curioso, Fernando Collor de Mello, quien ha sido hasta ahora el único presidente de Brasil destituido -1992- es senador por el PTB, quien tendrá voz y voto en la sesión sobre destitución temporal y sobre la definitiva de la actual presidente.
¿Por cuántos casos está siendo investigada Rousseff?
Existen al menos nueve causas en el Congreso contra Rousseff, pidiendo su destitución, pero hasta ahora solo el caso del maquillaje de las cuentas fiscales entre 2014 y 2015 es la que está abierto y será debatido en el Senado.
Sin embargo, existen dos adicionales que podría prosperar en el futuro: obstrucción de la justicia al nombrar a Lula da Silva como ministro de Casa Civil, y el proceso que sigue el Tribunal Superior Electoral (TSE), sobre el abuso de poder económico en el que habrían incurrido Rousseff y Temer durante la camapaña electoral.
¿Ha habido impeachmente en Brasil antes?
En 1992 Fernando Collor de Mello, primer presidente brasileño electo por voto popular, y adversario electoral de Luiz Inacio Lula da Silva, fue destituido por una investigación relacionada con un esquema de corrupción que involucraba a Petrobras, utilizando el tráfico de influencias y sobornos.
En septiembre de ese año, la Cámara de Diputados aprobó el impeachment en su contra, con 441 votos a favor y 28 en contra. En diciembre Collor de Mello renunció para evitar la suspensión de sus derechos políticos, dejando en manos de su vicepresidente Itamar Franco las riendas del poder. Pero a pesar de ello, el Senado continuó el juicio que lo inhabilitaría políticamente por ocho años.
Aunque el Supremo Tribunal Federal (STF) lo absolvió al considerar que no habían suficientes pruebas en su contra, Collor de Mello no regresaría al Palacio de Planato. Actualmente es senador por el Partido Laborista Brasileño (PTB).
