CARACAS.- Este fin de semana se conoció la lamentable noticia del fallecimiento de 14 venezolanos en alta mar, quienes intentando huir del régimen de Nicolás Maduro buscaron llegar hasta Trinidad y Tobago, pero su embarcación naufragó.
CARACAS.- Este fin de semana se conoció la lamentable noticia del fallecimiento de 14 venezolanos en alta mar, quienes intentando huir del régimen de Nicolás Maduro buscaron llegar hasta Trinidad y Tobago, pero su embarcación naufragó.
En este hecho hay muchas interrogantes, ya que existen versiones encontradas que señalan que las víctimas habían llegado a su destino pero fueron rechazadas por las autoridades de la isla caribeña y fueron obligadas a regresarse. Versión que fue negada por el gobierno de Trinidad y Tobago.
La consternación ha sido mundial. Poco a poco las redes se fueron inundando de mensajes con las imágenes de la fila de cadáveres colocados en un muelle, con el rostro comido por los peces. Entre los fallecidos había dos niños.
El pasado 28 de noviembre, las autoridades trinitenses deportaron a 160 venezolanos tras acusarlos de ingresar al país "ilegalmente", pocos días después de una polémica repatriación por vía marítima que incluyó a 16 menores de edad.
La ONU estima que más de cinco millones de venezolanos salieron desde 2015 forzados por la aguda crisis, unos 25.000 eligieron como destino Trinidad y Tobago. El país insular, de 1,3 millones de habitantes, señala que facilitó el registro a 16.000 venezolanos.
A los náufragos de Güiria no los mató el mar
El escritor Willy McKey publicó el domingo en el portal Armando Info, un sentido texto en que el refleja la indignación de millones de venezolanos que observan con tristeza cómo algunos arriesgan su vida con el único propósito de escapar del régimen y de la crisis alimentaria que afecta a Venezuela. El autor hace una analogía con crisis como las que sufren los africanos que no sobreviven el paso final del Mediterráneo, o con el recordado "Periodo Especial" que llevó a decenas de cubanos a lanzarse al mar en un intento de llegar a algún punto en EEUU. Muchos aseguran que el estrecho de la Florida es el mayor cementerio del mundo por la cantidad de personas que han muerto allí ahogadas.
El texto lo tituló A los náufragos de Güiria no los mató el mar, porque asegura que "huían de un país que los ahogaba, donde los hijos le dicen a los padres que tienen ganas de irse porque están flaquitos. Huían de un país que la política ha convertido en un peñero a la deriva y a punto de estallar contra la primera roca que lo hiera. Huían de un país donde no hubo lugar para vivir con la dignidad que alguien le prometió y ahora son alimento de los peces".
Destaca que "se lanzaron al agua buscando tan solo su derecho a una vida normal, atando esa misma vida a un hilo que ahora tiene que dolernos porque nos está apretando en la garganta, en el pecho, en las manos. En una geografía de aguas inversa a la cubana, tenemos muertos que desde tierra firme intentaron alcanzar la isla que les quedaba más cerca, sin importar los problemas del idioma ni del desprecio, si aquello significaba poder comer y vivir honestamente del trabajo".
"Muertos como los balseros cubanos del Período Especial. Muertos como los africanos que no sobreviven el paso final del Mediterráneo. Muertos y náufragos de una embarcación y de un país y de una esperanza que el mar transformó en duelo. Muertos con sus caritas comidas por los peces y la sal, porque hay niños en este horror que indigna".
Destaca que la afirmación "A los náufragos de Güiria no los mató el mar" hay que repetirla como una oración, "como un mantra, como un rito sonoro que nos ayude a soportar la pena de ver los cuerpos secándose a la intemperie, el día que en la Península de Paria se pescó la muerte de tantos".
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FUENTE: REDACCIÓN /AGENCIAS