El mandatario colombiano, firme aliado del régimen de Nicolás Maduro, trató de medir el termómetro en las calles, en donde esperaba congregar a 10.000 millones de colombianos (la cifra soñada por Hugo Chávez en elecciones) que respalden su llamado a las urnas electorales, en un intento de captar electores izquierdistas que le acompañen en su anhelo de permanecer en el poder -al menos por cuatro años más-, a pesar de su baja popularidad, que ronda el 36,2% según un reciente estudio de la firma CB Consultora Opinión Pública.
"Debe tener un instrumento de campaña para poder quedarse en el poder. A él (Petro) no le interesa nada sino el poder personal. No le interesa la democracia, no le interesa la separación de poderes, a él le interesa quedarse en el poder", sostiene Francisco "Pacho" Santos, exvicepresidente de Colombia (2002-2010), en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.
Para el también exembajador colombiano ante Estados Unidos (2018-2021), es un "error" percibir el proyecto de Petro, que consta de 12 preguntas amplias y ambiguas que no dan soluciones reales a las exigencias de los trabajadores, como una "verdadera consulta popular" que busca "aliviar la vida de los colombianos".
Considera que el plebiscito sería más una excusa que el izquierdista pretende utilizar para "crear" caos en la nación cafetera y alcanzar su objetivo de aferrarse a la Casa de Nariño. "Él no es un demócrata, que no les quepa la menor duda", apunta.
Doblegar la sociedad
El polémico ministro de Interior, Armando Benedetti, afirmó el 25 de abril que la marcha convocada por Petro y la consulta popular en sí serían una "mini reelección", encendiendo las alarmas en Colombia, donde está prohibida la reelección desde 2015 en aras de mantener un "equilibrio de poderes".
Aunque después trató de corregir su desafortunada apreciación, alegando que no se refería a una "mini reelección hablando como reelección" sino en el sentido de que las reformas socialistas de Petro "sean escuchadas y decididas por el pueblo", el crispamiento que generó en la población colombiana se mantiene.
El mandatario colombiano, lejos de calmar los ánimos y hacer control de daños, echó más leña al fuego con la dura advertencia que hizo el 28 de abril, de aprobar la consulta popular por decreto si la propuesta no es sometida a discusión y aprobación en el Senado en un lapso de 30 días, tras su consignación.
"Lo del Congreso es anodino. Él (Petro) ya dijo que no le importa si lo pasan o no, que si el Congreso no lo aprueba, lo iba a pasar por decreto y hacía la consulta dónde y cómo él quiera (...) Si él plantea esto, creo que deja muy claro el camino que quiere tomar", señala Santos.
En este sentido, no descarta que Petro intente "maximizar su poder en la calle", pese a que no cuenta con el suficiente apoyo ciudadano, al pretender llevar su propuesta izquierdista a este plano para tratar de avivar los ánimos ciudadanos.
A su juicio, el presidente apostaría a este escenario para en los próximos meses "sacar a la calle a poca gente armada y bloquear el país" con un grupo de gente que clame por la reelección para "tratar de doblegar a la sociedad colombiana".
Esto, en un intento de reeditar en Colombia la historia de su vecina Venezuela, con el chavismo al frente desde 1999, con la aquiescencia de los grandes empresarios colombianos, que repiten los errores de sus pares venezolanos.
"Están cometiendo (los empresarios colombianos) los mismos errores que cometió el gran empresariado venezolano, que pensó que podía negociar, que pensó que el chaparrón iba a pasar y hoy quedaron sin nada de lo que tenían en Venezuela", alerta el también periodista, defensor de derechos humanos y promotor de la democracia.
Un año complejo
Aunque reconoce que los colombianos todavía no tienen completamente claro los riesgos que representa Petro para la estabilidad democrática del país, asegura que "cada vez hay más conciencia" debido a la crisis actual, que ha hecho que los ciudadanos estén "despertando".
Santos estima que la "pelea" en defensa de la democracia colombiana, hoy en riesgo por las pretensiones de Petro, será este año. "Va a ser un año complejísimo para Colombia. Diría que puede ser el año más complejo en nuestra historia moderna porque lo que está en juego es salvar la democracia", sostiene con precisión.
Asegura que los colombianos enfrentarán el "desafío definitivo" de mantener o no la democracia, sin puntos intermedios. "Quien piense que hay punto intermedio está absolutamente equivocado y tiene un problemita gravísimo, y es que no ha entendido cómo operan estos señores", indica.
Tomando como ejemplo Venezuela, el exvicepresidente advierte que "no es Petro sólo lo que se está moviendo" en Colombia. "No me extrañaría que detrás de esto también empiecen a entrar otros actores externos como Cuba, Rusia, China e Irán, que están enfrentados a la democracia y que ya han jugado en estos escenarios, especialmente Rusia, Cuba y obviamente Venezuela y Nicaragua. Aquí estamos enfrentados a algo que no es sólo Colombia, sino va más allá", subraya.
En este sentido, no descarta que escenarios violentos, como la crisis en el Catatumbo registrada desde inicios de año que ha dejado más de 70 muertos y casi 60,000 desplazados, hayan sido generados por Petro para mantenerse en el poder.
"Esos instrumentos ellos siempre los juegan, los saben utilizar y manejar para lograr sus objetivos. (...) No nos engañemos, el único problema que tendríamos hoy es que no entendamos a lo que está jugando Petro y su grupo de seguidores, que quieren que se mantenga en el poder porque hay un negocio detrás", precisa.
Enfrentar a Petro en la calle
Santos asegura que a Petro se le debe enfrentar en su terreno, que en este caso es la calle. A su juicio, los ciudadanos deben "desmontar" sus chantajes. "No sabemos qué pueda pasar, pero no podemos permitir que minorías armadas traten de doblegar al país", señala.
Para ello, menciona que un grupo de colombianos trabaja en un proyecto denominado Defensores de la Patria, que plantea un movimiento de calle para enfrentar a Petro. "La calle es lo primero. Él sin calle no puede hacer absolutamente nada, y si él lo que plantea más allá es quedarse y destruir las instituciones, nos tocará a los ciudadanos generar otros escenarios", sugiere.
Menciona, por ejemplo, casos como los de Sri Lanka en 2022 y Bangladesh en 2024, cuando movimientos de protestas ciudadanas masivas obligaron a la renuncia de sus gobernantes. "Lo siguiente es un paro nacional para sacarlo, para que termine el período de la vicepresidenta (...) No es un golpe de Estado, es un escenario en el que la inviabilidad de un presidente que sólo piensa en quedarse y que ha destruido el país necesita una salida en la cual los ciudadanos vamos a ayudar a hacerla", apunta.
Para finalizar, desestima la reciente propuesta de Petro de "revivir la Gran Colombia", al recordar sus ínfulas mesiánicas y los problemas de adicción a las drogas, confirmados por su excanciller Álvaro Leyva. "Uno no sabe si lo que está proponiendo es en su sano juicio o no", indica, al resaltar que puede ser, además, una medida de "distracción" para alcanzar su verdadero objetivo: quedarse en el poder.
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