Las plazas disponibles para estudiar especialidades dentro del Ministerio del Interior (MININT) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) superarían este año las de otras opciones previstas por el Ministerio de Educación (MINED) para los alumnos que terminan la enseñanza secundaria, informa Diario de Cuba.
En reuniones convocadas por directivos de las escuelas secundarias básicas de La Habana en abril, familiares de alumnos que cursan el noveno grado fueron informados sobre el plan de plazas disponibles para cada municipio, la publicación del escalafón y el cronograma para llenar y firmar las boletas con las opciones elegidas.
Esa parte del proceso terminó en mayo, con la entrega de las boletas de solicitudes firmadas por los padres.
Familiares consultados en referencia al plan, comentaron que la cantidad de plazas para ingresar a la Escuela Militar Camilo Cienfuegos (EMCC) y a especialidades de nivel medio en el MININT superaba —al menos en algunos municipios— hasta tres veces el número de plazas ofertadas para cursar el preuniversitario, la tercera opción con más capacidades disponibles.
"Es una desproporción que no deja ninguna duda sobre lo que este Gobierno quiere: más policías y militares que profesionales y técnicos", opinó Olga Lidia Pérez, de Arroyo Naranjo.
"Para este municipio dieron un total de 89 plazas para el Pre, más de 200 para los Camilitos y casi esa misma cifra para el MININT. Los técnicos medios de Enfermería, maestros de preescolar o trabajador social no llegaban ni a 30. El resto, incluyendo las ofertas para obrero calificado, no superaba las 20 plazas", añadió.
Aunque el número de plazas ofertadas varía de un municipio a otro, la desproporción frente a las opciones del MININT y las FAR se mantiene. No obstante, es perceptible también otro desequilibrio: una secundaria básica de Playa tiene más opciones de plazas para estudiar técnico medio en Bibliotecología, que otra de San Miguel del Padrón.
"Después de exigir una explicación, sigo sin comprender por qué un municipio tiene más opciones de plazas para una carrera que otro", cuestionó la abogada Mercedes Rodríguez en el Cerro.
"Una escuela puede ser más conflictiva o problemática que otra, en dependencia de si está en un barrio desfavorecido, pero quién es responsable de esa marginalidad y de esa desventaja que se refleja en los bajos índices académicos y el nivel cultural. ¿Acaso los adolescentes de estos barrios periféricos solo tienen oportunidad de ser alguien si eligen ser militares o policías?", fustigó.
Descenso en los estándares académicos
En las orientaciones que ofrecieron los directivos escolares a los familiares, quedó en evidencia un descenso, respecto a décadas anteriores, en los estándares académicos exigidos para optar por "carreras especiales". El promedio final para optar por el Preuniversitario, o para técnicos medios en Bibliotecología, Informática, Enfermería, maestro de Biología o de Inglés, oscila entre los 85 y los 90 puntos.
"Eso explica por qué en la enseñanza media se experimenta un declive tanto en la clase misma como en la adquisición del conocimiento por parte del alumno", apuntó Fefa Urquiza, maestra jubilada que ejerció durante más de 35 años.
"También explica por qué en los estudiantes universitarios, en los últimos 20 años, se aprecia un retroceso tanto en el hábito de lectura como en el entrenamiento en el uso de herramientas metodológicas. No es de extrañar entonces que el Gobierno necesite, de algún modo, elevar esos estándares, y que haya elegido una solución fatal: masificar el ingreso a las FAR y el MININT".
Una funcionaria de la Dirección Provincial de Educación afirmó que las indicaciones del MINED fueron estrictas: "No se otorgará la carrera a un alumno que, aun cuando la tenía entre las 10 opciones posibles en su boleta, no alcance el promedio porque se cayó en el examen final del curso".
"Por eso explicamos bien a los padres que la boleta debía llenarse en correspondencia con las posibilidades reales de sus hijos", señaló.
El acceso a documentos donde se registra el promedio total del alumno para confeccionar el escalafón arrojó que en media docena de secundarias básicas de un solo municipio los índices totales no sobrepasaron los 87 puntos.
"Ello significa un problema serio que ni el MINED ni los familiares comprenden a cabalidad", consideró Román Argudín.
"Este promedio de ahora no es el índice final para obtener la carrera, sino que es un promedio que indica una posición dentro del escalafón. Si un alumno con 86 u 88 puntos de promedio elige una carrera de 90 puntos, está obligado a apretar para la prueba final del curso", razonó.
"De no llegar al acumulado, perdería el derecho a la carrera que eligió y que firmó, junto a sus padres, en la boleta, y tal como veo las opciones, lo más decente sería ser Camilito o Policía".
FUENTE: DIARIO DE CUBA/ JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ