lunes 18  de  marzo 2024
Derechos humanos

Cuba: Carolina Barrero revive desde el exilio el 11J

Durante estos días agitados en que se conmemora el primer aniversario del estallido social, Barrero dio declaraciones en exclusiva a Diario Las Américas.
Por DARCY BORRERO BATISTA

MIAMI.-Forzada a salir de Cuba a principios de 2022 por apoyar a familiares de presos políticos del 11J como parte de un activismo ciudadano constante, Carolina Barrero ha llevado su historia y la de los cubanos por distintos escenarios de América y Europa. Afirma que el suyo ha sido “un viaje que empezó el día que me forzaron al exilio, porque desde ese 3 de febrero que yo salí de Cuba realmente no ha habido un momento en que no haya estado al servicio de quienes están presos, pero también trabajando para levantar conciencia de lo que sucede en la isla”.

La narrativa del régimen

La joven historiadora del arte, que por meses padeció el arresto domiciliario y la arbitraria restricción de su movilidad, se basa en que “sobre todo en ciertos sectores de la izquierda internacional siempre se ha mirado al régimen cubano con una especie de complacencia, condescendencia incluso, como si Cuba fuera excepcional”.

“A otras dictaduras de la región como la nicaragüense se les condena y con razón, desde luego los crímenes de Ortega son muy condenables, pero siempre con el tema de la revolución cubana hay un romance, una especie de mitología que no es otra cosa que una ficción. Estamos hablando de la dictadura más longeva del hemisferio occidental, estamos hablando de la dictadura que más presos políticos tiene hoy con al menos 790 procesados en relación con las protestas, que se suman al centenar que ya teníamos”, denunció.

“La reivindicación que yo he intentado llevar primero en Europa y ahora en América del Sur es para pedir la liberación de estos presos, sobre todo los del 11 de julio, ellos nunca debieron estar presos en primera instancia porque en Cuba se criminaliza lo que en el mundo es un derecho: el derecho a la manifestación pacífica y otros derechos humanos”.

El 11J, un sentimiento colectivo

Carolina estaba el 11 de julio del año pasado en Cuba. Aun cuando se mantenía en prisión domiciliaria, vivió ese sentimiento colectivo que se materializó en las protestas. Al respecto considera que el 11 de julio, efectivamente fue “un sentimiento” y “una realización colectiva” de la posibilidad de “nuestra libertad”. “Yo recuerdo que estaba en el balcón de mi casa, grité muchas veces abajo la dictadura, les gritaba a los agentes de la seguridad que estaban debajo”, rememoró.

“Pensé incluso muchas veces en salir. Si había una fecha para salir era esa. Sin embargo, yo tenía al policía y al agente de la seguridad en la puerta de mi casa, o sea, que yo realmente lo único que iba a poder hacer era abrir la puerta y nada más. Me parecía que aun así como gesto de protesta era importante. Recuerdo, desde el balcón, los gritos de la gente mientras cruzaba Prado, que se llenó de muchísima gente. Yo estaba en la Loma del Ángel, por las Cinco Esquinas, justo después está el Museo de la Revolución y hasta Prado llegaban los manifestantes. Venía como una nube de ruido, pero uno distinguía en medio de ese nudo sonoro la palabra Libertad. Yo lo recuerdo muy bien y recuerdo ese sentimiento que todos vivimos de manera individual, pero que se hizo colectivo y yo he dicho muchas veces que no habrá represión que pueda borrar jamás la realización de la libertad que VIVIMOS todos ese día y los días siguientes”.

Para ella, significó también vivirlos desde el encierro y desde la falta de comunicación también porque hubo uno de los cortes de Internet más radicales que haya realizado la empresa de telecomunicaciones (ETECSA).

Remarca que tanto como los cortes de Internet, las protestas no sólo fueron el 11 de julio, “se conocen como el 11J, pero eso es a riesgo de que la gente pueda pensar que solo fue el 11 de julio, pero fueron 11, 12, 13 y probablemente creo yo que hubieran seguido más y no hubiesen parado, si no hubiese habido un corte en Internet en toda Cuba como lo tuvimos. Creo que al menos una semana duró ese corte de internet. Luego empezó a venir por flashazos en algunas regiones poco a poco, pero en los primeros días fue completamente un blackout que nos dejó ciegos ante lo que estaba pasando”.

“El sentimiento fue terrible porque de las imágenes que llegaban o de las cosas que se escuchaban, empezamos a llamarnos todos por teléfono. Tuve amigos presos, vi una imagen de la Agencia Francesa de noticias AFP con Leonardo Romero Negrín, un amigo estudiante de física que luego fue expulsado de la universidad. Muy joven, 21 años, estaba por los aires, se lo estaban llevando por el cuello. Como tantas otras imágenes de la represión, el 12 de julio supimos de que habíamos tenido al menos un muerto, Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años”.

Exilio

“Yo creo que todos los exilios en cierta medida son impuestos, ya sea que te monten con una pistola en un avión, que te amenacen con que otros van a asumir las consecuencias de que tú no te vayas como fue en mi caso, o como que te veas ahogada porque no puedes más asumir la represión o incluso la escasez. Cuba ahora está viviendo el éxodo más grande de su historia y yo me pregunto cómo saldrían 140.000 personas o muchas más en menos de lo que va de un año, si fuera un paraíso. Es una pregunta que yo le hago a las izquierdas que defendían las reivindicaciones de aquella supuesta revolución. Entonces, claro en realidad todos los exilios en alguna medida son forzados. Nadie va a cruzar la selva del Darién o el Estrecho de la Florida por gusto. Y el exilio, siempre en cada uno de los momentos de nuestra historia, ha jugado un papel determinante, no un papel secundario, no un papel de apoyo, sino un papel determinante para precipitar los cambios".

"Hay un tercio de la población emigrada. Eso es enorme, cuando uno lo piensa, ya es un país de emigrados, es un país fuera de sus límites geográficos y políticos. Entonces, ¿cómo no va a tener el exilio un papel fundamental? No tiene sentido pensar una cosa así y yo en todo caso reivindicaría a los exiliados y les diría que se sacudieran cualquier idea de que no pueden o que tienen una cuota limitada de participación cívica".

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